Por: José Luis Méndez. 2019.
Promoción PPS’73, La Chorrera.
Cuando todas las luces están prendidas pero la casa está vacía. Quién de mente clara haría eso?
Vivimos en tiempos donde hasta para respirar el oxígeno se paga un precio para evitar su contaminación. También para reducir los metales pesados introducidos en el agua potable.
El llanto de clemencia, por seres humanos, es audible; pero no es más que una reacción al desasosiego de querer y no poder tener lo más avanzado en tecnología. Los recursos naturales se extinguen por la exuberancia de vivir a la par de un progreso nocivo [e insostenible] al planeta.
Darwin, en su teoría de la evolución de especies, explica que para que exista un balance, la naturaleza es selectiva. La evolución de especies es un laboratorio equilibrado con cambios y ajustes donde las especies más débiles serán remplazadas por las más fuertes. Cuando se introducen variantes sintéticas y anormales a un proceso natural ese equilibrio se pierde. La naturaleza es sabia y se ajustará hasta volver a su equilibrio.
Lo que nosotros, como la especie más dañina al ambiente, no sabemos es cómo la naturaleza se ajustará. Frankenstein a la potencia de 100, 1 000?
Los progresistas nos entretienen en NatGeo, Discovery y Science Channel con programas del descubrimiento de cientos de planetas en áreas interestelares habitables, en lo que llaman «the Goldilocks Zone». Es el área con condiciones excepcionales para sostener vida a nivel molecular y evolucionar como nuestro planeta lo hizo y continua haciéndolo. Ni muy frío ni muy caliente, orbitando alrededor de su propio sol; estable nuclearmente como el nuestro.
Nuestro Sol en 5 millones de años, perdida su fusión, se expandirá antes de perder la batalla gravitacional y consumirá a la Tierra en un horno de fuego. Pero, al paso que vamos, en menos de 5 millones, nuestro planeta será tan árido como Marte.
Es posible que la naturaleza nos detenga antes que eso ocurra y ofrezca nuestros cuerpos inmóviles a las aves de rapiña por haber respetado, más que nosotros mismos, el orden y el equilibrio natural. Cada vez que usamos un dispositivo electrónico para nuestro deleite, que requiera energía, estamos contribuyendo a la destrucción del ozono, en algún lugar de la tierra. Lo más actualizado, lo más grande y en abundancia dará la impresión de glamour.
Es esa obsesión sin límites la que contribuye a la sistemática erosión del balance natural del planeta. Ya somos muchos, multiplicándonos desenfrenadamente. Nuestro planeta se indigna de tanta intolerancia.
La naturaleza, en su infinita tarea de mantener un orden, reaccionará ante la irresponsable agresión a lo que le tomó millones de años crear; la harmonía entre las especies y la supervivencia de la vida en el planeta. La naturaleza va a purgar lo que no sirve y pagarán justos por pecadores; es cuestión de tiempo. En el reloj de la evolución somos un nanosegundo y borrar nuestra existencia perversa y tóxica sería la solución más efectiva, en vez de seguir esperando que la terquedad humana finalmente se erradique por sí sola.
Conservemos y no malgastemos!
Alguna solución para la plaga homo sapiens?
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Varias. Algunas más drásticas que otras.
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