IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL SITIO ARQUEOLÓGICO DE PANAMÁ VIEJO Y LAS FORTALEZAS DE PORTOBELO Y SAN LORENZO

Por: Christian Lobo, Natacha Moreno, Amílcar Díaz y Anayansi Chichaco. Abril, 2020.

Curso Avanzado de Cambio Climático y medidas de adaptación. Maestría en Administración de Proyectos de Construcción. Facultad de Ingeniería Civil. Universidad Tecnológica de Panamá.

Imágenes del fuerte de San Fernando y el convento de las Monjas de la Concepción

Introducción

El istmo panameño alberga dos sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial: el Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo (siglo XVI) y las fortalezas de Portobelo y San Lorenzo (siglo XVII-XVIII). Para contribuir a la conservación y valorización de estos lugares únicos, de 2014 a 2017 se realizó un estudio de doctorado con título: “Impacto del medio ambiente sobre los sitios UNESCO en Panamá” (los sitios de Panamá Viejo y las Fortalezas de Portobelo y San Lorenzo) [Ciantelli, 2017]. Dicha investigación se llevó a cabo gracias a una colaboración entre Italia y Panamá, con la participación de diferentes instituciones tales como la Universidad de Ferrara, el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y del Clima, y los Patronatos Panamá Viejo y Portobelo y San Lorenzo. El proyecto inició con la caracterización de las rocas pertenecientes a cada monumento (cada uno fue edificado con materiales cercanos a su área de construcción), la evaluación del estado de conservación de las rocas y la estimación de daños en relación con el medio ambiente.

El objetivo del presente trabajo es validar que los fuertes coloniales han sido afectados no solo por el abandono, la falta de mantenimiento o por daños provocados por personas sino que el cambio climático acelera estos procesos de daños a estos sitios arqueológicos. Para ello, se ha analizado el estudio realizado por Ciantelli (2017), y otros cinco estudios realizados a nivel internacional que patrocinó la UNESCO (sin referencias específicas en este trabajo, puesto que el alcance definido como estudio de caso es Panamá).

1.    Contexto histórico

Panamá Viejo

En su cuarto viaje Cristóbal Colón recorrió buena parte del litoral Caribe del actual territorio panameño. Sus descubrimientos conllevaron la exploración de estos nuevos territorios, asignándoles esta tarea a dos conquistadores, Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa. Dadas las dimensiones de este extenso territorio se divide en dos: desde el cabo de La Vela al golfo de Urabá, denominado como “Nueva Andalucía”, y desde el golfo de Urabá hacia el oeste, llamado “Castilla de Oro”.

Las primeras incursiones españolas en Tierra Firme, específicamente en la región conocida como el Darién, llevaron a un proceso de conquista y colonización que se inició con la temprana fundación de San Sebastián de Urabá en 1509 (en la actualidad corresponde al municipio de Necoclí-Antioquia-Colombia). Este asentamiento fue destruido por los nativos de esta región, por lo que un año más tarde se funda Santa María la Antigua del Darién, en inmediaciones del río Tanela, actual municipio de Acandí (Chocó, Colombia). Esta fundación se convirtió en el primer asentamiento con título de ciudad, en Tierra Firme (Martín 2009).

No se hicieron esperar las noticias relacionadas con las abundantes riquezas de este territorio, las cuales llegaron a la Corte española por parte de Vasco Núñez de Balboa. Fue Balboa quien consolidó Santa María y estableció vínculos estratégicos con los nativos de la región, de manera específica, los de la margen izquierda del río Atrato, con el propósito de facilitar el control y la exploración de estos extensos e inhóspitos territorios.

En 1511 el rey Fernando II nombra gobernador a Vasco Núñez de Balboa y capitán interino de la provincia del Darién. El apoyo, en su momento, de la Corona y las buenas relaciones que había propiciado con los aborígenes de la región le facilitaron el “descubrimiento” en 1513 del océano Pacífico o “Mar del Sur”, y recibió entonces el título de Adelantado de la Mar del Sur y Gobernador de Panamá y Coiba. Sin embargo, Balboa en España no contaba con toda la confianza, por lo que el rey decide nombrar ese mismo año (1513) a Pedro Arias de Ávila (“Pedrarias”) como Capitán General y Gobernador de Castilla de Oro (Martín 2009; Romoli 1987).

Luego de su arribo, Pedrarias toma la decisión de trasladar Santa María la Antigua a las costas del Pacífico, buscando un lugar estratégico para llevar a cabo la campaña conquistadora y, tal vez, restarle protagonismo a Balboa. El 15 de agosto de 1519, en una aldea de nativos al mando del cacique Cori, funda Panamá, vocablo que en lengua cueva significa abundancia de peces o mariposas (ver figura 1). Se consolida así como el primer puerto europeo en la Costa Pacífica del continente americano (Mena 1992).

En 1671, ciento cincuenta y dos años más tarde, el corsario inglés Sir Henry Morgan se toma el Fuerte de San Lorenzo, en la desembocadura del río Chagres –en el Caribe–, remonta el istmo y ataca la ciudad, llevándola a su destrucción y abandono definitivo. Debido a su vulnerabilidad, la ciudad se traslada a lo que en la actualidad se conoce como San Felipe o el Casco Antiguo de Panamá.

Figura 1. Panamá Viejo.

Después de varios siglos de abandono, las ruinas adquieren un carácter patrimonial con la promulgación de la Ley No. 91 del 22 de diciembre de 1976, por la cual se regulan los Conjuntos Monumentales Históricos de Panamá Viejo, Portobelo y el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá. Más tarde, con la Ley No. 14 del 5 de mayo de 1982, se dictan las medidas sobre custodia, conservación y administración del Patrimonio Histórico de la Nación (Rovira y Martín 2008).

Portobelo

La bahía de Portobelo fue descubierta por Cristóbal Colón en su cuarto viaje, el 2 de noviembre de 1502. Este lugar atrajo la atención de Colón por su ambiente natural y la inigualable belleza y seguridad que ofrecía. Por esta razón, la bautizó con el nombre de «Porto Bello».

Solo a fines del siglo XVI los españoles la empezaron a utilizar como asentamiento poblacional. De esta manera, la ciudad de Portobelo fue fundada el 20 de marzo de 1597 por Francisco Velarde y Mercado,​ en reemplazo de la ciudad de Nombre de Dios, ya que esta se encontraba inhabilitada por razones climatológicas. El nombre original fue San Felipe de Portobelo, en honor de Felipe II.

Figura 2. Portobelo.

Entre los siglos XVI y XVIII, Portobelo fue uno de los puertos más importantes de exportación de plata de Nueva Granada, y uno de los puertos de salida de la Flota de Indias. El oro, procedente sobre todo del Perú, era transportado en mulas a través del Camino Real de Cruces, entre la ciudad de Panamá y el poblado de Venta de Cruces, continuando por el río Chagres mediante pequeñas embarcaciones, hasta llegar a Portobelo, en donde era embarcado hacia España. Cabe destacar que de todo el oro y plata que se transportó a la España peninsular, solo fue el 20 % e incluso menos (el llamado «quinto real»), quedándose el 80 % o más de todo ese oro y plata en la propia América para construcciones e infraestructuras de toda la América española.

La ciudad de Portobelo también fue famosa por sus ferias, las cuales duraban hasta cuarenta días. La primera se realizó en el año 1544 en Nombre de Dios.​ Más tarde fueron trasladadas a Portobelo, cuando este se convirtió en asentamiento poblacional. La última de estas ferias se celebró en 1739.

Debido a la acumulación de mercancías y metales preciosos, Portobelo estuvo fortificada desde el principio. Por esa misma razón, fue objeto de diversos intentos de saquearla. El pirata Francis Drake murió de fiebre en la bahía de Portobelo, donde se supone que está enterrado. En 1601 fue saqueada por el bucanero William Parker y también en 1668 por el corsario Henry Morgan, al mando de una flota de nueve barcos y 460 corsarios. El saqueo duró catorce días, durante los cuales hubo numerosos casos de violación, tortura y asesinato.

Los británicos intentaron sin éxito bloquear el puerto de la ciudad entre 1726 y 1727 como parte de la guerra anglo-española de 1727-1729. Dicha acción se saldó con una derrota estrepitosa de los británicos provocando la caída del almirante Francis Hosier.

El 21 de noviembre de 1739, el puerto fue capturado por el almirante inglés Edward Vernon. Este último saqueo dejó clara la vulnerabilidad del sistema de comercio español y provocó un cambio en este, pasando de pocas flotas compuestas por muchos barcos llevando mercancía entre unos pocos puertos a muchas flotas compuestas por pocos barcos intercambiando mercancías entre numerosos puertos. Además, se empezaron a utilizar rutas comerciales a través de Filipinas y el cabo de Hornos, dando la vuelta a África. La economía de Portobelo se resintió, no recuperándose hasta la construcción del canal de Panamá.

San Lorenzo

Los restos del fuerte de San Lorenzo son una de las más antiguas fortalezas españolas en América. Está localizado próximo a lo que fue el viejo asiento del pueblo de Chagres, en la desembocadura del río del mismo nombre, y fue a través de este río que el pirata Henry Morgan llegó a la ciudad de Panamá «La Vieja» para saquearla.

Figura 3. San Lorenzo.

Los ataques de Francis Drake en las costas del Reino de Tierra Firme en 1572, especialmente los ataques contra Nombre de Dios y el Camino Real, que era el camino por donde transitaban los tesoros que venían del Perú, obligaron a construir un sistema de defensa en los puertos del Atlántico. Así se decidió construir el Fuerte de San Lorenzo para proteger la entrada de la vía fluvial que penetraba cerca de la antigua ciudad de Panamá.

La obra se inició en 1598 por orden del Rey Felipe II y se terminó en 1601. Los planos de la maciza fortaleza fueron hechos por el ingeniero italiano Bautista Antonelli. El castillo de San Lorenzo se erigió en la cima de un alto arrecife, en posición que domina completamente la entrada del río Chagres.

La estructura original era la de una fortaleza avanzada, rodeada de empalizadas llenas de tierra que servían de muros. Su valor defensivo radicaba en el sitio que domina una amplia extensión del mar, lo que facilitaba la defensa de la desembocadura del río. Por ello se le consideró como centinela del gran triángulo estratégico del Istmo.

En 1670 fue atacado y tomado por Joseph Bradley, siguiendo instrucciones de Henry Morgan, quien había previsto la destrucción del fuerte como primera medida para asaltar la Vieja Ciudad de Panamá siguiendo la vía del río Chagres. El hecho de que el pirata Bradley no atacara por mar, sino que desembarcara con sus 400 hombres en un pequeño puerto cercano al castillo y acometiera por tierra, revela que los cálculos del ingeniero Antonelli eran acertados al considerar el alto arrecife como un lugar casi inexpugnable.

En el patio hay una cisterna o pozo de considerable diámetro, que servía para el suministro de agua. En la parte más avanzada hacia el mar, existe una escalera de caracol, hecha de piedra, que conduce a un nivel inferior bajo la tierra. Esta escalera sirvió como posible comunicación hasta el barranco, a manera de una avanzada subterránea desde donde se observaba al enemigo o se cumplían funciones relacionadas con la defensa. Este elemento defensivo, así como las estratégicas galerías subterráneas a manera de misteriosos laberintos, cruzaban el castillo en varias direcciones.

En las ruinas del edificio, situado en la meseta inferior, se observa el empleo de piedra en las bases y hasta cierta altura de las paredes; hacia arriba se utilizó ladrillo. Se advierten también arcos de medio punto, así como vanos adintelados hechos de ladrillos. Las garitas son igualmente de este material.

San Lorenzo del Chagres no solo sirvió de fortaleza, sino que después de su reconstrucción cumplió también funciones de prisión del Estado. En sus galerías subterráneas, que evocan todavía mazmorras coloniales, estuvo recluido Pedro José de Guzmán-Dávalos, Marqués de la Mina y Gobernador del Reino de Tierra Firme, quien junto con su esposa vivió en los oscuros calabozos de la fortaleza. En los fosos de esta prisión también fue confinado el peruano Francisco Antonio de Zela, prócer de la emancipación americana.

A comienzos del presente siglo, aún era visible parte del equipo y accesorios del fuerte. En una visita realizada en 1908, el historiador Juan Bautista Sosa encontró restos de las cureñas de cañones, culebrinas y morteros, utensilios domésticos, cadenas y grilletas. Aún hoy se pueden ver los pesados cañones que lo defendían.

La desidia del gobierno de Panamá, permitió que el fuerte quedara reducido a ruinas y perdiera gran parte de su estructura original.

2. ESTUDIO

Materiales y métodos

Análisis del estudio realizado por Ciantelli (Environmental impact on UNESCO heritage sites in Panama, PhD Thesis, University of Ferrara, Ferrara, Italy, 21 of April 2017), y otros cinco estudios realizados a nivel internacional patrocinados por la UNESCO. Estudio detallado de los resultados expuestos en la tesis doctoral que partió de un análisis previo realizado en los sitios, tanto desde un punto de vista histórico como científico, de una investigación sobre el clima/medio ambiente y la geología del área, en el 2014.

Este análisis previo permitió la realización de una campaña de selección y toma de muestras de materiales pertenecientes al Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo y a las Fortalezas de Portobelo y San Lorenzo, enumeradas en la tabla 1, que estimamos representativos.

Tabla 1. Lista de todos los monumentos muestreados y las siglas de las muestras relacionadas.

Conjunto Monumental Histórico de Panamá ViejoFortalezas de Portobelo y San Lorenzo
1. Fortín de la Natividad (PV FN)1. Fuerte de San Jerónimo – Portobelo (PB FSJ)
2. Convento de San Francisco (PV FC)2. Fuerte de Santiago de la Gloria (Batería baja) – Portobelo (PB FdS)
3. Hospital de San Juan de Dios (PV SJdD)3. Fuerte de San Fernando (Batería baja, Batería alta y Casa Mata) – Portobelo (PB SF)
4. Convento de la Concepción (PV CC)4. Fuerte de San Lorenzo (SL)
5. Convento de la Compañía de Jesus (PV JC) 
6. Casa Terrín (PV CT) 
7. Torre de la Catedral (PV TC) 
8. Casas Reales (PV CR) 

Un total de 49 muestras de piedra que forman las mamposterías fueron seleccionadas por el tipo de roca, el estado de conservación y las condiciones de exposición. Además, para dicho estudio, se recogieron seis muestras de los afloramientos, identificados en la proximidad de los diferentes sitios, para identificar las posibles canteras de origen de los materiales.

Dado el significado de su aporte, a continuación, se presenta la lista de técnicas utilizadas para la caracterización mineralógica y petrográfica de los materiales de construcción utilizados en las edificaciones monumentales.

• Observación por estereomicroscopio de la muestra tal-como-es (bulk samples), para un análisis preliminar, sobre todo del alteración superficial.

• Observación a través del microscopio de luz polarizada (PLM) de láminas delgadas/cortadas (30 μm) de las muestras (descubiertas, parcialmente pulidas para realizar observaciones tanto en luz transmitida como reflejada), para un análisis preliminar mas detallado tanto de la composición de la roca como de su estado de conservación. Especialmente para este último, las secciones delgadas se realizaron mediante corte transversal desde la parte 2 externa a la parte interna de las muestras (para poder analizar cualquier pátina superficial, el estado de conservación del exterior hacia el interior, etc.).

• Uso del microscopio electrónico de barrido con detector de Rayos X (SEM-EDS), para microanálisis de las láminas delgadas y muestras “bulk”, para verificar los detalles observados en la microscopía óptica y para profundizar el análisis en mayor detalle a nivel morfológico y elemental.

• Difractometría de Rayos X de polvo (XRPD), para identificar las fases minerales presentes en las muestras. Para esta técnica las rocas fueran reducidas a polvo.

• Fluorescencia de Rayos X a través de análisis de polvo (XRF), prensándolo con ácido bórico como aglutinante, para formar pellets. Esta técnica sirvió para profundizar los análisis anteriores y realizar la clasificación de rocas volcánicas (Le Maitre, 1984; Winchester and Floyd, 1977).

• Análisis porosimétrico (MIP), para conocer la porosidad de las rocas, la distribución del diámetro de los poros, también índice de su estado de conservación. Las muestras que mostraron suficiente material (~ 1x1x1 cm – 2x2x2 cm) fueron seleccionadas y analizadas por un porosímetro.

• Análisis de cromatografía iónica (CI), para evaluar la posible presencia de sales solubles en la mampostería, se han realizado análisis de CI en muestras que muestraron una pátina particular o fenómenos de alteración superficial.

3. Resultados y discusión

Caracterización de los materiales y evaluación de daños

El estudio realizado refiere que las técnicas enumeradas anteriormente permitieron identificar los tipos de rocas utilizados y las probables canteras. También estudiar las características de los materiales de construcción y su uso en la estructura.

La caracterización, como ha sido señalado previamente, fue llevada a cabo mediante el uso de diferentes técnicas (análisis en microscopía óptica y electrónica, por la difracción de rayos X y además, por la fluorescencia de rayos X, que permiten clasificar las rocas debido a procesos volcánicos efusivos). Específicamente, fueron identificados 9 tipos de piedra, entre rocas volcánicas y sedimentarias.

Es posible observar en la tabla 2 que las mamposterías de Panamá Viejo se componen principalmente de brechas poligénicas, tufitas, andesitas basálticas, riolitas y riodacitas esporádicas. En este sitio solo se han encontrado posibles canteras de brechas y andesitas.

Tabla 2. Composición de los materiales de las mamposterías de Panamá Viejo. El símbolo √ indica si el tipo de roca está presente en el sitio.

En las fortificaciones de Portobelo, calizas coralinas y areniscas han sido identificadas como los principales materiales de construcción; mientras que la andesita basáltica se ha observado solo en el Fuerte de San Fernando, donde estuvo presente un afloramiento de este material. Esta piedra se usó en la Batería Baja, en la pavimentación de la entrada del fuerte y en la rampa. En la Batería Alta también se encuentra en la mampostería, en particular en la suela de las troneras. Estas últimas, en la Batería Baja, están hechas de caliza coralina en la suela y grainstone utilizado en las esquinas.

Por último, en el Fuerte San Lorenzo, se han detectado también tobas y grainstones en las mamposterías. Estos últimos se utilizaron principalmente para componer esquinas (como partes ornamentales de los portales y de los bloques de base).

En caso de restauración es importante el conocimiento de los materiales, con el fin de elegir aquellos más compatibles y similares posible a los originales. Además, según las características estéticas y / o resistencia de la roca puede ser utilizada de una manera diferente, tal y como se muestra en la figura 4.

Figura 4. a, b, c. Fuerte de San Fernando y d. Fuerte San Lorenzo. a y b: andesita basáltica utilizada en la rampa (Batería Baja a) y en la base de la tronera (Batería Alta b); c. tronera de la Batería Baja, base en caliza coralina y grainstone utilizado en las esquinas; d. grainstone utilizado en la partes ornamentales de los portales y de los bloques de base.

Junto con la caracterización de los materiales fue importante evaluar su estado de conservación. Ha sido evidenciado que los fenómenos de deterioro superficiales más difusos se deben al crecimiento biológico, exfoliación y desprendimiento, desintegración (laminar y pulverización), incrustaciones de sal y alteración cromática, que en particular afectan a las riolitas (figura 5).

Figura 5. Principales fenómenos superficiales de deterioro observados en los sitios.

Por análisis de microscopía, fueron observadas partes alteradas (como áreas zeolitizadas) con grietas. Este proceso de zeolitización se detectó principalmente en rocas volcanoclásticas. Mediante investigaciones de XRPD fueron identificados los diferentes tipos de zeolitas presentes: clinotptilolita, detectada en todos los sitios; mientras que la mordenita fue identificada solo en Panamá Viejo. Además, las muestras de PV FC 6, PV FC 9 y PV SJdD, clasificadas como riodacita según la clasificación de Winchester y Floyd para rocas volcánicas alteradas, están formadas principalmente por mordenita (PV FC 6) y clinoptilolita.

Las partes zeolitizadas, como los minerales de arcilla que pueden expandirse (detectada montmorillonita y vermiculita), resultantes higroscópicos, pueden verse afectadas por los ciclos de humedad. Esto representa un factor co-responsable de los procesos de desprendimiento y exfoliación observados macroscópicamente.

En general, el análisis MIP reveló que la mayoría de las muestras analizadas presentan un diámetro de poro promedio inferior a los 0,2 μm, umbral de microporos. Además, casi todas las muestras presentan un rango de distribución de poros entre 0,01 y 10 μm. Se exceptúan de lo anterior, las riodacitas y las riolitas que tienden a tener, la mayoría de los diámetros de poros entre 0,01 y 1 μm, y las calizas de coral que muestran un predominio hacia 10 μm. De hecho, mediante análisis PLM, las calizas coralinas y grainstones / packstones muestran una porosidad intergranular e intragranular muy alta.

Asimismo, fueron identificadas incrustaciones de sales en las fortalezas de Portobelo, presentando un proceso de cristalización de calcita desarrollado en varios pasos, con una duración diferente. Esto es comprensible gracias a la alternancia de minerales esparíticos y micríticos que pertenecen a diferentes capas.

A través de las investigaciones de IC, fue posible determinar las sales solubles en las muestras, definiendo al calcio como el catión más abundante en todas las muestras, y en cada sitio. Por otra parte, se ha detectado alta presencia de sulfatos y nitratos, especialmente en Panamá Viejo, ya que se encuentra dentro de un área urbana cerca de una carretera con mucho tráfico, por lo que está afectada por una fuerte contaminación antropogénica.

Por su parte, Portobelo y San Lorenzo presentan al cloruro como el anión más abundante. Considerando los cationes detectados, este puede formar cloruro de sodio, potasio, amonio y magnesio. Sin embargo, la presencia de halita es resumible en todos los sitios, ya que el cloruro está presente en gran medida también en las muestras de Panamá Viejo. En presencia de agua, el Cl- puede crear el ácido clorhídrico, ya que los sulfatos y los nitratos pueden formar respectivamente el ácido sulfúrico y el ácido nítrico. Esto provoca la disolución de los carbonatos, que pueden recristalizar dentro de la porosidad de la piedra y provocar tensiones internas, o en la superficie, formando incrustaciones superficiales de calcita.

Determinación del contexto ambiental y evaluación de daños utilizando funciones de daño

Para determinar el contexto ambiental, fueron elegidas estaciones de monitoreo de la red nacional panameña cerca de los sitios de interés; y se seleccionaron dos modelos de clima, que presentan dos resoluciones diferentes, ECEarth de 25 km y Arpege de 50 km. Luego, los datos de los parámetros climáticos -temperatura del aire cerca de la superficie, humedad relativa y cantidad de lluvia- se extrajeron de las estaciones de monitoreo y de los modelos climáticos, para el período de referencia 1979-2008. Adicionalmente, los mismos parámetros fueron recopilados también de escenarios futuros, en el período del futuro medio (2039-2068) para EC-Earth (RCP1 8.5) y desde el futuro cercano hasta el futuro lejano (2009-2100) para Arpege (RCP8 .5, RCP 4.5 y RCP 2.6).

Comparando los parámetros medidos con el simulado, el modelo EC-Earth resultó mejor para reproducir la estacionalidad de la temperatura y la humedad relativa. Al considerar la lluvia, generalmente Arpege simula mejor los datos medidos. Además, en el estudio ejecutado, se realizó una corrección de bias, obtenida sobre la base de las diferencias entre los datos simulados y los medidos. Por lo tanto, se aplicó un factor multiplicador para las series de modelos de lluvia y humedad relativa, mientras que un factor aditivo para los valores del modelo de temperatura.

Dado que las morfologías de deterioro más difusas detectadas son la pérdida de materiales, la cristalización de sales y el crecimiento biológico, en los estudios revisados, fueron seleccionados y aplicados funciones de daño para evaluar y predecir estos fenómenos. Considerando la recesión de la superficie, fue utilizada la función Lipfert modificada (relacionada con el “karst effect”), válida para rocas carbonatadas que tienen una porosidad inferior al 25 % (Bonazza et al., 2009). El resultado mostró una mayor recesión superficial en la zona norte de Portobelo y San Lorenzo, especialmente considerando los datos extraídos del experimento EC-Earth, tanto para la situación pasada como para la futura.

En consideración a los ciclos de sales de disolución y cristalización, la halita fue elegida como una fase de investigación prioritaria, ya que el sodio y el cloruro resultaron los iones más abundantes en las muestras, detectados en todos los sitios. Es importante también tener en cuenta su proximidad al mar. En el pasado (1979-2008), los ciclos de transición de halita destacaron que la mayor frecuencia de este fenómeno se registró durante la estación seca (desde noviembre/diciembre hasta abril/principios de mayo). En general, al hacer una comparación entre las condiciones pasadas y futuras y entre los sitios, Portobelo muestra el menor interés por este fenómeno, mientras que el área cerca de San Lorenzo parece ser la más afectada.

Para estimar la acumulación de biomasa en piedras ácidas (con un alto contenido en sílice), calculada considerando la acumulación de carbono orgánico en las superficies, se aplicó la función desarrollada por Gómez-Bolea et al. (2012) Los valores anuales más altos de biomasa se registraron, tanto en el pasado como para el futuro, en las áreas de la costa norte, especialmente en Portobelo, alcanzando 21 g cm-2.

4. PANORAMA MUNDIAL

El cambio climático traerá aparejados cambios en las condiciones ambientales que pueden poner en peligro evidencias del pasado, acentuando los procesos que producen daño a los sitios arqueológicos. Cualquier cambio en la temperatura y en el contenido de agua afectará la conservación de estos sitios, por lo que es necesario tomar precauciones para aquellos inscritos en la lista del Patrimonio Mundial. Además, el hecho de que el cambio climático pueda destruir objetos preciosos, cuya misma existencia es hoy desconocida, representa un problema adicional para los yacimientos arqueológicos respecto de otro tipo de sitios.

Diversos cambios en el clima impactarán en la conservación del patrimonio:

  • La modificación de los regímenes de precipitación y el aumento de la variabilidad interanual alrededor del mundo reportada por el IPCC. Independiente de que la tendencia corresponda al incremento de sequías o inundaciones, cambios en acuíferos y napas freáticas, ciclos de humedad, momento de las precipitaciones o en la química del suelo, los yacimientos arqueológicos sufrirán las consecuencias.
  • El aumento de la temperatura del suelo -consecuencia del aumento de temperatura de la atmósfera- impactará especialmente en las regiones polares, donde gran parte del permafrost se está derritiendo.
  • En regiones templadas se prevén cambios en las regiones expuestas a los ciclos estacionales de congelación lo cual puede afectar las tensiones, la estabilidad del subsuelo y la subsidencia, sin mencionar la magnitud de las avalanchas de tierra.
  • El aumento del nivel del mar también pone en peligro las zonas costeras, debido al riesgo de erosión y de sumersión permanente de áreas bajas, y al aumento de la salinidad de las tierras lindantes con la costa.
  • Cambios en los ciclos de sequedad y humedad afectarán la cristalización y disolución de sales, y por ende afectarán tanto la arqueología enterrada como las pinturas, frescos y otras superficies decoradas, incluyendo el arte rupestre.

La Iniciativa de la UNESCO sobre el Cambio Climático, presentada por la Directora General en Copenhague, federa el trabajo de la Organización y lo asocia al de otros órganos de las Naciones Unidas para tratar de ayudar a los Estados Miembros a adaptarse al cambio climático, a atenuar sus efectos y educar a las sociedades para el desarrollo sostenible. También, a evaluar los peligros de los desastres naturales provocados por el cambio climático, y a vigilar su impacto en los sitios de la UNESCO (referentes del Patrimonio Mundial y las reservas de la Biosfera). La iniciativa de la Organización utiliza estos sitios para fomentar economías con bajas emisiones de carbono, por ejemplo, mediante la utilización sostenible de fuentes de energía renovables.

Figura 6. Inundación del Palacio Tschudi durante el evento de El Niño de 1982-1983.

 CONCLUSIONES

Como se ha demostrado, el cambio climático también pone en riesgo los sitios arqueológicos de nuestro país, los cuales han perdurado durante muchos años y ahora se ven afectados por la contaminación y el cambio climático.

La acumulación de biomasa, la recesión de la superficie y los ciclos de transición de sales son los principales fenómenos que producen el deterioro de los materiales con los que se construyeron las fortalezas de Portobelo, San Lorenzo y Panamá Viejo.

Es evidente que el clima de nuestro planeta está cambiando y que cualquier cambio o modificación conlleva a una desestabilización en las condiciones ambientales y sociales en él; afectándolas, generalmente, de manera adversa. El estudio realizado por Ciantelli (2017) en Panamá Viejo y las fortalezas de Portobelo y San Lorenzo, así como otros estudios internacionales, patrocinados por la UNESCO, demuestran que los cambios en el clima también ponen en riesgo la conservación de los bienes del Patrimonio Mundial que han perdurado durante muchos años y ahora se ven afectados por estas condiciones, de forma acelerada.

La acumulación de biomasa, la recesión de la superficie y los ciclos de transición de sales son los principales fenómenos que producen el deterioro de los materiales con los que se construyeron estos sitios.

En los últimos años, los materiales de construcción se han reinventado o modificado para ser más resistentes ante los efectos negativos que la contaminación y el cambio climático tienen sobre ellos. Esto con la finalidad de aumentar el periodo de vida de las estructuras nuevas. Sin embargo, los bienes del Patrimonio Mundial no fueron construidos con estos materiales. Es fundamental entonces, crear y reforzar las capacidades de las instituciones que protegen y administran estos sitios, impartiendo una formación especializada y habilitando a profesionales para intervenir en la gestión, restauración y preservación de los bienes históricos y sus valores culturales.

El análisis de los resultados del estudio realizado por Ciantelli (2017) nos permite corroborar que los resultados de los ensayos realizados a las muestras de los materiales tomadas en Panamá Viejo y las fortalezas de Portobelo y San Lorenzo contribuyen, significativamente, a la formulación de directrices y al desarrollo de estrategias para la preservación actual y futura de los sitios arqueológicos de nuestro país. Además representan una base fundamental para un análisis más profundo, a fin de aumentar la conciencia de los posibles riesgos y daños relacionados con el clima que se pueden presentar en estas estructuras debido al impacto del cambio climático en el patrimonio cultural de nuestro país.

BIBLIOGRAFÍA

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Gómez-Bolea, A.; Llop, E.; Ariño, X.; Saiz-Jimenez, C.; Bonazza, A.; Messina, P.; Sabbioni, C. Mapping the impact of climate change on biomass accumulation on stone. J. Cult. Herit. 2012, 13, 254–258.

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Winchester J. A., and Floyd P. A., 1977. Geochemical discrimination of different magma series and their differentiation products using immobile elements. Chemical geology 20: 325-343.

https://es.unesco.org/themes/afrontar-cambio-climatico

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