Por: Luisa Yulieth Walker Lanzas | Cambio climático y medidas de adaptación | 28 de marzo de 2018
Era el 11 de marzo de 2018 cuando, después de tantos años de postergado, llegó el momento de visitar el Biomuseo.
No terminó siendo por propia iniciativa sino como parte del organigrama académico correspondiente a una de las materias de doctorado; para dar por terminada la maestría de especialidad.
El punto de encuentro había sido acordado en la parte baja de las escaleras del Biomuseo a las 10:00 a.m. y ahí estuvimos, puntuales en su gran mayoría. A medida que fueron llegando los demás compañeros participantes, surgieron temas de conversación de diversa índole, puesto que es un grupo multidisciplinario. Los arquitectos exponían su opinión acerca de lo que había sido el impetuoso diseño, los de la rama civil comentaban, con marcada pasión, acerca del cálculo de los pernos para la fijación de cada viga de acero y todos llegábamos a la conclusión de que los esfuerzos fueron enormes para unir todas las piezas que alguna vez surgieron del pensamiento del Arq. Frank Gehry, luego un diseño, una maqueta, planos y posteriormente a lo tangible… a la vida real. Hubo cabida para reflexionar en que todas las ramas de nuestras líneas de formación profesional necesitan unas de otras. No son autónomas, ni una menos importante que otra.
Entre tanta amena tertulia y retroalimentación, llegó el momento de dar inicio al grandioso recorrido.
Ascendimos las escaleras y una vez en el vestíbulo, nos recibió una preciosa mujer representante del grupo étnico Guna. La cual nos dió una muy cordial, calurosa y respetuosa bienvenida y nos explicó la razón del diseño arquitectónico con el que cuenta el Biomuseo. Y es que esencialmente se buscó recrear la apariencia de árboles con troncos gruesos y longevos, acompañados de sus grandes doseles, simulando de modo ideal; las caídas naturales de agua lluvia entre las hojas de estos. La idea del diseño edilicio se concibió tan pura en su esencia; que se pudo observar nidos de aves, en áreas estratégicas de las vigas que sostienen los tejados.
Al grupo se le indicó que, en la medida en que nos fuésemos adentrando entre las galerías de exposición; nos encontraríamos con una serie de láminas informativas, con el objeto de ampliar conceptos, más allá de lo que nuestra experiencia sensorial y los guías a cargo de las galerías nos pudiesen transmitir. A partir de esta indicación, se nos entregó un dispositivo, por medio del cual podríamos acceder a esa información adicional; anteriormente descrita.
Fueron alrededor de seis galerías las visitadas y las que hasta el momento conforman la ruta de galerías de exposiciones. Mas una galería de exposiciones temporales o eventuales.
La visita entre las galerías se dió iniciando por Biodiversidad; en donde Argelys; guía encargada, hizo muchísimo énfasis en los diversos ecosistemas existentes en el planeta y en nuestro país. Se pudo conocer de una particular especie endémica de alga roja, la importancia de la preservación de la vida silvestre del istmo, como también pude constatar por “n” vez lo sabia que es la madre naturaleza. Llamó poderosamente mi atención el enterarme de la inteligencia perfecta de una oruga y del modo en que esta opera en la planta al momento de su alimentación, para no ser afectada por las toxinas de la misma.
Muy importante y digno de destacar, fue para mí, el que hayan tomado casi toda una pared de esta galería para mostrar al visitante, por medio de siluetas con sus respectivos nombres, el nivel de afectación por extinción de especies que existieron en el istmo desde los inicios, como fracción terrestre emergida hasta nuestros días. Mural con el nombre de: Perdemos biodiversidad; somos la causa.
Realmente me logró estremecer y espero ayude a demás miembros de la población a tomar conciencia en cómo los efectos antrópicos, siguen hoy por hoy acabando con la fauna y la flora nacional.
Dentro de Panarama experimenté 360° de asombro y sensaciones de curiosidad y sorpresa, me preguntaba a mi misma, muy continuamente ¿…y ahora qué viene? Se me hizo fascinante observar la dinámica del agua lluvia desde el punto mas alto de la montaña, allá en medio del bosque maduro… como bajaba por medio de escorrentías de las cuencas imbríferas; facilitándole y bendiciéndole la vida a plantitas y animalitos a su paso y luego su final puesta en el mar… Espléndido también fue estar sentada sobre los cristales del piso de aquella sala de exposiciones y ver como en todas las pantallas se conjugó ¡ese palo de agua! y llevarme esa sensación de estar ahí en la tierra, entre los charcos… Sin duda alguna mi niña interna salió a pasear. Tanto así que trajo a mi mente, en esos precisos instantes, la parte de una de mis canciones favoritas; que dice: “… el niño que llevo adentro nunca calla y me invita siempre a habitar de lo que sueña… una visión intacta, una perspectiva astral del alma… todo viaje empieza hoy, ya me leí el ayer… nos vemos mañana…” -Cultura Profética.
Salí realmente feliz de esta exposición.
La galería El puente surge me pareció super interesante; en lo personal siempre he tenido marcada atracción por la dinámica de la tierra, sus estratos, minerales de rocas y demás tipos de formaciones.
Fue un encuentro fascinante; conocer los vestigios de formaciones rocosas que datan de nuestra vida como territorio emergido desde las profundidades abisales, el poder conocer con pruebas tangibles la procedencia volcánica de nuestro terruño y de paso formas de vidas manifestadas en fósiles.
En la galería El gran intercambio me cautivó la genialidad en cómo plasmaron de forma tan creativa y comprensible para todos, la dinámica experimentada por las especies de los hemisferios norte y sur, a su paso por el istmo de Panamá, se me hizo demasiado brillante, la idea de situar las réplicas de dichas especies en direcciones que obedecían sí al norte o al sur en su tránsito. ¡Verdadera genialidad!
jSin lugar a duda, el hecho de que hayamos emergido; nos hizo puente entre los hemisferios y no quedó solo ahí, los alcances impactaron notablemente en el cambio no solo de vida silvestre; sino también en corrientes marinas, modificación al clima de otras regiones, entre otros cambios a nivel mundial. Nadie iba a pensar que una porción de territorio tan ínfimo iba a acarrear consigo tan grandes cambios y modificaciones en los entornos ya existentes.
¡El istmo de Panamá es lo máximo!
Pasando por galería La huella humana; se nos documentó acerca de la llegada de los primeros hombres al istmo, a los cuales la historia los bautizó bajo el nombre de Paleoindios y tiene su lógica esta nomenclatura; ya que no eran personas con nivel académico ni grado de sofisticación, sino que eran hombres de cavernas con vestuarios muy elemental y herramientas para la caza fabricadas de modo artesanal, en fin, estos tenían un nivel de desarrollo social y cultura, muy primitiva. Fue interesante analizar que gran parte de la extinción de las especies animales salvajes en el territorio ístmico e incluso a nivel mundial, no fue únicamente ocasionado por cambios climáticos, sino también de la necesidad de estos primitivos representantes de la raza humana, los cuales se vieron motivados a la cacería a raíz de la escasez de alimentos, vestido y por qué no considerar también: defensa.
Como última fase, dentro de esta misma galería hubo un espacio para el análisis de la mancha de devastación y contaminación, plasmado por medio de imágenes comparativas, a lo largo de los años. Hecho que por medio de Luis el guía a cargo nos llevó a reflexionar en el ¿Cómo?, de allí en adelante ayudaríamos a frenar el fin de la vida en nuestro planeta a manos de la inadecuada disposición de los desechos, mala utilización de recursos naturales no renovables; ejemplificando el agua, como uno de ellos y se tomó su tiempo para educar en que entre menos papel utilizamos menos bosques serán devastados. ¡Conciencia es la clave!
En la galería Océanos divididos; se reafirmó una vez más que el surgimiento del istmo de Panamá, no solo trajo modificaciones visibles únicamente sobre la superficie terrestre y cambios perceptibles respeto a clima y corrientes eólicas. Sino que también tuvo gran impacto en la vida marina. Después de que todas las especies marinas compartían un mismo océano, una vez separadas por la emersión del istmo; ahora estas estarían formando parte de un océano pacífico y un mar caribe. Desencadenando este hecho una serie de variables que llegan a dotar a las poblaciones de vida marina endémica de cada zona ya descrita; únicas de dichas aguas. Llámese Pacífico/Caribe o Pacífico/Atlántico.
Para mí fue asombroso conocer que parte de nuestro Caribe, en la formación geológica de Gatún, era utilizado por el megalodón, especie de tiburón gigante; como zona de criadero, a razón de las someras profundidades del área.
La maqueta a dimensiones reales de la mandíbula de un ejemplar de megalodón maduro me pareció un espectáculo total y más aun el poder haber visto tan de cerca sus piezas dentales.
Fue fascinante y debo expresar que al principio de mi recorrido llevaba conmigo muchas expectativas; expectativas que fueron fascinantemente superadas y con muchas ansias de ser repetidas. Estaré al pendiente de la inauguración de los acuarios con especies endémicas de los dos océanos.
La galería temporal que en esta ocasión portó el nombre de Cielo cubierto de infinitas aves; inició con una amable bienvenida por el guía a cargo, quién comenzó formulando la pregunta ¿Qué hacen las aves cuando llegan los cambios de temporadas?, este fue el preámbulo. Por cierto, muy entretenido. Puesto que nos compartió las primeras respuestas dadas a la pregunta formulada, solo que estas respuestas habían sido dadas por parte de los grandes sabios de épocas pasadas y fue chistoso, porque muchas o casi todas eran bastante descabelladas para el nivel de lógica y pensamiento ordenado que tenemos a nuestro a haber en estos días. No obstante, esa primera interacción, nos recuerda que la línea de la construcción del aprendizaje y la sabiduría misma; no siempre se dan en una trayectoria constante, sino que la misma podrá tender a aciertos y desaciertos hasta llegar a su punto definitorio.
Dentro deesta galería, esta parte ocupó una importante valoración para mí. Ya que mi vida, como también la de muchos otros, ha sido fundamentada precisamente en eso, en aciertos y desaciertos hasta llegar a firmes cimientos.