Por: José Luis Espinosa. 2015.
Curso de Cambio Climático y medidas de adaptación. Facultad de Ingeniería Civil. Universidad Tecnológica de Panamá. Licenciado en Biología con orientación Ambiental Estudiante de Maestría en especialización en Ingeniería Ambiental en la Universidad Tecnológica de Panamá.
En las últimas décadas el mundo ha venido enfrentando cambios en las condiciones climáticas. El ser humano ha visto las más fuertes tormentas, las más feroces sequías, fuertes tornados, olas de calor, sin mencionar otras catástrofes climáticas jamás recordadas en la historia.
Los individuos del siglo XXI se enfrentan al cambio climático que, en gran medida, está agravado por el uso desmedido de los recursos naturales, la liberación de gases de efecto invernadero, que fue posible por el uso de los combustibles fósiles en las máquinas desde el inicio de la era industrial hasta nuestros días. También, la tala desmedida de los bosques que son grandes sumideros del CO2, que es uno de los principales gases que contribuyen al efecto invernadero. Cabe mencionar que el efecto invernadero no se limita a emanaciones de CO2, ni es tampoco este el único gas partícipe en este ciclo que nos está arrojando al calentamiento global. El metano, muy presente en muchas de los procesos biológicos, es otro de los grandes involucrados en este problema global. Además del metano, los óxidos de nitrógeno, están involucrados directa o indirectamente en muchas de nuestras actividades diarias (wikipedia.org, Graficas de emisiones de efecto invernadero a nivel mundial).
En 2015, Panamá se enfrenta ante un fuerte fenómeno de El Niño. Si bien este fenómeno es un proceso normal en nuestras latitudes, su efecto es mayor debido al Cambio Climático. Las temperaturas son mayores y las probabilidades de lluvia son menores. Este no es muy buen escenario para el agro y otras actividades productivas. Como país no hemos despertado del sueño en el cual creemos que las grandes catástrofes no nos afectaran y que lo que hacemos con nuestros recursos no tienen consecuencias. Nuestra cultura y educación solo se basan en el uso, más no en la conservación de recursos y tampoco le damos valor a la prevención de riesgos ante grandes catástrofes.
Es hora de tomar nuevas medidas para conservar los recursos, si bien es cierto ya no podremos revertir el cambio climático, pero si podemos reducir sus efectos. La presencia de este cambio afectara a las poblaciones más vulnerables, ya vemos como están desapareciendo las islas de la Comarca de Guna Yala. ¿Qué se hará con estos desplazados, que será de su forma de vida?, quizás muchos pensamos que es problema de la gente de la comarca, pero en realidad es el inicio de tiempo oscuros para cada individuo de nuestro país y de nuestro mundo.
La salud, igual se ve y se verá mayormente afectada por el aumento de la temperatura, las olas de calor, las plagas de insectos como mosquitos transmisores de enfermedades serán más recurrentes y enfermedades que consideramos erradicadas, resurgirán con mayor fortaleza. ¿Y, quién nos dice, qué enfermedades no conocidas, no emergerán?
El agua recurso vital se derrocha a diario en las ciudades, los ríos son usados como áreas para descargar aguas residuales. El uso desmedido e inconsciente del recurso agua ya está presentando sus consecuencias, ante este fenómeno de El Niño 2015. En el Arco Seco el ganado muere de hambre y sed. Solo se ve a muchas personas culpar al gobierno, y en cierta medida lo es, pero la culpa mayor es de los que no buscamos medidas para que aquel ganadero sepa de la ganadería sostenible, de los que callamos cuando la ganadería que derriba árboles y crea grandes extensiones de solo hierba, y dejamos que siga creciendo. Es importante saber y divulgar el concepto de lo SOSTENIBLE y garantizar con ello que el recurso agua se proteja con actividades que disminuyan los efectos negativos de la actividad humana.
Además de la sequía, que ahora afecta, también vendrán las grandes inundaciones que igual causan afectaciones a los cultivos, a las crías de animales, además que contaminan más a los ya afectados ríos con todo lo que arrastran e inundan a la ciudad y las casas que están en su cauce. ¿Pero quién nos dijo que se puede construir en los márgenes de los ríos? Sin embargo, lo hacemos, y no tomamos en cuenta su cauce y no pensamos que invadimos espacios que no es permitido.
En Panamá, tenemos las leyes para garantizar el uso correcto de los recursos naturales y prepararnos para los efectos del cambio climático, sin embargo el problema no está en las leyes, el problema está en que no las aplicamos y ni siquiera las conocemos. Sería bueno que todos los panameños, al menos, conozcamos que tenemos una Ley General del Ambiente.
Ahora miro lo que he escrito en este artículo y veo que caí en el error que han caído muchos, y es pensar de manera antropocéntrica. Hablar de cambio climático en función de cómo afectará al ser humano y no pensar ni escuchar a millones de millones de voces que no hablan. No hablan pero sí emiten sonidos de desesperación al ver que su hábitat se pierde por una gran inundación, que el árbol donde anidaban fue talado, que la fruta de la cual se alimentaba ya no está disponible porque el reloj biológico de ese árbol que le anunciaba que tenía que producir frutos se ha descontrolado ya que el clima lo está también. Quizás muchas especies ni sonido emitirán y solo verán que el fin de su especie está cerca, porque agravamos los efectos del cambio climático que nos tocó vivir.
Ya es hora, o quizás algo tarde, pero debemos ser racionales y utilizar cada gota de agua a conciencia, pensar en lo reutilizable, evitar las grandes quemas por el solo hecho de desaparecer algunas ramas y hojas secas de los predios de la finca o del cigarrillo encendido de alguien, que no mide sus consecuencias y lo tira al herbazal en temporada seca. Y no tendría ni hojas para escribir, ni tiempo para seguir enumerando lo que hacemos a diario y afecta nuestra Gea o Pacha Mama, como quieran llamar a la Tierra que no agoniza solo está afectada por un ciclo más de su historia. Pero, esta vez este ciclo lo acompaña la actividad del ser humano. Dentro de muchos años la Pacha Mama saldrá de este ciclo; logrará salir del calentamiento como lo ha hecho muchas veces antes. Lo que sí no nos garantizará que todas las especies que la habitamos logremos ver el despertar de la Tierra depurada.
Quizás sembrar un árbol no sea la medida para contrarrestar este ya presente cambio climático. Pero, que cada humano siembre, no uno ni dos, hará la diferencia, además de sembrar un árbol sembrar en nuestra mente que formamos parte de la Tierra y no la Tierra de nuestra forma de vida. Que ella no nos pertenece sino nosotros a ella y que también hay seres desde el más diminuto microorganismo hasta el mamífero más monumental o el árbol más grande, que desean seguir habitándola. Aunque sea irracionalmente, sus genes les indican que deben seguir viviendo. ¿Y quiénes somos nosotros para negarle la vida a las demás especies? ¡Solo somos una especie más! La especie que se jacta de decirse racional, pero ¿qué racional es destruir el lugar en que vivimos?
Camino en la subcuenca Los Hules-Tinajones, parte de la cuenca del Canal de Panamá, en donde actualmente se desarrollan proyectos de granjas sostenibles. Fotografía de José Luis Espinosa, 2014.
Comentarios
“Buen día, les envió este artículo de opinión, ya que en la materia Cambio Climático me solicitaron obtener comentarios sobre este artículo. Les agradecería que comentaran y que al enviar el comentario, reenviarán a todos y el siguiente que comente escriba sobre este mismo correo para al momento de reenviarlo a la profesora, solo mandaría un solo correo con todos sus comentarios.
Saludos y agradecido.
¡Hola!
Muy buen artículo, resumido de forma precisa, concisa y con datos de actualidad y que dejan al lector con intriga y la verdad preocupación. Preocupación por ser algo que siempre hemos escuchado y que Panamá no queda fuera de esto. Han habido cambios importantes en los últimos tiempos, el deshielo, emisión de gases que va en aumento cada año más y más, aumento de la población mundial que simplemente hace que esta situación se vuelva exponencial, si queremos que el planeta viva un largo tiempo debemos tomar control y eso empieza con cada uno de nosotros en nuestro diario vivir.
Me tiene muy preocupado, que ahora incluso en Panamá, recordando cuando estaba en primaria el gran porcentaje de bosques que tenía nuestro país, los lotes y hectáreas de áreas verdes, en lo personal cuando iba a mi finca, que ahora han sido reemplazados por comunidades y proyectos. Miles y miles de árboles talados, destruyendo ecosistemas. Debemos tomar conciencia si queremos que nuestro Panamá perdure.
Me encantó el artículo. Conocí más a fondo de algo de lo que sabía poco.
—///—
Shimara Record
Hola José espero que te encuentres muy bien.
El documento está bien y te agregué unos cambios por si te agradan, puedes tomarlos en cuenta.
Creo que por algún lado sería bueno que escribieras que el cambio climático también afecta a los ecosistemas como humedales y manglares (muy importantes para la biodiversidad e inclusive para el hombre porque muchas especies comerciales pasan dentro de su ciclo de vida en los manglares), y que estos emiten gases de efecto invernadero de manera natural, pero el cambio climático hace que estos ecosistemas naturales produzcan más gases de lo normal, actuando como una fuente y sumidero de gases de efecto invernadero.
El artículo carta de la tierra es buenísimo y te lo adjunto. Te recomiendo que la leas, creo que te puede ayudar y darte más perspectivas.
Saludos,
Shimara