Por: Verónica Bravo, Christian Malcolm, Fernando Alvarado y Luis L. King O. 2016 (septiembre).
Temas de contenido libre. Cambio Climático y Medidas de Adaptación. Maestría en Ingeniería Civil. Universidad Tecnológica de Panamá.
Contenido
- Introducción
- Antecedentes
- Definición de árbol
- Partes del árbol y variedades
- Equilibrio del medio ambiente y en el desarrollo de la economía
- Reforestación para preservarlos y regenerar especies
- Árboles… ¿asesinos?
- ¿Por qué se caen los árboles?
- Medidas preventivas para evitar caída de árboles
- ¿Qué debo hacer?
- ¿Quién debe pagar los daños por la caída de árbol?
- ¿Qué tan común son estos casos?
- Acciones preventivas
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
“Sino fuera porque las cárceles están superpobladas, seguro que metieran a los árboles» que en los últimos años están provocando accidentes fatales.
El presente escrito es para tratar de resolver las interrogantes de si el término “Árboles… ¿asesinos?” es correcto o no, crear un debate entre los estudiantes de la materia de Cambio Climático, y concienciar sobre esta problemática. También tratar de aclarar, quién en realidad es el culpable de tan numerosos incidentes o eventualidades en nuestra área urbana, donde existe una gran cantidad de árboles frondosos, sin ningún tipo de programa de mantenimiento (podas) oportuno.
Presentaremos en forma breve una pequeña definición de qué son los árboles, sus partes, equilibrio con el medio ambiente y reforestación para, poco a poco, ir debatiendo sobre el tema final: Árboles… ¿asesinos? y del por qué se están cayendo. Más que buscar culpables, unirnos para conseguir el consenso nacional para obtener una solución breve a estos incidentes (caídas de árboles), respetando el medio ambiente que es nuestra fuente de vida.
Antecedentes
Al parecer los llamados Árboles Asesinos, ya están tan viejos y cansados de vivir y ver las mismas cosas todos los días que se están dejando caer. Lo malo es que no se fijan dónde van a dar y se llevan por delante al que esté por ahí desprevenido.
Producto de las intensas lluvias, los viejos árboles ya no aguantan tanto vaivén de la naturaleza y como poco se preocupan las autoridades de darles mantenimiento, parece ser que están enfermos de hongos y al suelo están dando con sus viejas ramas.
Ya existen varios incidentes que han causado estragos en casas, carros, avenidas y personas pero, las autoridades responsables hacen caso omiso a esto o no prestan la atención adecuada porque aseveran que “talar” atenta contra la ecología, hasta que se cobran vidas humanas.
Una vez ocurran estas tragedias con los llamados Árboles Asesinos, queda la interrogante: ¿Y los daños y perjuicios a quién se les cobra?
Definición de árbol
Planta de enorme porte y gran longevidad. Un árbol es una planta de gran porte, de tronco único leñoso y que se ramifica a cierta altura del suelo. La planta será considerada como árbol si ya en su madurez, su altura, supera los 6 metros de alto y además produce ramas secundarias año tras año, diferenciándose por estas condiciones de los arbustos.
Por otra parte, la longevidad resulta ser otra característica propia de este tipo de planta, por ejemplo, algunas especies, tales como las secuoyas gigantes californianas, las cuales pueden superar los 100 m de altura y más de seis mil toneladas de peso.
Partes del árbol y variedades
Los árboles se encuentran prendidos a la tierra por un grupo de raíces que se unen al mencionado tronco leñoso, en tanto, la corteza, que ejerce la función de protección, se hará más lisa a medida que se avanza en altura y por el lado de las ramas que lo componen, las mismas, siempre, se encontrarán en el mismo lugar, aunque, con el tiempo se tornarán más gruesas. Según el lugar y la temporada, de las yemas brotarán ramillas, hojas y en algunos casos hasta flores.
Tal como mencionamos más arriba, cada año los árboles añaden a su tronco y a sus ramas una nueva capa de crecimiento, si se corta el tronco nos encontraremos con anillos que no solamente nos permitirán conocer la edad del árbol, sino que analizando el grosor de los mismos podremos saber cuánto ha crecido durante el año el mismo.
Existen diversos tipos de árboles, frondosos (de hojas anchas y planas, producen flores y son propios de aquellas zonas más cálidas, tales como el roble, las hayas y los arces), coníferas (característicos de las zonas frescas, poseen hojas duras y finas y en su mayoría producen piñas) y los tropicales, siendo las palmeras el más característico y popular de este tipo (necesitan para vivir del calor y de las lluvias).
Pero más allá de las variedades hay estructuras en los árboles que se repiten, tal es el caso de la raíz, que es el componente que le permite al árbol nutrirse; el tronco que provee la madera y que es la parte más dura que mantiene a la copa del árbol; las ramas surgidas del tronco se afinan una vez que llegan a los extremos; y las hojas que despliegan una función muy importante en cuanto a la atracción de la luz solar para llevar a cabo el proceso de la fotosíntesis.
Fundamentales en materia de equilibrio del medio ambiente y en el desarrollo de la economía
Los árboles, además, resultan ser una parte predominante y muy necesaria dentro de cualquier ecosistema, ya que no solamente contribuyen a prevenir la erosión, sino que además visten paisajes, forman selvas y bosques; y también son esenciales a instancias del desarrollo de varias industrias como consecuencia de la madera que de ellos se extrae y que resulta ser una materia prima fundamental en el ámbito de la construcción y del diseño de muebles de madera, por ejemplo.
También son muy importantes para la industria del papel dado que la celulosa de los árboles se emplea para fabricar este material tan importante y tan usado en diversos contextos. La explotación económica de los árboles no es nueva ni mucho menos sino que data de los tiempos más remotos cuando precisamente se descubrió la tremenda utilidad que se le podía dar a las materias primas que de ellos se obtenían.
Entonces, los árboles son muy importantes para la actividad económica de cualquier nación y para mantener equilibrado el medio natural en el que están insertos.
Reforestación para preservarlos y regenerar especies
Como consecuencia de lo expuesto fue necesario que el ser humano tome conciencia de la relevancia de los mismos y ocupase de realizar un uso eficiente de los árboles, evitando la tala indiscriminada, un accionar que por supuesto perjudica a la vida en el planeta.
Pero claro, no fue un trabajo sencillo pero finalmente las grandes empresas que necesitan de los árboles para producir sus productos comprendieron que ir en contra de los mismos, usándolos de un modo irracional, también se verían seriamente perjudicados en el futuro, entonces, tomaron medidas efectivas y desarrollaron políticas de protección en este sentido.
Así es que encontró razón de ser la actividad de la reforestación, que justamente se propone la generación de árboles en la misma proporción en la que se los va utilizando, para que jamás falten…
Se entendió que se si no se lleva a cabo una tarea como la reforestación tarde o temprano se desencadenarían serios problemas en torno a la actividad económica que protagonizan y asimismo en materia ambiental, teniendo en cuenta además que la población sigue y sigue creciendo.
La dendrología es la disciplina que se ocupa de estudiar todo aquello que es propio de estos y por su lado, la silvicultura, se ocupa de su estudio científico y lo inherente a la práctica de su cuidado y cultivo.
Árboles… ¿asesinos?
¿POR QUÉ CAEN LOS ÁRBOLES?
¿Son válidas las razones que nos dan las autoridades?
¿Se podrían evitar las tragedias ocasionadas con la caída de los árboles?
¿Qué hacer?
Un susto de 20 metros.
Al principio solo se presentaban caídas “imprevistas” de los árboles en la época de lluvias, acompañadas de fuertes vientos. Ahora no, sea o no temporada de lluvias, frecuentemente hay noticias de árboles que se derrumban causando daños y tragedias.
No se necesitan muchos estudios para ver la gran cantidad de árboles muertos, secos, inclinados y peligrosos que hay en toda la ciudad. Lo más lógico es que una administración responsable empiece por eliminar y retirar estos árboles. Las autoridades actuales ya no pueden seguir argumentando que no se hace porque la ciudadanía les va a criticar por estar atentando contra la estabilidad ecológica. No es cierto, la realidad es que hay negligencia, falta voluntad política (la madre de todas las causas), existe una total descoordinación entre las diferentes instancias encargadas y el problema sigue creciendo. Con esta actitud, pareciera que se han propuesto que la gente en lugar de amar, odie los árboles.
Todos estos graves accidentes se pudieran evitar si existiese planeación o al menos previsión y mantenimiento de los árboles en la ciudad. Lamentablemente el resultado es que la gente ahora tiene mucho temor y sin más razonamientos prefiere cortar o derribar árboles que no ameritaban estos tratamientos.
Un árbol puede caer o derrumbarse por muchas razones, todas son explicadas por la Arboricultura: la ciencia y el arte del cuidado de los árboles urbanos. Se podrían clasificar estas causas en directas e indirectas.
• Las causas directas son aparentes, son las que vemos y evidentemente han ocasionado que el árbol caiga; son los argumentos que utilizan las autoridades para “explicar” a la opinión pública la razón del fracaso: que el árbol tenía sus raíces descompuestas, que son especies de madera quebradiza y de raíces someras, que el suelo está reblandecido por las lluvias, que el árbol estaba muerto, inclinado, en un talud, que las lluvias son atípicas, etc., etc. En pocas palabras: los culpables son los árboles. Pero quien los plantó y los abandonó allí fueron las mismas dependencias delegacionales o centrales.
• Las causas indirectas son las que están atrás y explican realmente por qué caen los árboles. Además de la falta de voluntad política, la negligencia y la ausencia de coordinación gubernamental, las más importantes y de las que vamos a tratar aquí son: falta de planeación en las arborizaciones urbanas, pésima selección de especies, plantación inadecuada, ausencia de previsión y carencia de mantenimiento para los árboles.
La planeación forestal urbana no debe ser trianual o sexenal, se hace para que los árboles duren 60, 80, 200 o 1000 años. La falta de este tipo de planeación ha sido la característica del tratamiento que se ha dado a las áreas verdes, cuando la ciudad creció a un ritmo vertiginoso y hubo necesidad de crear espacios verdes. Así, el mal llamado “desarrollo urbano” se ha dado sin incluir, más bien a costa de destruir las áreas verdes para colocar cemento. Los sucesivos gobiernos de la ciudad han llevado a cabo trabajos de arborización orientados más por los intereses inmediatistas de los políticos en turno que por las normas de la Dasonomía y la Arboricultura; estas ciencias no han sido las herramientas de los administradores de las áreas verdes públicas para la toma de decisiones en cuanto a las plantaciones urbanas. Muchos funcionarios han viajado a Estados Unidos y Europa, seguramente habrán observado los parques y magníficos árboles en sus ciudades.
En la actualidad, la “política urbana” en cuanto al manejo de los árboles es autorizar o derribar sin mayor razón todos los árboles; cualquier pretexto es bueno para destruirlos. A cambio, las delegaciones instalan una gran cantidad de plantitas en forma de seto que para nada van a lograr el desarrollo, ni alcanzar el aporte de los beneficios que nos garantiza un árbol. Esto es injusto social y ambientalmente; a todos nos está perjudicando esta visión tan ignorante y tan miope de nuestras autoridades.
En la actualidad, no se aprovecha todo el potencial de los árboles para amortiguar el calentamiento global, capturar y almacenar carbono, y reducir la contaminación ambiental, visual y auditiva. Al contrario, impunemente los cortan de manera lamentable. Se está perdiendo contacto con la naturaleza, se olvida que son mucho más espectaculares los árboles.
El resultado es que las áreas verdes de la ciudad se encuentran en un estado lamentable: especies inadecuadas para la función y el espacio en que deben crecer, árboles muertos, plagados, riesgosos, desmochados, amontonados que compiten unos con otros, mal instalados, inclinados y que no logran desarrollarse saludablemente. Por desgracia esta situación no ha cambiado hasta el momento y el triste espectáculo de árboles que causan daños se sigue repitiendo, cuando de haber planeación estas tragedias se pudieran evitar.
La selección de las especies no ha sido la indicada para los diferentes sitios de la ciudad y para la función que se desea que cumplan los árboles. No se siguen las indicaciones de las técnicas de la arboricultura, se trabaja al “vapor”, se adoptan criterios políticos en donde ha imperado la “norma” de la cantidad y no la calidad de los árboles. Se plantan especies de talla chica, de mala calidad, que en poco tiempo ya están plagadas, mal enraizadas, con crecimiento defectuoso y por consiguiente, con riesgo de caer fácilmente.
La plantación de los árboles es inadecuada: aún hoy, en el siglo XXI, los árboles se siguen plantando abajo del nivel del terreno, enterrados como postes, como todavía se hace en las áreas rurales; se colocan sin una infraestructura especial como lo manda la arboricultura, que garantice un desarrollo sano, seguro y amplio de sus raíces.
En la actualidad no hay excusas, existe la técnica para diagnosticar y valorar el riesgo que representa un árbol. Es posible prever, medir el grado de avance en la descomposición de la madera, la condición de las raíces, la estabilidad estructural y el estado de vigor de un árbol; de tal manera que se puede determinar con alto grado de certeza si el árbol va a fallar, hacer las previsiones y tomar con anticipación las medidas necesarias. Además, la arboricultura cuenta con un arsenal de herramientas y técnicas para tratar y resolver los problemas de los árboles. Y lo más importante, medidas que de tomarse a tiempo salvarán al árbol y evitarán que éste cause más tarde daños irreparables.
Es la hora que no tenemos datos actualizados acerca del recurso árbol urbano en el Distrito Federal. Las preguntas básicas del manejo dasonómico: qué, dónde, cuánto, cómo, cuándo, quién, aún no se responden. Cuántos árboles tenemos, de qué especies, cómo están distribuidos espacialmente, en qué condición se encuentran, qué requieren, cuánto cuesta su tratamiento, cómo lo vamos a realizar, cuándo y quién lo va a ejecutar son aspectos de los árboles que se ignoran.
La situación amerita que se reconozca que estamos como estamos y se tomen ya las medidas conducentes para ordenar y orientar el manejo del recurso árbol urbano. Estas directrices son de diferente índole: legal, administrativa, técnica, social, organizativa, económica y política, principalmente. Pero bien vale la pena trazar estas orientaciones, y parece que es tarea de todos: sociedad, gobierno, arboristas (los especialistas en el cuidado de los árboles urbanos) y todos aquellos que vean la importancia de contar con los árboles que merece la Ciudad. Árboles que no causen pavor (tanto por su peligrosidad como por su feo aspecto), al contrario, que evoquen placer, que embellezcan el entorno y ayuden a mejorar nuestra calidad de vida.
Mientras no se haga lo que se requiere la frecuencia de la caída de los árboles va a aumentar. Aquí bien valdría la pena una lluvia de ideas para orientar la discusión e ir construyendo el camino hacia una sustentabilidad urbana teniendo en cuenta a los árboles. Porque los árboles seguros y saludables son imprescindibles para un desarrollo urbano sustentable.
Toman medidas preventivas para evitar caída de árboles
En Panamá los árboles caídos han dejado daños materiales y humanos, incluyendo la muerte de personas.
Con la época de lluvias comienza la caída de árboles, causando graves daños a la propiedad e inclusive amenazando la vida humana.
En el 2014, «el Sistema Nacional de Protección Civil, SINAPROC, podó 84 árboles en Panamá y unos 70 más a nivel nacional, luego de recibir llamadas de alerta de parte del público y de realizar las debidas inspecciones.»
Según Arturo Alvarado, director del SINAPROC, en el 2013 se creó una comisión formada por dicha institución, el Cuerpo de Bomberos, el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el Municipio de Panamá, ANCON y la ANAM (MiAmbiente), «para tomar medidas preventivas». Esta comisión realizó monitoreos en las áreas públicas de la capital, e inspeccionaron un total de 49 árboles, de los cuales unos 18 se talaron y otros 31 se podaron.
Si bien es cierto que las lluvias son de vital importancia para el desarrollo de la flora, en determinadas circunstancias, este factor puede convertirse en un gran riesgo.
Cuando un árbol está ‘enfermo’, los vientos y la lluvia pueden causar un impacto en él, haciendo que sus ramas tomen otra posición e incluso se quiebren.
Carmen Galdames, asistente en el herbario del Instituto Smithsonian por veinte años. De acuerdo a su experiencia, «ha podido observar que básicamente los árboles se caen cuando están enfermos, cuando sus ramas no se han desarrollado suficiente y cuando su madera es muy suave». Galdames señaló «que el árbol generalmente se enferma al ser atacado por hongos y por agresión de insectos, lo cual hace muchas veces que muera poco a poco». Afirmó que en la estación seca, las ramas de los árboles están sometidas a gran sequedad, por lo que pueden morir, en especial si no se han desarrollado lo suficiente. En general, durante el año se da un proceso que afecta al arbusto. Además, afirmó Galdames que ‘los árboles de madera fuerte como el roble y el guayacán generalmente solo desprenden ramas pequeñas que no causan lesiones, mientras que los de madera suave, como el corotú y el espavé, que alcanzan gran tamaño, desprenden ramas muy grandes, que representa un peligro. ‘Cuando aparecen las lluvias y los vientos fuertes es más factible que los árboles se caigan, ya que las ramas se vuelven más pesadas, y cuando éstas se agitan, pueden adquirir una postura casi horizontal y hasta pueden caerse, en especial si el árbol está enfermo o su madera es muy débil’, expresó.
SI TENGO UN ÁRBOL ENFERMO, ¿QUÉ DEBO HACER?
Si usted mira un árbol que está a punto de caer, debe tener en cuenta si está en un área privada o en un área pública. Si el arbusto se encuentra en un área privada, el proceso es llamar a la ANAM (MiAmbiente), quienes harán una inspección en un plazo no mayor a dos días para conocer su estado fitosanitario, y ellos determinarán si se debe podar o cortar, de acuerdo con las condiciones del mismo.
Si representa una amenaza, MiAmbiente emite una recomendación escrita y el dueño del terreno donde está el árbol debe pagar un permiso de tala, que oscila entre tres y diez dólares, según el tipo de arbusto, tal como lo señala la institución.
Se explica, que este proceso es complicado de hacer cuando las llamadas las hacen vecinos, debido a que a la hora de verificar, deben tener permisos de los dueños, para no violar el derecho a la propiedad.
Posteriormente, se debe llamar al SINAPROC para el corte del árbol (en un plazo de dos días), si éste representa un peligro (en este caso el servicio no tiene ningún costo), o de lo contrario, el dueño puede hacerlo por sus propios medios, de acuerdo a lo que recomiende MiAmbiente. Los dueños también deben encargarse de recoger los restos del árbol cortado o podado.
Por otra parte, si el árbol pertenece a la servidumbre municipal, el Municipio, a través de su departamento de ornato y aseo, debe ser quien gestione todo el proceso, pero debido a las limitantes del horario de atención y del protocolo, las personas pueden dar aviso a MiAmbiente para que ésta haga la evaluación y se tomen las medidas: si es una amenaza, el SINAPROC procede al corte o podado, y en este caso, el Municipio debe hacerse cargo de los restos. Si MiAmbiente no determina peligro, Ornato debe darle mantenimiento al árbol y encargarse del mismo.
Se resalta que MiAmbiente no es propietaria de los árboles de la servidumbre, sino solo una ‘administradora, que brinda apoyo técnico, por lo cual le compete al Municipio dar mantenimiento a los arbustos, los cuales tienen un período de vida’. Además, se aclara, que la ANAM (MiAmbiente) se encarga directamente de los árboles que están en las zonas protegidas, a los cuales no se les hace manutención porque no se altera su proceso natural.
El 16 de mayo se celebra en Panamá el Día Nacional del Árbol. Esta fecha se conmemora el tercer viernes de mayo y se instauró mediante el Decreto No 265 del 11 de mayo de 1967, para despertar el interés y formar conciencia acerca de los recursos naturales, atender el problema de la tala indiscriminada y el daño a otros recursos naturales.
¿Quién debe pagar los daños por la caída de árbol?
Unos de los temores de los conductores al llegar la temporada lluviosa es que sus automóviles se vean dañados por la caída de un árbol o un poste de luz. Los casos desde hace algunos años han sido más recurrentes, sobre todo por la intensidad de las lluvias y los vientos, pero la pregunta es: ¿Quién debe pagar los daños cuando esto ocurre?
Árboles caídos
De acuerdo, a la explicación dada en los medios televisivos (Telemetro) por el corredor de seguros Jesús Ruiz, quien lleva más de 10 años en este negocio, si la persona cuenta con un seguro de cobertura completa y su vehículo es afectado por la caída de un objeto fijo durante un evento natural, la situación cae en el renglón de «comprensivo», el cual ampara daños o consecuencias naturales, debido a que es un hecho fortuito.
Ruiz también detalló que en caso de que no sea por motivos naturales, y se dé la caída de un objeto sobre el vehículo, entonces la aseguradora entra en polémica con la empresa responsable, por ejemplo, una distribuidora de energía eléctrica, si se tratara de un poste, pero igual este daño queda cubierto.
Especificó que la persona debe realizar el trámite al igual que cuando ocurre una colisión, que es llamar a la aseguradora y esperar que el encargado llegue al lugar del incidente. Reiteró que esto es solo con una póliza de cobertura completa y no la de daños a terceros.
¿Qué tan común son estos casos?
Según Arturo Alvarado, ex-director del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), en relación al desplome de árboles, según reportes de SINAPROC para el 2012 se registraron unos 500 casos. Situación que según Alvarado, se debe en muchas ocasiones. Por ejemplo, en el área de la Avenida Perú y aledaños, donde está ubicado el nosocomio, es la parte más antigua de la ciudad, por lo que sus árboles y estructuras han cumplido su vida útil. Además se dio la caída de 80 árboles, uno encima de varios vehículos en el Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social.
Acciones preventivas
Alvarado recordó que durante la gestión del entonces Alcalde, Bosco Vallarino se recomendó la creación urgente de una comisión Ad-hoc para evaluar la situación de los árboles en Panamá, la cual estaba conformada por la sociedad civil, organizaciones ambientales y miembros del SINAPROC; sin embargo no se les hizo caso, mencionó el funcionario. Detalló que debe volverse a presentar esta iniciativa, ya que considera necesario que se realice una inspección profunda para cortar los árboles enfermos, sembrar otros y así prevenir accidentes.
Agregó que esto es necesario realizarlo en áreas pobladas, de donde llegan la mayoría de los reportes. Adicionalmente, Alvarado criticó todo el proceso necesario para solicitar el permiso para cortar un árbol, el cual tarda alrededor de 15 días, ya que se requiere la autorización de la Alcaldía, la Junta Comunal y la Autoridad Nacional del Ambiente.
Conclusiones
1. Más que buscar culpables, unirnos para conseguir el consenso nacional para obtener una solución breve a estos incidentes (caídas de árboles), respetando el medio ambiente que es nuestra fuente de vida.
2. El ser humano debe tomar conciencia de la relevancia del tema y ocuparse de realizar un uso eficiente de los árboles, evitando la tala indiscriminada, un accionar que por supuesto perjudica a la vida en el planeta.
3. En lo posible, prever, medir el grado de avance en la descomposición de la madera, la condición de las raíces, la estabilidad estructural y el estado de vigor de un árbol; de tal manera que se puede determinar con alto grado de certeza si el árbol va a fallar, hacer las previsiones y tomar con anticipación las medidas necesarias.
4. Tomar ya las medidas convenientes para ordenar y orientar el manejo del recurso árbol urbano. Estas medidas deben ser de índole legal, administrativa, técnica, social, organizativa, económica y política. Para que las orientaciones, que son tareas de todos, sociedad, gobierno, arboristas (los especialistas en el cuidado de los árboles urbanos), vean la importancia de contar con los árboles que merece la Ciudad.
Bibliografía
http://www.rivasdaniel.com/Pdfs/Cultura_arbol.pdf
https://www.google.com/arboles_asesinos
http://laestrella.com.pa/vida-de-hoy/planeta/toman-medidas-preventivas-para-evitar-caida-arboles
http://www.telemetro.com/nacionales/pagar-danos-caida-arbol-poste_0_600839952.html