Por: Eder Herrera y John Hudson. 2018.
Tema de contenido libre. Curso Cambio climático y medidas de adaptación. Maestría en Ingeniería Geotécnica. Facultad de Ingeniería Civil. Universidad Tecnológica de Panamá. I cuatrimestre. 28 de febrero.
Ábrete camino hacia la fama y la fortuna convirtiéndote en un fatalista
Sabemos que a través del tiempo han existido muchos personajes, entre ellos científicos, que han expuesto distintas ideas sobre temas de forma fatalista; y no existe contraindicación alguna que se los impida. Al contrario, existen opiniones encontradas al respecto. En este trabajo, nuestro enfoque está dirigido a detallar tanto el lado positivo y negativo de las cosas, sin alejarnos del fin al que se quiere llegar siendo un fatalista.
Enfoque fatalista…
observando los distintos fenómenos que se dan a nuestro alrededor es normal pensar que cada uno se deba a los constantes cambios que experimenta el planeta, y que todos guardan estrecha relación con el clima. Es cierto que se ha experimentado mucha actividad sísmica en los últimos meses en la ciudad de Panamá y, a finales del 2017 y principio del 2018 se han producido terremotos de gran magnitud en México.
La pregunta que cabe, ¿se deberá esto al cambio climático? Es la constante interrogante que todos nos hacemos siempre cuando estos eventos se dan tan continuamente. Los relacionamos mucho con los drásticos cambios de temperatura sobre la superficie terrestre.
El hecho de que la comunidad científica no se ponga de acuerdo a la hora de sentar bases en decidir si los eventos sísmicos ocurridos se deben al calentamiento global, no nos permite negar que esto y otros eventos naturales estén ligados a este fenómeno.
A través de los años, las placas tectónicas se desplazan renovando la superficie, lo que indica que el planeta está en constante movimiento. Es necesario tener presente que el clima no es algo estático. Es importante que estemos claro en eso, en que cambia con el tiempo.
Según estudios, existe una alta tendencia que conduce al calentamiento. ¿Qué pasará en el futuro? Este dependerá de lo que hagamos en la actualidad. Pero, tal parece que lo observado en la tendencia del calentamiento global se está cumpliendo y no estamos haciendo nada serio al respecto.
Se prevé que se generarán impactos previsibles como olas de calor, fenómenos climáticos extremos, aumento del nivel del mar -es conocido que gran parte de la población mundial vive en lugares cercanos a la costa-. Al mismo tiempo, la transmisión de enfermedades infecciosas en lugares con climas en donde en este momento no la hay, a través de diferentes vectores. También, sequías o inundaciones extremas, alteraciones en la dinámica del volumen del agua almacenada como nieve o hielo, afectando al abastecimiento de agua potable, sobre todo en países en desarrollo. Claramente han expuesto los científicos, que han venido evaluando todos estos cambios, que estos son causados principalmente por actividades humanas.
Para evitar los efectos, que pueden agravarse debido al cambio climático, está la protección e incremento de sumideros naturales que desde luego están representados por la vegetación terrestre y las algas y otras plantas en mares y océanos. Pero, sabemos bien que esto es prácticamente imposible debido a los intereses de las grandes industrias que, día a día, reforestan menos. Las leyes existen, pero no se hacen cumplir ¿Quién debería regular esta situación?
Otro panorama de la situación implica hacer cambios en el modelo energético. El uso de energías de bajo consumo, energía renovable, energía nuclear aunque, evidentemente, generaría otros problemas de tipo ambiental y crearía cierta contradicción en lo que mencionamos.
¿Por qué no hacemos algo más al respecto? Pues el ser humano intenta minimizar costes, haciendo un poco de todo, a veces con un cierto optimismo trascendental de que las cosas se van a mejorar de alguna manera. Tal vez, porque los efectos son a largo plazo. Cuando quiera toda la población tomar conciencia podría ser demasiado tarde para tomar medidas. Esto parece conducir a un despeñadero al que todos iremos, repitiendo sarcásticamente que algo se va a dar, sin mostrar algún interés posible en solucionar.
¿Será que no hay conciencia ética o una falta de motivación lo que conduce al no hacer nada? Esta incógnita nunca tendrá una respuesta certera. En realidad, como ya dijimos, no existe un acuerdo con la realidad y una conciencia de que los fenómenos naturales son dinámicos. Es decir, “jamás un fenómeno natural se va a detener a esperar que decidamos qué hacer”. Explicado todos estos puntos, ¿cree usted poder frenar el cambio climático?
Al parecer es inminente y aunque podríamos minimizar en poco, debemos tener presente que «algo» que está en constante cambio, a través de mucho tiempo, no puede, de la noche a la mañana, ser alterado. Esto, debido primeramente a que deberíamos estar todos de acuerdo en lograr algo, y lo que sí es un hecho visible es que no se logre teniendo un problema de actitud frente a un acontecimiento que solo pertenece a la naturaleza.
Girando el contexto en que si aceptamos un hecho natural como inminente sin pensar siquiera en la idea de detenerlo, sino simplemente prepararse para lo que trae consigo como las posibles nuevas enfermedades que se den, se puede crear una nueva forma de ver las cosas al aceptar todo como es. En un primer intento se puede o no aceptar la idea de que el cambio está y más que nada debemos aceptar las tecnologías y avances que se presentaran para preservar la vida aunque sea por un tiempo corto, por ejemplo no pensar vivir un largo tiempo en donde los alimentos producidos por las industrias no son naturales, pero si vivir mejor sacando provecho de las mismas tecnologías acoplándonos a lo moderno.
Ahora bien, una proliferación de nuevas enfermedades tiende a darse pero, ¿es correcto echarle toda la culpa al cambio climático? Es otra incógnita que se generaría porque sea cual sea el final de todo siempre existen muchos otros factores. Los microorganismos patógenos están mutando. Un ejemplo claro puede ser el de los avances enfocados en las guerras bacteriológicas que laboratorios de países desarrollados usen contra países subdesarrollados y luego puedan vender los tratamientos carísimos. Esto representaría un enfoque no muy lejos de la realidad en nuestro entorno que puede sacarse provecho; aunque son las industrias los primeros inconscientes o inteligentes, dependiendo como se vea.
El aprovechamiento de recursos por los empresarios no es del todo errado si somos conscientes de un fin inminente, porque sabemos que el poco tiempo que queda no está garantizado y por ende se pueden aprovechar todas las oportunidades que se presenten en el aspecto económico, utilizando los recursos que tengamos a mano no para mejorar del todo pero si usarlos a nuestro favor generando el mayor capital posible para pagar las tecnologías que nos puedan mantener con vida.
Al Gore de agricultor y político a experto en cambio climático
Se habla mucho de calentamiento global, pero de donde provienen estas ideas, quienes las impulsan, hay algún interés político y económico detrás de estas instituciones o personajes del medio, o simplemente el interés de ganar fama a partir de fatalismo. Muchas veces se encuentran estudios y conferencias fácilmente refutadas por simples investigaciones científicas. Estos personajes e instituciones basan sus supuestos estudios en datos exagerados y muchas veces modificados a conveniencia. Muchos de estos artículos sufren de serias imprecisiones, conducen a la confusión, llama a un infundado fatalismo.
En esta pequeña recopilación intentaremos aclarar y desenmascarar estos hechos para que se conozcan al menos la punta del iceberg de la verdad sobre cambio climático desde la mirada de los hechos. El interés oculto detrás de obtener fortuna y fama a partir de un tema de alto interés en nuestros tiempos.
Uno de los grandes impulsadores de estas teorías fatalistas de cambios climático es el general y ex vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore. En 2000, Gore, candidato demócrata a la presidencia, perdió contra e republicano George W. Bush en una elección increíblemente pareja. Después de 2001, Gore ha tenido más éxito como ambientalista que como político. El ex vicepresidente, que ostentaba un patrimonio neto relativamente modesto de $ 1,7 millones cuando se postuló a la presidencia en el 2000, mayormente en activos agrícolas familiares, se ha convertido en un magnate de los medios y en un financiero en la última década, con una fortuna personal valorada en más de $ 200 millones.
Este “ambientalista”, gasta millones en publicidad para fácilmente pedirle a las personas que cambien su comportamiento, desde llevar una botella de agua reutilizable o comprar huevos y carne de animales libres hasta evitar viajes largos para minimizar la quema de combustible fósil. Como si esta crisis pudiera ser evitada por suficientes personas comunes colocando paneles solares en sus casas, comprando autos eléctricos o renunciando a viajes distantes para ahorrar combustible. Sin embargo, este personaje de la clase acomodada posee enormes casas con calefacción convencional y realiza viajes a todas partes de mundo. Tal parece no adoptar la responsabilidad de sus discursos fatalistas. Y se junta con otras celebridades que hablan mucho sobre el clima pero que viven estilos de vida lujosos, y poco amigables al ambiente.
Su libro de 2006 Una verdad inconveniente dio lugar ese año a la película del igual nombre, que ganó un Oscar en la categoría de documentales. Al Gore se convirtió en el principal profeta del catastrofismo climático, y en 2007 recibió el Premio Nobel de la Paz, compartido con el IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático).
La película Una verdad inconveniente ha sido criticada por sus errores y exageraciones acerca de los efectos del calentamiento global. Por ejemplo, su afirmación de que el nivel del mar subirá hasta 6 metros (su ritmo de ascenso medido es de unos 20 cm por siglo) o su infundada afirmación de que el huracán Katrina fue debido a la emisión humana de CO2 y otros gases de efecto invernadero. El 10 de octubre de 2007, un juez de la Alta Corte de Justicia del Reino Unido dictaminó que esa película no podía ser exhibida en escuelas británicas sin una nota previa que señalara sus inexactitudes científicas y su sesgo político.
Estos dos temas nos llevan a pensar que la humanidad desaparecería al cabo de poco tiempo. O la consecuente acumulación de CO2 provocaría eventos naturales apocalípticos que acabarían con todo ser vivo. Estas ideas fatalistas lo han hecho ganar grandes reconocimientos en el cine y organismos internaciones, aumentando su fama y fortuna exponencialmente.
En 2007, publicó un libro llamado Atentado contra la Razón, donde afirma la existencia de un muy cercano y peligroso punto de inflexión (o de no retorno) en la temperatura global, donde no se podría hacer nada para evitar un daño a la habitabilidad de planeta. Al Gore, a raíz de estas ideas fatalistas fue desafiado por el profesor J. Scott Armstrong, de la Universidad de Pennsylvania, a una apuesta de US$ 10 000 sobre lo que sucedería en los siguientes diez años con la temperatura global. Aunque Gore decidió no apostar, Armstrong encomendó al sitio theclimatebet.com que hiciera un seguimiento sobre cómo habría resultado la apuesta.
Al Gore, que no es científico, no cuantificó su pronóstico sobre el ‘punto de inflexión’ irreversible. Sin embargo, se encontró una solución simple, basada en que, en general, Gore tendía a ser más fatalista que el IPCC. Por ejemplo, la predicción más pesimista del IPCC sobre el ascenso del nivel del mar en el siglo XXI era de casi 60 cm, diez veces menos que el pronóstico de Gore. Por lo tanto, se utilizó la proyección media del Tercer Informe del IPCC (de 2001) para representar la hipótesis catastrófica. La alternativa considerada en la apuesta, fue la hipótesis de temperatura global constante a lo largo de los diez años. Si el catastrofismo perdiera la apuesta en esas condiciones, con mucha más razón la perdería en las condiciones de las predicciones más fatalistas de Gore y del propio IPCC.
Este grupo de trabajo, ajustado al modelo «Fatalista», diagnostica que el cambio climático responde tanto a causas tanto humanas como naturales. Los «fatalistas» consideran que el cambio climático es un riesgo público y exageran sus ideas. Son escépticos de que el debate científico esté resuelto sobre el modelado del IPCC. Es probable que ellos se pregunten: ¿Cómo puede alguien tomar medidas si la investigación es parcial?
Los principales expertos en cambio climático han advertido sobre la «Hollywoodización» de las advertencias globales y han criticado a los científicos y personajes públicos y de la farándula estadounidenses por exagerar el mensaje del calentamiento global. Los profesores Paul Hardaker y Chris Collier, de la Royal Meteorological Society, dijeron que los científicos, los grupos de campaña, los políticos y los medios de comunicación eran todos culpables de comprender que los eventos catastróficos eran más probables debido al efecto humano sobre el planeta, cuando esto no podía probarse.
Se ha hecho un llamamiento a la crítica por un informe de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, que dijo que la intensificación de las sequías, las olas de calor, las inundaciones, los incendios forestales y las tormentas son «señales tempranas de daños aún más devastadores». Chris Collier se expresa sobre el tema, advirtiendo que era demasiado pronto para «asumir que todos los fenómenos meteorológicos extremos están aumentando».
Se han dado casos donde se han alterado gráficos y datos históricos para alarmar al público en general. Famosos gráficos del NCDC y del USHCN, ambos de NOAA y GISS de la NASA, muestran, no sólo un aumento de la temperatura global, sino que una aceleración de ésta hasta estos días.
Sucede que los datos de esos gráficos han sido severamente corrompidos con el fin de lograr el máximo impacto al momento de ser exhibidos en la pasada cumbre de París del 2015. Descubierto inicialmente por la Universidad de East Anglia en relación a los días más calurosos del siglo seguido de las investigaciones llevadas a cabo por Joseph d’Aleo (Ph.D., Consultor certificado en meteorología y Pdte. de IceCap.US) y por Michael Smith (Consultor certificado en meteorología y programador de computación).
Las personas que ven detrás de las declaraciones interesadas de los fatalistas del calentamiento global sobre un supuesto «consenso» siempre han sabido que no existe tal consenso fatalista entre los científicos. Ahora que tenemos acceso a estudios rigurosos de los propios científicos, se está volviendo claro que no solo muchos científicos discuten la afirmada crisis del calentamiento global, sino que estos científicos escépticos pueden ciertamente formar un consenso científico.
Otros ejemplos de cadena de televisión y periódicos famosos son:
El New York Times con severidad predijo: «El final de la nieve» en 2014. Mas ese año, el esquí de nieve se extendió hasta el verano en Colorado y California.
ABC News en 2008 les dijo a los televidentes que para el año 2015, la ciudad de Nueva York estaría bajo varios pies de agua debido al aumento del nivel del mar.
Incluso el heredero del trono británico, el Príncipe Carlos, en julio de 2009 dijo a la audiencia que teníamos 96 meses para salvar el mundo. Lo que significa que el mundo debería haber terminado hace unos años.
A pesar de todas estas predicciones que resultaron ser erróneas, hay muchas amenazas, además del cambio climático, que podrían destruir el mundo. Entre otras, el impacto de los asteroides; estallidos de rayos gamma; agujeros negros; llamarada solar gigante; súper volcán; epidemia global; desastres naturales y otros provocados por el ser humano.
Cabe destacar que, hoy en día, la fama y fortuna de muchas personas de medios nacional e internacional se han visto incrementadas. Su fama y fortuna, debido a estas campañas fatalistas, se han disparado en valores absolutos. Se utiliza la excusa de incremento del CO2 para justificar la venta de vehículos electrónicos, beneficiando a grandes empresas aumentando la venta de sus nuevos productos. Se han creado nuevas leyes que aumentan los impuestos a industrias por la emisión de gases de efecto invernadero. Estas empresas sus filiales a países menos regulados, pero donde también encuentran mano de obra más barata y menos impuestos. ¿Se beneficiarán los grandes inversionistas de estas empresas obteniendo más ganancias? Pienso la respuesta es sí menos gastos equivale a más ganancias.
En el ámbito nacional vemos casos me antiguos activistas del ambiente que, a raíz de la fama obtenida por sus campañas, hoy en día son parte del ámbito político. Han utilizado la fama obtenida para obtener altos puestos de mando con grandes salarios aumentando su patrimonio considerablemente en pocos años.
Otros casos de personas en televisión paga, que obtienen su minuto de fama en programas de “reality show”, a través del fatalismo, son los preppers. Estos representan a aquellas personas que creen que un desastre catastrófico o una emergencia es probable que ocurra en el futuro y hacen preparativos, activos para ello, generalmente mediante el almacenamiento de alimentos, municiones y otros suministros.
Sus ideas se basan en los siguientes supuestos:
• Los trópicos soportarán la peor parte de los desastrosos aumentos de temperatura de hasta siete grados centígrados.
• Millones de personas serán desplazadas, millones de especies estarán en peligro de extinción.
• Las principales ciudades, como Nueva York y Londres, lucharán para sobrevivir al aumento de las temperaturas que los seres humanos nunca antes habían experimentado.
• Cientos de millones de refugiados que se están calentando a nivel mundial se desplazarán ilegalmente a través de las fronteras.
• La vida en partes del planeta comenzará a ser aniquilada por el cambio climático en dos décadas.
• Según los expertos, los ecosistemas serán destruídos y las economías paralizadas, lo que supondrá un duro golpe para los suministros mundiales de alimentos.
• Se prevé que las olas de calor, las sequías, los incendios forestales, los fuertes aguaceros, las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos sean más fue desafiado frecuentes e intensos, con graves consecuencias para la salud y el bienestar de las personas. Los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos incluyen enfermedades o la muerte como resultado de estrés por calor, lesiones, ahogamiento, contaminación del aire y el agua y efectos en la salud mental.
En conclusión, los científicos mencionan no exagerar el tema de cambio climático. Los expertos en cambio climático han opinado sobre las exageraciones y fatalismo en cuanto a las advertencias globales usadas por Hollywood.