Los fenómenos meteorológicos y el evento de El Niño

M.Sc. Alberto Smith Martínez. Meteorólogo. 7 de junio de 2019

Contenido

  • La meteorología y la atmósfera terrestre 
  • La Zona de Convergencia Intertropical (ITCZ)
  • Los sistemas meteorológicos que producen las lluvias en Panamá
  • El evento El Niño, su origen, sus características y dinámica 
  • Los efectos de El Niño en la precipitación de Panamá
  • Los pronósticos meteorológicos de El Niño 2018-19

La atmósfera terrestre

Estructura vertical de la atmósfera

Circulación general de la atmósfera

http://www.ux1.eiu.edu/~cfjps/1400/FIG07_007.jpg

Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT)/ vaguada monzónica

http://http//www.inameh.gob.ve/

Desplazamiento aparente del Sol

ITCZ – invierno en el hemisferio norte (enero)

ITCZ – verano en el hemisferio norte (julio)

Principales sistemas meteorológicos que originan precipitación en Panamá

Tormentas convectivas

Tormentas por brisas de mar

Tormentas de origen orográfico

Sistema de baja presión o vaguada

Tormentas por ondas tropicales u ondas del este

Onda tropical – corte vertical

Génesis de las ondas tropicales al norte de África

Ondas tropicales – ondas del este
Mapa sinóptico de superficie

Tormentas por frentes o empujes fríos

Imagen satelital – frente frío

Ciclones tropicales – ciclogénesis

Huracán Otto (TS) – noviembre de 2016

Precipitación promedio anual mundial

Distribución de la precipitación en Panamá

http://www.hidromet.com.pa/Mapas/Mapa_de_Isoyetas.pdf

Inicio y fin de temporada lluviosa

Precipitación histórica mensual

¿Qué es “El Niño”?

Historia

Cuenta la tradición que el nombre fue acuñado por los habitantes de las costas del Perú y Ecuador. Ellos notaban que no todos los años eran iguales. En ocasiones, el agua frente a la costa, que normalmente es fría, se calentaba.  Este evento solía coincidir con la época en que se celebraba el nacimiento de “El Niño Dios”.

Corrientes oceánicas superficiales

El Niño – condiciones normales

El Niño – desarrollo

Efectos de El Niño en la temperatura y lluvia en varias regiones del planeta

Efectos del ENSO en la temperatura y lluvia en varias regiones del planeta

Años de El Niño débiles, moderados, fuertes y muy fuertes

Años de El Niño débiles, moderados, fuertes y muy fuertes

Sectores afectados por El Niño

  • Sector agropecuario
  •  Baja producción de cultivo
  •  Pastos (carne, leche)
  •  Mortandad de ganado
  •  Acuicultura (baja supervivencia y pobre crecimiento)
  • Sector pesca
  • Sector recursos naturales
  • Incendios forestales (afectan la diversidad biológica)

Sectores afectados por El Niño

  • Sector energía y recursos hídricos
  • Racionamiento de energía eléctrica
  • Agua para consumo humano
  • Tránsito por el Canal de Panamá 
  • Sector salud humana
  • Nutrición (poblaciones campesinas e indígenas)
  • Enfermedades hídricas (deterioro de la calidad del agua)
  • Enfermedades respiratorias, dermatológicas y por vectores

Impactos económicos. ENSO 1982-83

Sistema de vigilancia de El Niño

Boya oceanográfica tipo Atlas

Las regiones de vigilancia de El Niño

Onda Kelvin desplazándose por el Pacífico tropical

Índice oceánico de El Niño (ONI)

Productos meteorológicos derivados del sistema de vigilancia

Anomalía semanal de la temperatura de la superficie del océano Pacífico en las regiones Niño 1+2, 3, 3.4, junio de 2018 a mayo de 2019

Pronóstico de las anomalías en la temperatura de la superficie del mar en la región Niño 3.4, emitido el 20 de mayo de 2019

Pronóstico estacional de la precipitación para los meses de junio, julio y agosto de 2019, del International Research Institute (IRI) y European Centre for Medium-Range Weather Forecasting (ECMWF)

Resumen

Principal responsable de la precipitación en Panamá: Zona de Convergencia Intertropical/vaguada monzónica.

  • Otros:
  • Ondas del este
  • Vaguadas
  • Frentes o empujes fríos
  • Sistemas de baja presión y ciclones tropicales

El Niño es la anomalía positiva que sufren las temperaturas de la superficie del océano Pacífico tropical.

El Niño es un evento de variabilidad climática y no ha sido generado por el cambio climático.

Existe un sistema de vigilancia continua de la región del Pacífico tropical para conocer la evolución de un evento El Niño.

Los eventos Niños de intensidad fuerte, con seguridad, afectan la precipitación en Panamá reduciéndola significativamente. Los eventos de menor intensidad, moderados o débiles pueden afectar la cantidad de precipitación dependiendo de otros sistemas que puedan interactuar con ellos.

Actualmente estamos ante un evento El Niño de intensidad débil y los pronósticos indican que puede extenderse hasta agosto y con menor probabilidad hasta diciembre del año en curso.

Uso de la biodiversidad. Un recorrido por el Biomuseo

Por: Teodolinda Pérez Rodríguez. 2020.

En la Vitrina de la Biodiversidad, en una de sus secciones, se detallada de forma muy sencilla las aplicaciones o utilidad que se le da a la gran diversidad biológica de nuestro país, Panamá.

Figura 1. Guacamaya y víbora de pestaña en tamaño a escala.

Un pasillo en donde los protagonistas principales son la flora y la fauna panameña. En donde los colores verdes, amarillos y rojos en el mural de la pared reflejan nuestra riqueza biológica y su condición actual, un reducido espacio para dar explicación a tan importante aportación de la naturaleza al servicio de la humanidad.

El patrimonio natural de un país está constituido por la riqueza natural del mismo. El mal manejo de la fauna y la falta de protección de la misma, conlleva a la disminución de las poblaciones y/o especies.

En dos paredes que pertenecen a esta sección del Biomuseo se trata de explicar los beneficios que nos brinda el medio natural, utilizando una clasificación de colores en donde cada color representa una de estas características: especies que han sido descubiertas, aquellas que han desaparecido -ya sea por intervenciones antropogénicas vinculadas a la sobreexplotación de recursos, pérdidas de hábitats, cacería, extracción o contaminación- y aquellas que nunca se podrán conocer porque desaparecerán antes de que sean descubiertas por la humanidad.            

Figura 2. En la parte inferior, se observa un hongo con micorrizas (estructura como red de color blanco).

Es posible en esta galería, la visualización a escala de especies de nuestra fauna. Tal es el caso de especies como: guacamaya y víbora de pestaña. Esta, nos reflejan la belleza que podemos observar en nuestro país.

Seguidamente en vitrinas, se observa, a modo de simulación y a escalas pequeñas, la interacción entre las poblaciones de plantas y animales reflejando la importancia y dependencia que existen entre ellas. La desaparición de uno involucra su alteración y consecuentemente la desaparición de otros.

En otra de estas vitrinas se hace alusión a aquellos hongos que crecen en nuestros bosques y se asocian con las raíces de algunas plantas para formar estructuras denominadas micorrizas. Son expuestos trabajos realizados por científicos de nuestro país y de otras latitudes, que se adentran en el medio natural en la búsqueda de nuevas especies de plantas para su identificación, permitiendo el incremento de nuestra diversidad biológica.

En una pantalla se observa, mediante un video, cómo a través del estudio de la flora a nivel biológico y químico se ha logrado la extracción de compuestos químicos (metabolitos) para ser utilizados en la industria farmacéutica o cosmética, etc.

Figura 3. Estudio de plantas para la extracción de compuestos químicos.

Una rampa es el ingreso escogido para dar la bienvenida al visitante a la sala de La Biodiversidad dando la imagen de que en el entorno natural, encontraremos ese impulso para resolver muchas dudas y encontrar diversas aplicaciones que beneficien al ser humano.

Ver tantos ejemplares en la sala motiva al observador a la necesidad de valorar, proteger y cuidar tanto la fauna y flora que poseemos. Las investigaciones realizadas han arrojado que en nuestra riqueza animal y vegetal se encuentran secretos insospechables que si se estudian a fondo podrían ser la solución a muchas enfermedades existentes e inclusive servir de inspiración para suplir las necesidades que imperan en un mundo en donde se busca el bienestar de los humanos.

Termino con las palabras del ecólogo de la Universidad de Arizona (EE UU) Donald Falk:   

«Las especies son como ladrillos en la construcción de un edificio. Podemos perder una o dos docenas de ladrillos sin que la casa se tambalee. Pero si desaparece el 20 % de las especies, la estructura entera se desestabiliza y se derrumba. Así funciona un ecosistema».

Estudiante: Teodolinda Pérez Rodríguez. Informe de Gira al Biomuseo. 

Asignatura: Cambio climático y medidas de Adaptación. 

Profesora:  Marilyn Diéguez.

“Tu nueva ciudad: ¿cómo enfrentar la crisis climática global?”

Por: DANIEL MARIN

MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN DE PROYECTOS DE CONSTRUCCIÓN. FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL. UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PANAMÁ.

En el recorrido por el Biomuseo, esta última sala llamada: “Cambio Climático”, fue de gran impacto para mí ya que observé más detalladamente la crisis que invade a Panamá, país centroamericano con una gran extensión de mar y especies únicas.  El calentamiento global y sus consecuencias son alarmantes, trayendo consigo una crisis climática de la cual Panamá no escapa. Se nos indicó, a través de una breve explicación por parte de un coach, las causas del cambio climático, lo que sucede a nivel global y sus consecuencias en Panamá, así como información sobre cuáles son las emisiones de gases de efecto invernadero y sus fuentes en el istmo, y lo que se puede hacer  para mitigar este gran problema como país, ciudad y ciudadanos.

Fuente: https://corprensa-la-prensa-prod.cdn.arcpublishing.com/resizer/DGlALKyvhxYiEJxL8krPk7NO2XI=/fit-in/1000x1000/smart/arc-anglerfish-arc2-prod-corprensa.s3.amazonaws.com/public/IN7CVIPY7RDC3DTG5VBV7BQDYI.jpg

Señalaron  las zonas que van a ser propensas y más vulnerables a inundaciones en el país, no  porque vayan a quedar bajo el mar sino aquellas que se podrían inundar si coincide una tormenta fuerte con lluvias intensas debido a lo ante explicado, entre ellas: Albrook, boca la caja y Costa del Este entre otras.

La ciudad y sus áreas inundables

https://imagenes.laestrella.com.pa/files/content_image/uploads/2020/01/25/5e2ce3b307319.jpeg

La exhibición, nos  expone que no es suficiente hacer sacrificios personales. “Cada uno tiene un círculo de acción para poder hacer cosas. Yo como individuo puedo no comer carne, puedo no prender el aire, pero si yo me organizo y empiezo a hablar con la gente que vive en mi edificio o con mis vecinos, podemos tener un poder mayor; no podemos cambiar el mundo pero podemos ir de pedazo o pequeños esfuerzos para a contribuir al mejoramiento y moderación del cambio climático.

También tenemos que concienciarnos de que hay que luchar contra la deforestación. Cada árbol que se pierde es CO2 que se queda en la atmósfera. Todos tenemos de ser muy conscientes de un ciclo perverso: si la temperatura aumenta, también lo hará la transpiración de la vegetación, con la consiguiente reducción de la humedad del suelo; si a esto le añadimos menos lluvia y chubascos más violentos, obtenemos mayor erosión y deforestación, con lo que se reduce la absorción de CO2.

Mesa libre de carbono

Esto es algo que se pasa por alto, pero es muy importante tener en cuenta: la huella de carbono. Existen alimentos que para llegar a nuestra mesa han viajado miles de kilómetros, lo que implica que se han generado muchas emisiones en el transporte de éstos. Se calcula que un 20 % de los gases de efecto invernadero se deben a la elaboración y comercialización de alimentos. ¿Qué hacer? “Pensar global y actuar local”. Hay que fijarse primero en qué comemos y de dónde viene lo que comemos, idealmente preferir productos locales, ya que tienen una elaboración de menor impacto ambiental dada la proximidad, y por otro lado, son más frescos y se ayuda a potenciar la economía local. Todo para lograr mantener una dieta con baja huella de carbono.

Todos debemos colaborar. Debemos hacer, no solo decir, y que quede palabra en acción. La crisis climática global es un problema enorme que parece superar la acción individual, pero todos tenemos una responsabilidad.

Necesariamente unas de las realidades es la elección de políticos que estén tan comprometidos como nosotros en ejecutar las gestiones necesarias para enfrentar esta situación. El dióxido de carbono (CO2) está fuera de control, lo que causa que el planeta se caliente, creando la crisis climática que enfrentamos hoy.

Si seguimos emitiendo dióxido de carbono (CO2); cada país continúa aumentando las emisiones de carbono como lo han estado haciendo, colapsarán los polos, debido al efecto del derretimiento de glaciares. El mar puede elevar su nivel 2 metros y 40 centímetros en el año 2100, y nadie orienta la atención en esto. Nos informaron, es alarmante.

Todo el mundo está en estos momentos consternado por el coronavirus que tiene un gran apoyo o difusión de los medios de comunicación. Si pudiésemos darle esa misma importancia a lo que estamos haciéndole a nuestro hogar, el único, llamado TIERRA, estoy seguro que reduciríamos, en gran medida, la emisión de carbono (CO2).

Podemos decir, literalmente, que la situación en que nos encontramos por el coronavirus, no ha sido del todo mala, puesto que al mantener a las personas en su hogar, a nivel mundial, se puede ver cómo ha sido de ayuda a nuestra madre Tierra. Se han evitado las emisiones de gases de efecto invernadero para la remisión  del cambio climático.

Algunos de los compromisos establecidos están siendo cumplidos. Por ejemplo, se estima que Panamá tiene la capacidad de producir el 11 % de la energía con recursos renovables. El segundo compromiso es más difícil, pero no imposible.

IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL SITIO ARQUEOLÓGICO DE PANAMÁ VIEJO Y LAS FORTALEZAS DE PORTOBELO Y SAN LORENZO

Por: Christian Lobo, Natacha Moreno, Amílcar Díaz y Anayansi Chichaco. Abril, 2020.

Curso Avanzado de Cambio Climático y medidas de adaptación. Maestría en Administración de Proyectos de Construcción. Facultad de Ingeniería Civil. Universidad Tecnológica de Panamá.

Imágenes del fuerte de San Fernando y el convento de las Monjas de la Concepción

Introducción

El istmo panameño alberga dos sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial: el Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo (siglo XVI) y las fortalezas de Portobelo y San Lorenzo (siglo XVII-XVIII). Para contribuir a la conservación y valorización de estos lugares únicos, de 2014 a 2017 se realizó un estudio de doctorado con título: “Impacto del medio ambiente sobre los sitios UNESCO en Panamá” (los sitios de Panamá Viejo y las Fortalezas de Portobelo y San Lorenzo) [Ciantelli, 2017]. Dicha investigación se llevó a cabo gracias a una colaboración entre Italia y Panamá, con la participación de diferentes instituciones tales como la Universidad de Ferrara, el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y del Clima, y los Patronatos Panamá Viejo y Portobelo y San Lorenzo. El proyecto inició con la caracterización de las rocas pertenecientes a cada monumento (cada uno fue edificado con materiales cercanos a su área de construcción), la evaluación del estado de conservación de las rocas y la estimación de daños en relación con el medio ambiente.

El objetivo del presente trabajo es validar que los fuertes coloniales han sido afectados no solo por el abandono, la falta de mantenimiento o por daños provocados por personas sino que el cambio climático acelera estos procesos de daños a estos sitios arqueológicos. Para ello, se ha analizado el estudio realizado por Ciantelli (2017), y otros cinco estudios realizados a nivel internacional que patrocinó la UNESCO (sin referencias específicas en este trabajo, puesto que el alcance definido como estudio de caso es Panamá).

1.    Contexto histórico

Panamá Viejo

En su cuarto viaje Cristóbal Colón recorrió buena parte del litoral Caribe del actual territorio panameño. Sus descubrimientos conllevaron la exploración de estos nuevos territorios, asignándoles esta tarea a dos conquistadores, Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa. Dadas las dimensiones de este extenso territorio se divide en dos: desde el cabo de La Vela al golfo de Urabá, denominado como “Nueva Andalucía”, y desde el golfo de Urabá hacia el oeste, llamado “Castilla de Oro”.

Las primeras incursiones españolas en Tierra Firme, específicamente en la región conocida como el Darién, llevaron a un proceso de conquista y colonización que se inició con la temprana fundación de San Sebastián de Urabá en 1509 (en la actualidad corresponde al municipio de Necoclí-Antioquia-Colombia). Este asentamiento fue destruido por los nativos de esta región, por lo que un año más tarde se funda Santa María la Antigua del Darién, en inmediaciones del río Tanela, actual municipio de Acandí (Chocó, Colombia). Esta fundación se convirtió en el primer asentamiento con título de ciudad, en Tierra Firme (Martín 2009).

No se hicieron esperar las noticias relacionadas con las abundantes riquezas de este territorio, las cuales llegaron a la Corte española por parte de Vasco Núñez de Balboa. Fue Balboa quien consolidó Santa María y estableció vínculos estratégicos con los nativos de la región, de manera específica, los de la margen izquierda del río Atrato, con el propósito de facilitar el control y la exploración de estos extensos e inhóspitos territorios.

En 1511 el rey Fernando II nombra gobernador a Vasco Núñez de Balboa y capitán interino de la provincia del Darién. El apoyo, en su momento, de la Corona y las buenas relaciones que había propiciado con los aborígenes de la región le facilitaron el “descubrimiento” en 1513 del océano Pacífico o “Mar del Sur”, y recibió entonces el título de Adelantado de la Mar del Sur y Gobernador de Panamá y Coiba. Sin embargo, Balboa en España no contaba con toda la confianza, por lo que el rey decide nombrar ese mismo año (1513) a Pedro Arias de Ávila (“Pedrarias”) como Capitán General y Gobernador de Castilla de Oro (Martín 2009; Romoli 1987).

Luego de su arribo, Pedrarias toma la decisión de trasladar Santa María la Antigua a las costas del Pacífico, buscando un lugar estratégico para llevar a cabo la campaña conquistadora y, tal vez, restarle protagonismo a Balboa. El 15 de agosto de 1519, en una aldea de nativos al mando del cacique Cori, funda Panamá, vocablo que en lengua cueva significa abundancia de peces o mariposas (ver figura 1). Se consolida así como el primer puerto europeo en la Costa Pacífica del continente americano (Mena 1992).

En 1671, ciento cincuenta y dos años más tarde, el corsario inglés Sir Henry Morgan se toma el Fuerte de San Lorenzo, en la desembocadura del río Chagres –en el Caribe–, remonta el istmo y ataca la ciudad, llevándola a su destrucción y abandono definitivo. Debido a su vulnerabilidad, la ciudad se traslada a lo que en la actualidad se conoce como San Felipe o el Casco Antiguo de Panamá.

Figura 1. Panamá Viejo.

Después de varios siglos de abandono, las ruinas adquieren un carácter patrimonial con la promulgación de la Ley No. 91 del 22 de diciembre de 1976, por la cual se regulan los Conjuntos Monumentales Históricos de Panamá Viejo, Portobelo y el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá. Más tarde, con la Ley No. 14 del 5 de mayo de 1982, se dictan las medidas sobre custodia, conservación y administración del Patrimonio Histórico de la Nación (Rovira y Martín 2008).

Portobelo

La bahía de Portobelo fue descubierta por Cristóbal Colón en su cuarto viaje, el 2 de noviembre de 1502. Este lugar atrajo la atención de Colón por su ambiente natural y la inigualable belleza y seguridad que ofrecía. Por esta razón, la bautizó con el nombre de «Porto Bello».

Solo a fines del siglo XVI los españoles la empezaron a utilizar como asentamiento poblacional. De esta manera, la ciudad de Portobelo fue fundada el 20 de marzo de 1597 por Francisco Velarde y Mercado,​ en reemplazo de la ciudad de Nombre de Dios, ya que esta se encontraba inhabilitada por razones climatológicas. El nombre original fue San Felipe de Portobelo, en honor de Felipe II.

Figura 2. Portobelo.

Entre los siglos XVI y XVIII, Portobelo fue uno de los puertos más importantes de exportación de plata de Nueva Granada, y uno de los puertos de salida de la Flota de Indias. El oro, procedente sobre todo del Perú, era transportado en mulas a través del Camino Real de Cruces, entre la ciudad de Panamá y el poblado de Venta de Cruces, continuando por el río Chagres mediante pequeñas embarcaciones, hasta llegar a Portobelo, en donde era embarcado hacia España. Cabe destacar que de todo el oro y plata que se transportó a la España peninsular, solo fue el 20 % e incluso menos (el llamado «quinto real»), quedándose el 80 % o más de todo ese oro y plata en la propia América para construcciones e infraestructuras de toda la América española.

La ciudad de Portobelo también fue famosa por sus ferias, las cuales duraban hasta cuarenta días. La primera se realizó en el año 1544 en Nombre de Dios.​ Más tarde fueron trasladadas a Portobelo, cuando este se convirtió en asentamiento poblacional. La última de estas ferias se celebró en 1739.

Debido a la acumulación de mercancías y metales preciosos, Portobelo estuvo fortificada desde el principio. Por esa misma razón, fue objeto de diversos intentos de saquearla. El pirata Francis Drake murió de fiebre en la bahía de Portobelo, donde se supone que está enterrado. En 1601 fue saqueada por el bucanero William Parker y también en 1668 por el corsario Henry Morgan, al mando de una flota de nueve barcos y 460 corsarios. El saqueo duró catorce días, durante los cuales hubo numerosos casos de violación, tortura y asesinato.

Los británicos intentaron sin éxito bloquear el puerto de la ciudad entre 1726 y 1727 como parte de la guerra anglo-española de 1727-1729. Dicha acción se saldó con una derrota estrepitosa de los británicos provocando la caída del almirante Francis Hosier.

El 21 de noviembre de 1739, el puerto fue capturado por el almirante inglés Edward Vernon. Este último saqueo dejó clara la vulnerabilidad del sistema de comercio español y provocó un cambio en este, pasando de pocas flotas compuestas por muchos barcos llevando mercancía entre unos pocos puertos a muchas flotas compuestas por pocos barcos intercambiando mercancías entre numerosos puertos. Además, se empezaron a utilizar rutas comerciales a través de Filipinas y el cabo de Hornos, dando la vuelta a África. La economía de Portobelo se resintió, no recuperándose hasta la construcción del canal de Panamá.

San Lorenzo

Los restos del fuerte de San Lorenzo son una de las más antiguas fortalezas españolas en América. Está localizado próximo a lo que fue el viejo asiento del pueblo de Chagres, en la desembocadura del río del mismo nombre, y fue a través de este río que el pirata Henry Morgan llegó a la ciudad de Panamá «La Vieja» para saquearla.

Figura 3. San Lorenzo.

Los ataques de Francis Drake en las costas del Reino de Tierra Firme en 1572, especialmente los ataques contra Nombre de Dios y el Camino Real, que era el camino por donde transitaban los tesoros que venían del Perú, obligaron a construir un sistema de defensa en los puertos del Atlántico. Así se decidió construir el Fuerte de San Lorenzo para proteger la entrada de la vía fluvial que penetraba cerca de la antigua ciudad de Panamá.

La obra se inició en 1598 por orden del Rey Felipe II y se terminó en 1601. Los planos de la maciza fortaleza fueron hechos por el ingeniero italiano Bautista Antonelli. El castillo de San Lorenzo se erigió en la cima de un alto arrecife, en posición que domina completamente la entrada del río Chagres.

La estructura original era la de una fortaleza avanzada, rodeada de empalizadas llenas de tierra que servían de muros. Su valor defensivo radicaba en el sitio que domina una amplia extensión del mar, lo que facilitaba la defensa de la desembocadura del río. Por ello se le consideró como centinela del gran triángulo estratégico del Istmo.

En 1670 fue atacado y tomado por Joseph Bradley, siguiendo instrucciones de Henry Morgan, quien había previsto la destrucción del fuerte como primera medida para asaltar la Vieja Ciudad de Panamá siguiendo la vía del río Chagres. El hecho de que el pirata Bradley no atacara por mar, sino que desembarcara con sus 400 hombres en un pequeño puerto cercano al castillo y acometiera por tierra, revela que los cálculos del ingeniero Antonelli eran acertados al considerar el alto arrecife como un lugar casi inexpugnable.

En el patio hay una cisterna o pozo de considerable diámetro, que servía para el suministro de agua. En la parte más avanzada hacia el mar, existe una escalera de caracol, hecha de piedra, que conduce a un nivel inferior bajo la tierra. Esta escalera sirvió como posible comunicación hasta el barranco, a manera de una avanzada subterránea desde donde se observaba al enemigo o se cumplían funciones relacionadas con la defensa. Este elemento defensivo, así como las estratégicas galerías subterráneas a manera de misteriosos laberintos, cruzaban el castillo en varias direcciones.

En las ruinas del edificio, situado en la meseta inferior, se observa el empleo de piedra en las bases y hasta cierta altura de las paredes; hacia arriba se utilizó ladrillo. Se advierten también arcos de medio punto, así como vanos adintelados hechos de ladrillos. Las garitas son igualmente de este material.

San Lorenzo del Chagres no solo sirvió de fortaleza, sino que después de su reconstrucción cumplió también funciones de prisión del Estado. En sus galerías subterráneas, que evocan todavía mazmorras coloniales, estuvo recluido Pedro José de Guzmán-Dávalos, Marqués de la Mina y Gobernador del Reino de Tierra Firme, quien junto con su esposa vivió en los oscuros calabozos de la fortaleza. En los fosos de esta prisión también fue confinado el peruano Francisco Antonio de Zela, prócer de la emancipación americana.

A comienzos del presente siglo, aún era visible parte del equipo y accesorios del fuerte. En una visita realizada en 1908, el historiador Juan Bautista Sosa encontró restos de las cureñas de cañones, culebrinas y morteros, utensilios domésticos, cadenas y grilletas. Aún hoy se pueden ver los pesados cañones que lo defendían.

La desidia del gobierno de Panamá, permitió que el fuerte quedara reducido a ruinas y perdiera gran parte de su estructura original.

2. ESTUDIO

Materiales y métodos

Análisis del estudio realizado por Ciantelli (Environmental impact on UNESCO heritage sites in Panama, PhD Thesis, University of Ferrara, Ferrara, Italy, 21 of April 2017), y otros cinco estudios realizados a nivel internacional patrocinados por la UNESCO. Estudio detallado de los resultados expuestos en la tesis doctoral que partió de un análisis previo realizado en los sitios, tanto desde un punto de vista histórico como científico, de una investigación sobre el clima/medio ambiente y la geología del área, en el 2014.

Este análisis previo permitió la realización de una campaña de selección y toma de muestras de materiales pertenecientes al Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo y a las Fortalezas de Portobelo y San Lorenzo, enumeradas en la tabla 1, que estimamos representativos.

Tabla 1. Lista de todos los monumentos muestreados y las siglas de las muestras relacionadas.

Conjunto Monumental Histórico de Panamá ViejoFortalezas de Portobelo y San Lorenzo
1. Fortín de la Natividad (PV FN)1. Fuerte de San Jerónimo – Portobelo (PB FSJ)
2. Convento de San Francisco (PV FC)2. Fuerte de Santiago de la Gloria (Batería baja) – Portobelo (PB FdS)
3. Hospital de San Juan de Dios (PV SJdD)3. Fuerte de San Fernando (Batería baja, Batería alta y Casa Mata) – Portobelo (PB SF)
4. Convento de la Concepción (PV CC)4. Fuerte de San Lorenzo (SL)
5. Convento de la Compañía de Jesus (PV JC) 
6. Casa Terrín (PV CT) 
7. Torre de la Catedral (PV TC) 
8. Casas Reales (PV CR) 

Un total de 49 muestras de piedra que forman las mamposterías fueron seleccionadas por el tipo de roca, el estado de conservación y las condiciones de exposición. Además, para dicho estudio, se recogieron seis muestras de los afloramientos, identificados en la proximidad de los diferentes sitios, para identificar las posibles canteras de origen de los materiales.

Dado el significado de su aporte, a continuación, se presenta la lista de técnicas utilizadas para la caracterización mineralógica y petrográfica de los materiales de construcción utilizados en las edificaciones monumentales.

• Observación por estereomicroscopio de la muestra tal-como-es (bulk samples), para un análisis preliminar, sobre todo del alteración superficial.

• Observación a través del microscopio de luz polarizada (PLM) de láminas delgadas/cortadas (30 μm) de las muestras (descubiertas, parcialmente pulidas para realizar observaciones tanto en luz transmitida como reflejada), para un análisis preliminar mas detallado tanto de la composición de la roca como de su estado de conservación. Especialmente para este último, las secciones delgadas se realizaron mediante corte transversal desde la parte 2 externa a la parte interna de las muestras (para poder analizar cualquier pátina superficial, el estado de conservación del exterior hacia el interior, etc.).

• Uso del microscopio electrónico de barrido con detector de Rayos X (SEM-EDS), para microanálisis de las láminas delgadas y muestras “bulk”, para verificar los detalles observados en la microscopía óptica y para profundizar el análisis en mayor detalle a nivel morfológico y elemental.

• Difractometría de Rayos X de polvo (XRPD), para identificar las fases minerales presentes en las muestras. Para esta técnica las rocas fueran reducidas a polvo.

• Fluorescencia de Rayos X a través de análisis de polvo (XRF), prensándolo con ácido bórico como aglutinante, para formar pellets. Esta técnica sirvió para profundizar los análisis anteriores y realizar la clasificación de rocas volcánicas (Le Maitre, 1984; Winchester and Floyd, 1977).

• Análisis porosimétrico (MIP), para conocer la porosidad de las rocas, la distribución del diámetro de los poros, también índice de su estado de conservación. Las muestras que mostraron suficiente material (~ 1x1x1 cm – 2x2x2 cm) fueron seleccionadas y analizadas por un porosímetro.

• Análisis de cromatografía iónica (CI), para evaluar la posible presencia de sales solubles en la mampostería, se han realizado análisis de CI en muestras que muestraron una pátina particular o fenómenos de alteración superficial.

3. Resultados y discusión

Caracterización de los materiales y evaluación de daños

El estudio realizado refiere que las técnicas enumeradas anteriormente permitieron identificar los tipos de rocas utilizados y las probables canteras. También estudiar las características de los materiales de construcción y su uso en la estructura.

La caracterización, como ha sido señalado previamente, fue llevada a cabo mediante el uso de diferentes técnicas (análisis en microscopía óptica y electrónica, por la difracción de rayos X y además, por la fluorescencia de rayos X, que permiten clasificar las rocas debido a procesos volcánicos efusivos). Específicamente, fueron identificados 9 tipos de piedra, entre rocas volcánicas y sedimentarias.

Es posible observar en la tabla 2 que las mamposterías de Panamá Viejo se componen principalmente de brechas poligénicas, tufitas, andesitas basálticas, riolitas y riodacitas esporádicas. En este sitio solo se han encontrado posibles canteras de brechas y andesitas.

Tabla 2. Composición de los materiales de las mamposterías de Panamá Viejo. El símbolo √ indica si el tipo de roca está presente en el sitio.

En las fortificaciones de Portobelo, calizas coralinas y areniscas han sido identificadas como los principales materiales de construcción; mientras que la andesita basáltica se ha observado solo en el Fuerte de San Fernando, donde estuvo presente un afloramiento de este material. Esta piedra se usó en la Batería Baja, en la pavimentación de la entrada del fuerte y en la rampa. En la Batería Alta también se encuentra en la mampostería, en particular en la suela de las troneras. Estas últimas, en la Batería Baja, están hechas de caliza coralina en la suela y grainstone utilizado en las esquinas.

Por último, en el Fuerte San Lorenzo, se han detectado también tobas y grainstones en las mamposterías. Estos últimos se utilizaron principalmente para componer esquinas (como partes ornamentales de los portales y de los bloques de base).

En caso de restauración es importante el conocimiento de los materiales, con el fin de elegir aquellos más compatibles y similares posible a los originales. Además, según las características estéticas y / o resistencia de la roca puede ser utilizada de una manera diferente, tal y como se muestra en la figura 4.

Figura 4. a, b, c. Fuerte de San Fernando y d. Fuerte San Lorenzo. a y b: andesita basáltica utilizada en la rampa (Batería Baja a) y en la base de la tronera (Batería Alta b); c. tronera de la Batería Baja, base en caliza coralina y grainstone utilizado en las esquinas; d. grainstone utilizado en la partes ornamentales de los portales y de los bloques de base.

Junto con la caracterización de los materiales fue importante evaluar su estado de conservación. Ha sido evidenciado que los fenómenos de deterioro superficiales más difusos se deben al crecimiento biológico, exfoliación y desprendimiento, desintegración (laminar y pulverización), incrustaciones de sal y alteración cromática, que en particular afectan a las riolitas (figura 5).

Figura 5. Principales fenómenos superficiales de deterioro observados en los sitios.

Por análisis de microscopía, fueron observadas partes alteradas (como áreas zeolitizadas) con grietas. Este proceso de zeolitización se detectó principalmente en rocas volcanoclásticas. Mediante investigaciones de XRPD fueron identificados los diferentes tipos de zeolitas presentes: clinotptilolita, detectada en todos los sitios; mientras que la mordenita fue identificada solo en Panamá Viejo. Además, las muestras de PV FC 6, PV FC 9 y PV SJdD, clasificadas como riodacita según la clasificación de Winchester y Floyd para rocas volcánicas alteradas, están formadas principalmente por mordenita (PV FC 6) y clinoptilolita.

Las partes zeolitizadas, como los minerales de arcilla que pueden expandirse (detectada montmorillonita y vermiculita), resultantes higroscópicos, pueden verse afectadas por los ciclos de humedad. Esto representa un factor co-responsable de los procesos de desprendimiento y exfoliación observados macroscópicamente.

En general, el análisis MIP reveló que la mayoría de las muestras analizadas presentan un diámetro de poro promedio inferior a los 0,2 μm, umbral de microporos. Además, casi todas las muestras presentan un rango de distribución de poros entre 0,01 y 10 μm. Se exceptúan de lo anterior, las riodacitas y las riolitas que tienden a tener, la mayoría de los diámetros de poros entre 0,01 y 1 μm, y las calizas de coral que muestran un predominio hacia 10 μm. De hecho, mediante análisis PLM, las calizas coralinas y grainstones / packstones muestran una porosidad intergranular e intragranular muy alta.

Asimismo, fueron identificadas incrustaciones de sales en las fortalezas de Portobelo, presentando un proceso de cristalización de calcita desarrollado en varios pasos, con una duración diferente. Esto es comprensible gracias a la alternancia de minerales esparíticos y micríticos que pertenecen a diferentes capas.

A través de las investigaciones de IC, fue posible determinar las sales solubles en las muestras, definiendo al calcio como el catión más abundante en todas las muestras, y en cada sitio. Por otra parte, se ha detectado alta presencia de sulfatos y nitratos, especialmente en Panamá Viejo, ya que se encuentra dentro de un área urbana cerca de una carretera con mucho tráfico, por lo que está afectada por una fuerte contaminación antropogénica.

Por su parte, Portobelo y San Lorenzo presentan al cloruro como el anión más abundante. Considerando los cationes detectados, este puede formar cloruro de sodio, potasio, amonio y magnesio. Sin embargo, la presencia de halita es resumible en todos los sitios, ya que el cloruro está presente en gran medida también en las muestras de Panamá Viejo. En presencia de agua, el Cl- puede crear el ácido clorhídrico, ya que los sulfatos y los nitratos pueden formar respectivamente el ácido sulfúrico y el ácido nítrico. Esto provoca la disolución de los carbonatos, que pueden recristalizar dentro de la porosidad de la piedra y provocar tensiones internas, o en la superficie, formando incrustaciones superficiales de calcita.

Determinación del contexto ambiental y evaluación de daños utilizando funciones de daño

Para determinar el contexto ambiental, fueron elegidas estaciones de monitoreo de la red nacional panameña cerca de los sitios de interés; y se seleccionaron dos modelos de clima, que presentan dos resoluciones diferentes, ECEarth de 25 km y Arpege de 50 km. Luego, los datos de los parámetros climáticos -temperatura del aire cerca de la superficie, humedad relativa y cantidad de lluvia- se extrajeron de las estaciones de monitoreo y de los modelos climáticos, para el período de referencia 1979-2008. Adicionalmente, los mismos parámetros fueron recopilados también de escenarios futuros, en el período del futuro medio (2039-2068) para EC-Earth (RCP1 8.5) y desde el futuro cercano hasta el futuro lejano (2009-2100) para Arpege (RCP8 .5, RCP 4.5 y RCP 2.6).

Comparando los parámetros medidos con el simulado, el modelo EC-Earth resultó mejor para reproducir la estacionalidad de la temperatura y la humedad relativa. Al considerar la lluvia, generalmente Arpege simula mejor los datos medidos. Además, en el estudio ejecutado, se realizó una corrección de bias, obtenida sobre la base de las diferencias entre los datos simulados y los medidos. Por lo tanto, se aplicó un factor multiplicador para las series de modelos de lluvia y humedad relativa, mientras que un factor aditivo para los valores del modelo de temperatura.

Dado que las morfologías de deterioro más difusas detectadas son la pérdida de materiales, la cristalización de sales y el crecimiento biológico, en los estudios revisados, fueron seleccionados y aplicados funciones de daño para evaluar y predecir estos fenómenos. Considerando la recesión de la superficie, fue utilizada la función Lipfert modificada (relacionada con el “karst effect”), válida para rocas carbonatadas que tienen una porosidad inferior al 25 % (Bonazza et al., 2009). El resultado mostró una mayor recesión superficial en la zona norte de Portobelo y San Lorenzo, especialmente considerando los datos extraídos del experimento EC-Earth, tanto para la situación pasada como para la futura.

En consideración a los ciclos de sales de disolución y cristalización, la halita fue elegida como una fase de investigación prioritaria, ya que el sodio y el cloruro resultaron los iones más abundantes en las muestras, detectados en todos los sitios. Es importante también tener en cuenta su proximidad al mar. En el pasado (1979-2008), los ciclos de transición de halita destacaron que la mayor frecuencia de este fenómeno se registró durante la estación seca (desde noviembre/diciembre hasta abril/principios de mayo). En general, al hacer una comparación entre las condiciones pasadas y futuras y entre los sitios, Portobelo muestra el menor interés por este fenómeno, mientras que el área cerca de San Lorenzo parece ser la más afectada.

Para estimar la acumulación de biomasa en piedras ácidas (con un alto contenido en sílice), calculada considerando la acumulación de carbono orgánico en las superficies, se aplicó la función desarrollada por Gómez-Bolea et al. (2012) Los valores anuales más altos de biomasa se registraron, tanto en el pasado como para el futuro, en las áreas de la costa norte, especialmente en Portobelo, alcanzando 21 g cm-2.

4. PANORAMA MUNDIAL

El cambio climático traerá aparejados cambios en las condiciones ambientales que pueden poner en peligro evidencias del pasado, acentuando los procesos que producen daño a los sitios arqueológicos. Cualquier cambio en la temperatura y en el contenido de agua afectará la conservación de estos sitios, por lo que es necesario tomar precauciones para aquellos inscritos en la lista del Patrimonio Mundial. Además, el hecho de que el cambio climático pueda destruir objetos preciosos, cuya misma existencia es hoy desconocida, representa un problema adicional para los yacimientos arqueológicos respecto de otro tipo de sitios.

Diversos cambios en el clima impactarán en la conservación del patrimonio:

  • La modificación de los regímenes de precipitación y el aumento de la variabilidad interanual alrededor del mundo reportada por el IPCC. Independiente de que la tendencia corresponda al incremento de sequías o inundaciones, cambios en acuíferos y napas freáticas, ciclos de humedad, momento de las precipitaciones o en la química del suelo, los yacimientos arqueológicos sufrirán las consecuencias.
  • El aumento de la temperatura del suelo -consecuencia del aumento de temperatura de la atmósfera- impactará especialmente en las regiones polares, donde gran parte del permafrost se está derritiendo.
  • En regiones templadas se prevén cambios en las regiones expuestas a los ciclos estacionales de congelación lo cual puede afectar las tensiones, la estabilidad del subsuelo y la subsidencia, sin mencionar la magnitud de las avalanchas de tierra.
  • El aumento del nivel del mar también pone en peligro las zonas costeras, debido al riesgo de erosión y de sumersión permanente de áreas bajas, y al aumento de la salinidad de las tierras lindantes con la costa.
  • Cambios en los ciclos de sequedad y humedad afectarán la cristalización y disolución de sales, y por ende afectarán tanto la arqueología enterrada como las pinturas, frescos y otras superficies decoradas, incluyendo el arte rupestre.

La Iniciativa de la UNESCO sobre el Cambio Climático, presentada por la Directora General en Copenhague, federa el trabajo de la Organización y lo asocia al de otros órganos de las Naciones Unidas para tratar de ayudar a los Estados Miembros a adaptarse al cambio climático, a atenuar sus efectos y educar a las sociedades para el desarrollo sostenible. También, a evaluar los peligros de los desastres naturales provocados por el cambio climático, y a vigilar su impacto en los sitios de la UNESCO (referentes del Patrimonio Mundial y las reservas de la Biosfera). La iniciativa de la Organización utiliza estos sitios para fomentar economías con bajas emisiones de carbono, por ejemplo, mediante la utilización sostenible de fuentes de energía renovables.

Figura 6. Inundación del Palacio Tschudi durante el evento de El Niño de 1982-1983.

 CONCLUSIONES

Como se ha demostrado, el cambio climático también pone en riesgo los sitios arqueológicos de nuestro país, los cuales han perdurado durante muchos años y ahora se ven afectados por la contaminación y el cambio climático.

La acumulación de biomasa, la recesión de la superficie y los ciclos de transición de sales son los principales fenómenos que producen el deterioro de los materiales con los que se construyeron las fortalezas de Portobelo, San Lorenzo y Panamá Viejo.

Es evidente que el clima de nuestro planeta está cambiando y que cualquier cambio o modificación conlleva a una desestabilización en las condiciones ambientales y sociales en él; afectándolas, generalmente, de manera adversa. El estudio realizado por Ciantelli (2017) en Panamá Viejo y las fortalezas de Portobelo y San Lorenzo, así como otros estudios internacionales, patrocinados por la UNESCO, demuestran que los cambios en el clima también ponen en riesgo la conservación de los bienes del Patrimonio Mundial que han perdurado durante muchos años y ahora se ven afectados por estas condiciones, de forma acelerada.

La acumulación de biomasa, la recesión de la superficie y los ciclos de transición de sales son los principales fenómenos que producen el deterioro de los materiales con los que se construyeron estos sitios.

En los últimos años, los materiales de construcción se han reinventado o modificado para ser más resistentes ante los efectos negativos que la contaminación y el cambio climático tienen sobre ellos. Esto con la finalidad de aumentar el periodo de vida de las estructuras nuevas. Sin embargo, los bienes del Patrimonio Mundial no fueron construidos con estos materiales. Es fundamental entonces, crear y reforzar las capacidades de las instituciones que protegen y administran estos sitios, impartiendo una formación especializada y habilitando a profesionales para intervenir en la gestión, restauración y preservación de los bienes históricos y sus valores culturales.

El análisis de los resultados del estudio realizado por Ciantelli (2017) nos permite corroborar que los resultados de los ensayos realizados a las muestras de los materiales tomadas en Panamá Viejo y las fortalezas de Portobelo y San Lorenzo contribuyen, significativamente, a la formulación de directrices y al desarrollo de estrategias para la preservación actual y futura de los sitios arqueológicos de nuestro país. Además representan una base fundamental para un análisis más profundo, a fin de aumentar la conciencia de los posibles riesgos y daños relacionados con el clima que se pueden presentar en estas estructuras debido al impacto del cambio climático en el patrimonio cultural de nuestro país.

BIBLIOGRAFÍA

Bonazza, A.; P. Messina; C. Sabbioni; C. M. Grossi; P. Brimblecombe. Mapping the impact of climate change on surface recession of carbonate buildings in Europe. Sci. Total Environ. 2009, 407, 2039–2050.

Ciantelli, C., Environmental impact on UNESCO heritage sites in Panama, PhD Thesis, University of Ferrara, Ferrara, Italy, 21 of April 2017.

Gómez-Bolea, A.; Llop, E.; Ariño, X.; Saiz-Jimenez, C.; Bonazza, A.; Messina, P.; Sabbioni, C. Mapping the impact of climate change on biomass accumulation on stone. J. Cult. Herit. 2012, 13, 254–258.

Le Maitre R. W., 1984. A proposal by the IUGS Subcommission on the Systematics of Igneous Rocks for a chemical classification of volcanic rocks based on the total alkali silica (TAS) diagram, Australian Journal of Earth Sciences, Vol. 31, Iss. 2, 243-255, DOI: 10.1080/08120098408729295

Martín, Juan G. 2009. Arqueología de Panamá La Vieja: del asentamiento prehispánico a la ciudad colonial. Huelva: Universidad de Huelva.

Mena, Carmen. 1992. La ciudad en un cruce de caminos (Panamá y sus orígenes urbanos). Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla.

Romoli, Kathleen. 1987 Vasco Núñez de Balboa: descubridor del Pacífico. Bogotá: Plaza & Janés.

Rovira, Beatriz y Juan G. Martín. 2008. Arqueología histórica de Panamá. La experiencia en las ruinas de Panamá Viejo. Vestigios 1, no. 2: 7-34.

Winchester J. A., and Floyd P. A., 1977. Geochemical discrimination of different magma series and their differentiation products using immobile elements. Chemical geology 20: 325-343.

https://es.unesco.org/themes/afrontar-cambio-climatico

IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA SANIDAD VEGETAL: PLAGAS Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

Por: Carlos Magallón, Fernando Fernández, Galia Flores y Yarelis Jaramillo. 2020.

Curso avanzado de Cambio climático y medidas de adaptación. Maestría en Ingeniería Ambiental. Facultad de Ingeniería Civil. Universidad Tecnológica de Panamá.

INTRODUCCIÓN

Actualmente el 40 % de los cultivos alimentarios mundiales se pierden cada año a causa de plagas y enfermedades vegetales, esto hace que millones de personas sufran hambre y perjudica gravemente la agricultura, el principal medio de vida de las comunidades rurales.

Las plantas son la base fundamental para la vida en la tierra, y son el pilar más importante de la nutrición humana. Nos proporcionan el 80 % de los alimentos que consumimos y producen el 98 % del oxígeno que respiramos. El cambio climático ha entrado a jugar un gran papel en esta problemática: la diferencia de temperaturas, la humedad y los gases de la atmósfera modifican el crecimiento y la capacidad con que se generan las plantas, los hongos, y los insectos, alterando la interacción entre las plagas, sus enemigos naturales y sus huéspedes.

Al igual que sucede con la sanidad humana, proteger las plantas frente a plagas y enfermedades es mucho más rentable que lidiar con graves situaciones de emergencia sanitaria. De hecho, en muchos casos es imposible erradicar las plagas que afectan a las plantas una vez que se han consolidado y su tratamiento es costoso en cuanto a tiempo y dinero. Por consiguiente, la prevención es fundamental para evitar los efectos devastadores de las plagas en la agricultura, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria.

Desarrollar y apoyar la aplicación de normas internacionales para medidas fitosanitarias es la actividad principal de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF). La adhesión a las normas de la CIPF, significa que los riesgos de plagas se gestionan con eficacia, garantizando así un comercio seguro y eficiente de plantas y productos agrícolas y ayudando a los países desarrollados y en desarrollo a acceder a nuevos mercados.

1. IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA SANIDAD VEGETAL

1.1 Sanidad vegetal

¿Alguna vez te has puesto malo y has tenido que ir al médico? Tarde o temprano, nadie se libra de visitar el centro de salud: una gripe, una alergia, unas vitaminas, un análisis de sangre… Incluso, antes de ponernos malos nos vacunan y nos dan pautas para llevar una vida sana. Salud y enfermedad van de la mano, y afortunadamente en nuestro entorno disponemos de médicos y medicinas que cuidan de nosotros para que estemos sanos.

En las plantas que cultivamos ocurre algo parecido. En vez de médicos tenemos “fitopatólogos”, que son los expertos en las enfermedades de las plantas. Como no hay farmacias para plantas son las empresas de insumos agrícolas las que facilitan los productos al agricultor y también le asesoran sobre qué producto utilizar en cada momento y cómo hacerlo para asegurar la salud del cultivo.

Figura 1. Las plagas dañan las plantas.

A las medicinas de las plantas se les conoce popularmente por un nombre muy genérico y poco afortunado: pesticidas. Quizás sería más adecuado decir plaguicida, aunque realmente la palabra que mejor identifica a los productos destinados a garantizar la salud de las plantas es “fitosanitario”.

A la hora de cuidar nuestra salud o la de nuestros cultivos, hay algunas cosas en común, como prevenir y utilizar correctamente los medicamentos. Pero existen también varias diferencias importantes a tener en cuenta para ayudar a los cultivos a crecer sanos. La sanidad vegetal mejora la salud de las personas, sin embargo, a menudo no préstamos mucha atención a este enlace. Lo cual puede resultar devastador. Por ejemplo, la FAO estima que se pierde hasta un 40 por ciento de los cultivos alimentarios debido a plagas y enfermedades de las plantas. Esto deja a millones de personas sin comida suficiente y perjudica gravemente a la agricultura, principal fuente de ingresos para las comunidades rurales pobres.

1.2 Las actividades humanas están alterando los ecosistemas

El cambio climático y las actividades humanas han alterado los ecosistemas, reduciendo así la biodiversidad y creando nuevos nichos donde las plagas pueden proliferar. Al mismo tiempo, los viajes y el comercio a escala internacional se han triplicado en volumen en la última década y pueden propagar a gran velocidad plagas y enfermedades por todo el mundo, causando un gran daño a la vegetación autóctona y al medio ambiente.

Los países invierten grandes cantidades de dinero para erradicar y combatir las enfermedades y las plagas de los animales y las plantas. El cambio climático está creando condiciones favorables para que se produzcan plagas y enfermedades de las plantas y los animales en nuevas regiones, y también está transformando sus vías de transmisión.

Si bien es evidente que el cambio climático está modificando la distribución de las plagas y las enfermedades de los animales y las plantas, es difícil prever todos los efectos de este cambio. La modificación de las temperaturas, la humedad y los gases de la atmósfera puede propiciar el crecimiento y la capacidad con que se generan las plantas, los hongos y los insectos, alterando la interacción entre las plagas, sus enemigos naturales y sus huéspedes.

Las transformaciones que experimenta la cubierta vegetal de la Tierra, como la deforestación y la desertificación, pueden incrementar la vulnerabilidad de las plantas y los animales que quedan ante las plagas y las enfermedades. Si bien a lo largo de la historia con regularidad surgen nuevas plagas y enfermedades, el cambio climático ahora introduce una serie de incógnitas en la ecuación.

Algunas de las transformaciones más espectaculares del cambio climático en las plagas y las enfermedades de los animales probablemente se observarán en los artrópodos, como los mosquitos, las mosquillas, las garrapatas, las pulgas y las pulgas de la arena, así como en los virus de los cuales son portadores. Debido al cambio de las temperaturas y la humedad, las poblaciones de estos insectos pueden extender la zona geográfica donde viven y exponer a los animales y las personas a enfermedades contra las cuales no tienen inmunidad natural.

Figura 2. Ñue, portador del virus de la fiebre maligna catarral.

Otros cambios climáticos pueden crear más oportunidades para las enfermedades transmitidas por vectores. En las zonas de pastoreo, por ejemplo, las condiciones de mayor aridez pueden reducir el número de abrevaderos, lo que incrementará la interacción entre el ganado y los animales salvajes. El aumento de una interacción entre el ganado y el ñu, en África Oriental, podría conducir a un brote grave de fiebre catarral maligna, letal para el ganado, ya que todos los ñúes son portadores del virus de la fiebre.

1.2.1 Protección de los alimentos y los agricultores

Las plagas y las enfermedades siempre han repercutido en la producción de alimentos, ya sea directamente causando pérdidas en las cosechas de alimentos y en la producción pecuaria, o indirectamente por la disminución de los ingresos debida a la insuficiencia de las cosechas de los cultivos comerciales. Hoy en día, el cambio climático y su inestabilidad cada vez mayor exacerban estas pérdidas, y representan una amenaza para la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia rurales en todo el planeta.

Figura 3. Cochinillas, plaga muy común en plantas.

Los países en desarrollo que dependen más de la agricultura son los más vulnerables a las transformaciones de hoy en las pautas de las plagas y las enfermedades. Cientos de millones de pequeños agricultores dependen exclusivamente de la agricultura y la acuicultura para sobrevivir. Mientras los agricultores rurales luchan por producir alimentos, las personas pobres de las zonas urbanas cercanas tienen que afrontar una menor disponibilidad de alimentos a precios más elevados.

La economía de los países también sufrirá cuando las nuevas plagas y enfermedades reduzcan el acceso de sus productos agrícolas a los mercados internacionales o incurran en costos más elevados asociados a la inspección, el tratamiento y el cumplimiento de las normas.

1.3 Importancia de proteger las plantas

Al igual que sucede con la sanidad humana, proteger las plantas frente a plagas y enfermedades es mucho más rentable que lidiar con graves situaciones de emergencia sanitaria. De hecho, en muchos casos es imposible erradicar las plagas que afectan a las plantas una vez que se han consolidado y su tratamiento es costoso en cuanto a tiempo y dinero. Por consiguiente, la prevención es fundamental para evitar los efectos devastadores de las plagas en la agricultura, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria. Desarrollar y apoyar la aplicación de normas internacionales para medidas fitosanitarias es la actividad principal de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF).

La adhesión a las normas de la CIPF, significa que los riesgos de plagas se gestionan con eficacia, garantizando así un comercio seguro y eficiente de plantas y productos agrícolas y ayudando a los países desarrollados y en desarrollo a acceder a nuevos mercados. Debido a la estrecha relación entre la sanidad vegetal y la protección del medio ambiente, la FAO fomenta métodos ecológicos para hacer frente a las plagas, como por ejemplo la gestión integrada. La reducción al mínimo del uso de sustancias venenosas al tratar las plagas no solo protege el medio ambiente, sino que también protege a los polinizadores, los enemigos naturales de las plagas, los organismos beneficiosos y las personas y animales que dependen de las plantas.

1.3.1 ¿Qué pueden hacer los países?

Hay muchas formas en que los Gobiernos pueden proteger la sanidad vegetal y de este modo mejorar la seguridad alimentaria, proteger el medio ambiente y fomentar el comercio. Podemos mencionar entre otras:

  • Promover campañas públicas de concienciación sobre la importancia de la sanidad vegetal y lo que puede hacer cada persona para proteger las plantas.
  • Invertir en organizaciones de protección fitosanitaria y garantizar que dispongan de recursos humanos y financieros adecuados.
  • Invertir más en investigación y en prácticas y tecnologías innovadoras en materia fitosanitaria así como proporcionar incentivos para que el sector privado y los agricultores hagan lo propio.
  • Garantizar que los requisitos de importación fitosanitarios se basen en los estándares de la CIPF y estén justificados desde el punto de vista técnico, sean coherentes con el riesgo de plagas involucrado, representen las medidas menos restrictivas disponibles y resulten en el mínimo impedimento para el desplazamiento internacional de personas, productos básicos y medios de transporte.
Figura 4. Investigación fitosanitaria.

1.3.2 ¿Qué puede hacer el sector privado?

Las empresas del sector privado desempeñan un papel clave en la sanidad vegetal, ya que pueden contribuir a la creación de estándares fitosanitarios mundiales y ayudar a ponerlos en práctica. El sector privado es también un factor de innovación en el ámbito fitosanitario y un actor clave en la producción y protección de plantas y productos vegetales. Entre otras medidas mencionamos:

  • Promover productos y prácticas que respeten el ambiente para la prevención y el manejo de las plagas.
  • Aumentar la seguridad de la comercialización y transporte de plantas y productos vegetales mediante el cumplimiento de las normas y leyes internacionales en materia de sanidad vegetal.
  • Informar a los clientes de que el transporte de plantas y productos vegetales puede propagar plagas y enfermedades de las plantas, a veces con resultados devastadores.

1.3.3 ¿Qué pueden hacer los agricultores y agro negocios?

Las mujeres y los hombres que se dedican a la agricultura son actores clave para proteger la sanidad vegetal. Si usted es agricultor o trabaja en los agro negocios, puede tener una influencia directa en las plantas y ayudar a mantenerlas sanas.

  • Supervisar e informar periódicamente de la aparición de plagas en sus explotaciones agrícolas.
  • Adoptar prácticas de manejo de plagas respetuosas con el medio ambiente, incluidas las basadas en estrategias biológicas que no maten a los polinizadores, así como los insectos y organismos beneficiosos.
  • Aprovechar recursos modernos tales como la tecnología digital, las aplicaciones para dispositivos móviles y los programas informáticos para acceder a información sobre cómo prevenir y manejar las plagas o enfermedades de las plantas o para informar de los brotes.
Figura 5. Evitar el manejo de plaga no amigable con el ambiente.

1.3.4 ¿Qué podemos hacer todos?

Existen reglamentos fitosanitarios en vigor para proteger la agricultura, la silvicultura y el medio ambiente. Por ello, no está permitido transportar muchas plantas y productos vegetales (por ejemplo, semillas, verduras o flores cortadas) sin una autorización oficial. Si usted tiene intención de transportar plantas, póngase previamente en contacto con la autoridad fitosanitaria de su país para asegurarse de no infringir estas leyes. Entre otras líneas de acción se tiene:

  • Tenga cuidado cuando transporte plantas y productos vegetales en sus viajes, ya que se podrían propagar las plagas y enfermedades de las plantas.
  • Actúe con precaución a la hora de comprar plantas y productos vegetales por Internet o mediante servicios postales ya que los paquetes pequeños pueden esquivar fácilmente los controles fitosanitarios habituales.
  • Tome medidas cada día para reducir su impacto medioambiental y participe activamente en iniciativas dirigidas a proteger y gestionar los recursos naturales.

1.4 Protección de la biodiversidad vegetal

1.4.1 Historia El concepto de la protección fitosanitaria internacional se inició en 1881, cuando cinco países firmaron un acuerdo para combatir la propagación de la phylloxera, un áfido norteamericano que se introdujo en Europa alrededor de 1865 y que posteriormente devastó una gran parte de las regiones vitícolas europeas. Las siguientes actividades importante fue la Convención Internacional para la Protección de las Plantas, firmada en Roma en 1929, seguida en 1951 por la adopción del Convenio Internacional de Protección Fitosanitaria, la CIFP, por la Organización para la agricultura y la Alimentación.

Figura 6: FAO. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

La CIPF entre en vigor en abril de 1952 y reemplazó a todos los acuerdos internacionales de protección fitosanitaria previos. En 1989 la reconoció la Ronda Uruguay del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio como organización normativa del Acuerdo sobre Aplicaciones de Medidas Sanitarias y fitosanitarias (acuerdo MSF). En 1992 se estableció la Secretaría de la CIPF en la Sede de la FAO en Roma, y se inició su programa normativo internacional, adoptado por la FAO el año siguiente.

En 1995 los miembros de la CIPF pidieron que se enmendara la Convención, con el fin de que reflejase los conceptos fitosanitarios contemporáneos y la función de la CIPF en relación con los acuerdos de la Ronda Uruguay de la Organización Mundial del Comercio, en particular el Acuerdo MSF.

Figura 7. Convenio Internacional para la Protección Fitosanitaria.

En el mismo año la Conferencia de la FAO aprobó la primera de las tres normas internacionales para medidas fitosanitarias (NIMF; que son acuerdos oficiales vinculantes para proteger las plantas y las industrias afines de todo el mundo a través de la lucha contra la propagación de plagas de las plantas.

Mediante el Acuerdo MSF la CIPF proporciona normas internacionales para las medidas fitosanitarias, que los gobiernos aplican para proteger sus recursos vegetales de plagas nocivas, a la vez que se asegura que esas medidas se justifiquen y que no se utilicen como obstáculos injustificados al comercio internacional.

La 29a Conferencia de la FAO, en 1997, adoptó por unanimidad el nuevo texto revisado de la CIPF, que entró en vigor en 2005. El programa de trabajo en curso de la Secretaría de la CIPF se concentra en la elaboración de NIMF, el intercambio de información oficial, así como en creación de capacidad y asistencia técnica.

1.4.2 Perspectiva y Misión de CIPF

  • Perspectiva: Proteger de las plagas los recursos vegetales mundiales.
  • Misión: Lograr la cooperación entre las naciones en la protección mundial de los recursos vegetales contra la propagación e introducción de plagas de las plantas, con el fin de preservar la seguridad alimentaria, la biodiversidad y facilitar el comercio.

1.4.3 Funciones de la CIPF Al proteger los recursos vegetales de plagas y enfermedades, la CIPF ayuda a:

  • Proteger a los agricultores de epidemias económicamente devastadoras.
  • Proteger el medio ambiente de la pérdida de diversidad de las especies.
  • Proteger los ecosistemas de la pérdida de viabilidad y funcionamiento a consecuencia de invasiones de plagas.
  • Proteger las industrias y a los consumidores de los costos del control o erradicación de plagas.
  • Facilitar el comercio mediante la elaboración de normas que reglamenten el desplazamiento seguro de vegetales y productos vegetales.
  • Proteger los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria impidiendo el ingreso y la propagación de nuevas plagas de las plantas en un país.

La Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF) — la reunión de las partes de la Convención— orienta las actividades de la CIPF, que lleva a cabo la Secretaría de la CIPF, establecida en 1992 en la FAO, Roma, Italia.

La Secretaría de la CIPF facilita el intercambio de información entre los países miembros, apoyando así a los miembros en sus esfuerzos para proteger sus recursos vegetales y comercio con seguridad.

1.4.4 Medidas y normas fitosanitarias

Las medidas fitosanitarias son toda legislación, reglamento o procedimiento oficial que tenga el propósito de prevenir la introducción y/o propagación de plagas cuarentenarias o limitar el impacto económico de las plagas no cuarentenarias reglamentadas.

Las Normas Internacionales para Medidas Fitosanitarias (NIMF) se deciden en el ámbito internacional a partir de las medidas fitosanitarias que han sido aprobadas por consenso de la CMF. Las NIMF se ocupan de las plagas invasoras de las plantas, incluidas las malas hierbas que causan daño indirecto a las plantas. Las normas referentes a los desplazamientos de las plagas son aplicables a los vehículos, buques, aeronaves, contenedores, lugares de almacenamiento, el suelo, embalajes de madera y otros objetos que puedan albergar plagas de las plantas. Las NIMF facilitan el comercio seguro proporcionando orientación sobre los procedimientos, las reglamentaciones y los tratamientos que se pueden utilizar para la gestión de riesgos de plagas relacionadas con el desplazamiento internacional de mercancías y el transporte.

Figura 8. Normas internacionales para medidas fitosanitarias.

Las NIMF son reconocidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para la gestión de riesgos de las plagas asociados al comercio. Se prevé que los miembros de la OMC basen sus medidas fitosanitarias en las normas internacionales elaboradas por la CIPF. Las organizaciones nacionales o regionales de protección fitosanitaria y otros grupos pueden presentar recomendaciones para las normas internacionales a través de la Secretaría de la CIPF. Son elaboradas por los comités técnicos, revisadas por las partes contratantes y aprobadas por la CMF.

En 2012 hay más de 50 NIMF que abarcan cuestiones como la cuarentena de plantas y el comercio internacional; análisis de riesgos de plagas; áreas libres de plagas; materiales de embalaje de madera en el comercio internacional; y protocolos de inspección. Todas las NIMF, incluidas los que están en proyecto y en etapa de consulta, se distribuyen gratuitamente a través del sitio Web (www.ippc.intde la CIPF) o de la Secretaría de la CIPF.

1.4.5 Asociados de la CIPF

  • Los miembros de la Convención, para la elaboración de medidas fitosanitarias para la gestión de las plagas de las plantas.
  • Las organizaciones regionales de protección fitosanitaria, (ORPF) para crear capacidad fitosanitaria y hacer frente a los riesgos asociados con los desplazamientos dentro y entre las regiones.
  • Las organizaciones nacionales de protección fitosanitaria, (ONPF) a través de los gobiernos y las autoridades locales, para responder ante los riesgos fitosanitarios. Expertos Técnicos de los gobiernos de las partes contratantes, para difundir información y conocimientos técnicos a fin de fortalecer la capacidad fitosanitaria.
  • Los exportadores y los importadores, para reducir los desplazamientos de las plagas.
  • Los productores, para aplicar las prácticas fitosanitarias que protegen los medios de subsistencia, el suministro de alimentos, las sociedades y el medio ambiente.
  • La sociedad civil, para acumular conocimientos de capacidad fitosanitaria a fin de proteger la biodiversidad, la vitalidad y conservación de los ecosistemas.
  • Los educadores, para promover los conocimientos técnicos para la evaluación y la gestión de riesgos de plagas, taxonomía, diagnóstico y tratamiento, y crear capacidad.
  • Los medios de comunicación, para crear conciencia de los efectos de las plagas, los riesgos que presentan el comercio y los pasajeros y la responsabilidad de todos en el cuidado de los recursos vegetales para el futuro.
  • Los donantes, para financiar la creación de programas que reducen riesgos de plagas de plantas y fomentan el comercio seguro de vegetales y productos vegetales.

2. EL CAMBIO CLIMÁTICO COMO FACTOR QUE IMPULSA EL SURGIMIENTO Y PROPAGACIÓN DE PLAGAS

2.1 Insectos hambrientos

Según (Deutsch, et al., 2018) para el año 2050, las temperaturas de la temporada de cultivo probablemente superarán las registradas durante el siglo pasado y pueden reducir sustancialmente los rendimientos de los cultivos. Sin embargo, los modelos que evalúan los efectos del calentamiento climático en los rendimientos de los cultivos rara vez consideran los impactos en las plagas de insectos, a pesar de los daños que resultan directamente de las infestaciones de plagas e indirectamente de los pesticidas aplicados para reducir los daños causados por las plagas.

En la actualidad se estudia la relación entre la temperatura, la fisiología y demografía de los insectos para proyectar el impacto futuro de los insectos en la producción de cultivos a nivel mundial, en especial en los principales cultivos de cereales de maíz, arroz y trigo, que en conjunto representan el 42 % de las calorías directas consumidas por los seres humanos en todo el mundo.

Un clima más cálido alterará, al menos, dos características agrícolamente relevantes de las plagas de insectos. En primer lugar, la tasa metabólica de un insecto se acelera con la temperatura, y la tasa de consumo de alimentos de un insecto debe aumentar en consecuencia.

Los insectos son organismos ectotérmicos, la temperatura ambiental constituye un factor clave en la regulación de su desarrollo, por lo que, hasta la fecha, el efecto directo del cambio climático sobre los mismos se ha asociado principalmente a la elevación de temperatura, si bien cambios en el régimen de precipitaciones y la concentración de CO2 atmosférico también puede jugar un papel en este sentido.

En segundo lugar, el número de insectos cambiará, porque las tasas de crecimiento de la población varían con la temperatura. Se espera que estas tasas de crecimiento disminuyan como resultado del calentamiento en las regiones tropicales, mientras que aumentan en otros lugares. Estos efectos son más importantes sobre especies de insectos aéreos, expuestas a una mayor amplitud de cambios ambientales, micro y macroclimáticos, que a las del suelo.

Las relaciones entre la temperatura y las tasas de crecimiento de la población de insectos impulsan el aumento logístico de la población de insectos durante la temporada de crecimiento de cada cultivo, y también escalan la tasa de supervivencia fraccionaria de los insectos durante el resto del año, llamado la diapausa supervivencia.

En la actualidad se tiene un amplio conocimiento de un considerable número de insectos fitófagos (animal que se alimenta de sustancias vegetales) de los que se conoce las características de su desarrollo poblacional y si se encuentra sometido a algún tipo de diapausa (baja actividad metabólica) útil para obtener conclusiones sobre potenciales cambios en su área de distribución asociados al clima.

La diapausa no sólo desempeña un papel fundamental en la sincronización estacional del ciclo de los insectos, sino que también tampona los efectos de los cambios de temperatura, lo que permite que algunas especies de insectos fitófagos estén presentes en amplias zonas geográficas (Moraga, 2011). En base a esta información se proponen los siguientes escenarios donde las tasas de crecimiento de la población varían con la temperatura:

(a) especies de crecimiento rápido, sin diapausa, en general son multivoltinas, responderán al incremento de la temperatura mediante la expansión de su área de distribución.

(b) especies con diapausa no gobernada por bajas temperaturas, que suelen ser multivoltinas o univoltinas, también responderán al incremento de la temperatura mediante la expansión de su área de distribución.

(c) aquellas de crecimiento rápido, en las que la diapausa está inducida por baja temperatura (también multivoltinas o univoltinas), pueden responder al cambio climático con una cierta contracción de su área de distribución.

(d) especies de desarrollo lento, con diapausa inducida por baja temperatura, encontrarán dificultades para expandir su área de distribución y pueden ser afectadas negativamente por el cambio climático.

Figura 9. Pérdidas de producción de cultivos con respecto a la temperatura.

Para cultivos como: trigo, arroz y maíz de la figura 9 muestran que las pérdidas de producción de cultivos aumentan a nivel mundial con el aumento de las temperaturas en todos los modelos climáticos y en todos los parámetros biológicos.

Cuando las temperaturas superficiales medias mundiales aumentan en 2 °C, el aumento medio de las pérdidas de rendimiento debido a la presión de las plagas es de 46, 19 y 31 % para el trigo, el arroz y el maíz, respectivamente, lo que eleva las pérdidas totales estimadas a 59, 92 y 62 metros por años (Deutsch, et al., 2018)

Las tasas de crecimiento metabólico y poblacional de gráfica 1 se derivaron de experimentos de laboratorio en una amplia gama de temperaturas y para diversos taxones de insectos, incluidas las especies de plagas. Las relaciones entre la temperatura y las tasas de crecimiento de la población de insectos impulsan el aumento logístico de la población de insectos durante la temporada de crecimiento de cada cultivo, y también escalan la tasa de supervivencia fraccionaria de los insectos durante el resto del año (diapausa).

2.2 Plagas que crecen

La salud de las plantas y el cambio climático están irreversiblemente relacionados. El cambio climático está influyendo en el movimiento y los ciclos de vida de las plagas de manera impredecible, y, además, puede destruir en si a las plantas debido a eventos climáticos extremos o también a cambios en las temperaturas. En África, por ejemplo, actualmente los eventos climáticos han facilitado un brote de langostas del desierto sin precedentes que han devastado miles de hectáreas de tierra en Etiopía, Kenia, Somalia, y ha llegado hasta Djibouiti y Eritrea, gracias a las lluvias inusualmente intensas y el aumento de la frecuencia de los ciclones en el Océano Índico. La plaga consume diariamente vegetales que podrían alimentar a 35 000 personas.

Para el año 2016 el Ministerio de Ambiente de la República de Panamá, informó este lunes que científicos de varias instituciones han encontrado indicios que una plaga de orugas está atacando la población de manglares de la Bahía de Panamá con tendencias a mermar su espesura. Los manglares afectados eran mayormente los del género Avicennia, comúnmente conocidos como mangle negro.

Las muestras colectadas de origen vegetal y animal, llevaron a que los posibles responsables de la depredación de las hojas del mangle negro, era causa por una oruga de Junonia evarete. Tanto el Ministerio de Ambiente como el Smithsonian Tropical Research (STRI) coinciden en que los manglares están siendo atacados por un insecto depredador, la oruga Junonia evarete, la cual destruye los árboles. Además, el STRI agrega que otros factores, como el cambio de salinidad del agua, pudiera estar debilitando a los manglares y los haría más vulnerables a la oruga. Los investigadores creen que la proliferación de la oruga se relaciona con cambios atmosféricos como el fenómeno del niño, huracanes y el incremento en temperatura.

Nuestro país también ha estado en alerta para combatir la propagación de un brote de hongos que afecta letalmente a las plantas de banano y plátano. La enfermedad, causada por la cepa más reciente del hongo Fusarium, daña las raíces y los tallos de la planta y, aunque no es dañino para la salud humana, puede conducir a pérdidas de rendimiento del 100 %, por lo que es una preocupación importante para los países y las comunidades donde la producción de banano es una fuente crítica de alimentos, ingresos familiares y exportaciones (FAO, 2016).

El patógeno puede transmitirse a través del movimiento de materiales de siembra infestados, tierra contaminada, agua u otros medios físicos como zapatos, herramientas y neumáticos. Una vez establecido, permanece en el suelo durante décadas. Actualmente no hay forma de erradicarlo por completo.

2.3 Formas de propagación

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la propagación de estas pestes ha aumentado drásticamente en los últimos años. La globalización, el comercio y el cambio climático, así como la menor capacidad de recuperación de los sistemas de producción debido a la intensificación de la agricultura durante años contribuyen a ello.

Las plagas y enfermedades de las plantas se propagan principalmente de tres maneras:

 El comercio o los movimientos migratorios de las personas.

  Los factores ambientales y meteorológicos como el viento.

  Los insectos u otros patógenos transmitidos por vectores.

Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF) es el organismo encargado de mantener a raya las plagas y enfermedades de las plantas y garantizar su inocuidad para el comercio. ha aprobado nuevas medidas internacionales para evitar que las plagas crucen las fronteras y se propaguen.

La CMF es el órgano rector de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) y entre las nuevas normas aprobadas se incluyen:

 Una nueva norma para ofrecer orientación sobre métodos mejorados de fumigación (CMF, 2018):

La norma establece los requisitos de temperatura, duración y cantidad de fumigantes para que la fumigación sea efectiva, y propone soluciones para disminuir su impacto medioambiental (por ejemplo, utilizando tecnologías de recaptura para reducir las emisiones de gases).

 Los Protocolos de diagnóstico que describen procedimientos y métodos para el diagnóstico oficial de seis plagas (CMF, 2018)

Incluyendo la Xylella fastidiosa y la mosca oriental de la fruta Bactrocera dorsalis. Garantizar un diagnóstico correcto es esencial para impulsar intervenciones rápidas con el objetivo de controlar las plagas.

3. CAMBIO CLIMATICO AMENAZA PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

La seguridad alimentaria fue reconocida como un derecho humano durante las cumbres mundiales de la alimentación de 1996 y 2002, derecho que se define así: “La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana.”

Esta definición permite introducir cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria:

La disponibilidad física de los alimentos: corresponde a la oferta, es decir la provisión, el suministro o la existencia de alimentos de calidad adecuada. Esto incluye la producción de alimentos, la infraestructura productiva, los insumos, las cadenas productivas y el comercio neto nacional e internacional.

El acceso económico y físico a los alimentos: las personas pueden obtener los alimentos apropiados para tener una alimentación nutritiva. Este acceso puede hacerse a través del trueque, del autoconsumo, del acceso a los mercados, de las ayudas alimentarias, etc.

La utilización de los alimentos: define la condición nutricional de los individuos y su salud influenciadas por la calidad alimentaria, en relación con la higiene, el saneamiento, la calidad y la inocuidad de los alimentos, la información nutricional y el uso biológico de los alimentos consumidos.

La estabilidad en el tiempo de las tres dimensiones anteriores: las crisis económicas, la inestabilidad política o las condiciones climáticas influyen la seguridad alimentaria de las poblaciones. La consolidación en el tiempo de la disponibilidad, del acceso y de la utilización de los alimentos es una necesidad para lograr la seguridad alimentaria.

La principal razón para mantener la seguridad alimentaria es que el suelo no debe perder su productividad. Sin embargo, el cambio climático y el incremento de la población mundial pone en riesgo esta certeza, de acuerdo con un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

El alza en las temperaturas afecta la seguridad alimentaria y si no se modifican ciertos patrones nocivos de la producción y consumo de alimentos, la escasez de comida podría convertirse en una de las consecuencias más graves del cambio climático. Uno de los factores que está acelerando el incremento de la temperatura es el uso de la tierra para fines agrícolas, silvícolas y relacionados. Estas actividades generan el 23 por ciento de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.

La degradación de la tierra socava su productividad, limita los tipos de cultivos y merma la capacidad del suelo para absorber carbono. Este efecto acelera el cambio climático, mientras que el cambio climático, a su vez, exacerba la erosión del suelo en diversas formas.

Aproximadamente 500 millones de personas viven en zonas afectadas por la desertificación. Las regiones de tierra árida son también más vulnerables al cambio climático y los fenómenos de gravedad extrema, como sequías, olas de calor y tormentas de polvo. El aumento de la población mundial no hace otra cosa, sino someter esas zonas a más presión, indica el informe.

3.1 Impactos del cambio climático en la agricultura y el bienestar humano.

Las actividades humanas, y en particular la combustión del petróleo y sus derivados, producen una cantidad considerable de gases de efecto invernadero (GEI), sobre todo de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Estos gases son responsables del calentamiento global. Existen muchas consecuencias del cambio climático, entre otras:

  • El aumento de las temperaturas y las consecuencias asociadas (aumento de los niveles de los océanos, derretimiento de los glaciares).
  • El cambio en los modelos de precipitaciones pluviales.
  • Inundaciones y sequías más frecuentes y más graves.

Estas consecuencias provocan un impacto negativo sobre las actividades de agropecuarias. En efecto, el Centro de Información de las Naciones Unidas (CINU) prevé una disminución de los rendimientos y una alteración de la estacionalidad de varios cultivos, por ejemplo, la cebada, los viñedos, el maíz, las papas, la soja y el trigo. También mayor frecuencia y mayor gravedad de ciertas enfermedades y pestes en las personas, animales y plantas se añadirán a los efectos negativos sobre la producción agropecuaria. Además, el aumento de los niveles de los océanos y el derretimiento de los glaciares disminuyen ya los recursos en agua potable (CINU, 2016; IICA, 2015). Consecuentemente, estos fenómenos afectarán, y ciertos se experimentan ya, en forma negativa a la seguridad alimentaria.

Por otra parte, las actividades de producción agropecuaria, de usos de los bosques y otros usos de tierra son responsables por algo menos de un cuarto de las emisiones de GEI (IICA, 2015). ¿Quién está afectado? El cambio climático afecta a todos. Pero las personas que ya son vulnerables son las más afectadas por el cambio climático. Se trata de los grupos pobres o marginalizados que tienen un acceso limitado a recursos e intercambio de informaciones (FAO, 2013). Las personas pobres son personas que tienen pocos activos y escasas posibilidades de obtener ingresos. Figuran los pequeños agricultores y los campesinos sin tierra en las zonas rurales, mujeres y niños. El cambio climático es uno de los impulsores ambientales que interactúan con los sistemas alimentarios. Afecta a todas las etapas de los sistemas alimentarios: desde la producción de alimentos hasta el consumo, incluido el procesamiento y la distribución.

3.2 Los precios mundiales como un indicador útil de los efectos del cambio climático en la agricultura.

Para entender esto utilizaremos la modelización detallada del crecimiento de cultivos bajo condiciones de cambio climático, con los aportes derivados de un modelo extremadamente detallado de la agricultura mundial, y utiliza dos escenarios para simular el clima futuro. Los resultados de los análisis sugieren que el cambio climático afectará negativamente la agricultura y el bienestar humano:

  • En los países en vías de desarrollo el cambio climático reducirá el rendimiento de los cultivos más importantes. Asia Meridional será particularmente afectada.
  • El cambio climático tendrá diversos efectos en los rendimientos de los cultivos bajo riego en todas las regiones, pero las cosechas de los mismos disminuirán significativamente en Asia Meridional.
  • El cambio climático acarreará aumentos adicionales de precios para los principales cultivos, tales como el arroz, trigo, maíz y soja. Esto implica un aumento en los costos de la alimentación animal, que se traducirá en un aumento de los precios de la carne. Como consecuencia, el cambio climático reducirá ligeramente el crecimiento del consumo de carne y producirá una caída más notable en el consumo de cereales.
Figura 10. Cambio en la temperatura máxima promedio entre 2000 y 2050.
  • La disponibilidad de calorías en 2050 no sólo será menor que en el escenario sin cambio climático, sino que de hecho disminuirá en todo el mundo en vías de desarrollo en relación con los niveles alcanzados en 2000.
  •  Hacia 2050, la disminución en la disponibilidad de calorías incrementará la malnutrición infantil en un 20 por ciento, en relación con lo estimado para un mundo sin cambio climático. El cambio climático eliminará muchas de las mejoras que se alcanzarían en malnutrición infantil en ausencia del mismo.
    Debido a que las simulaciones de cambio climático son intrínsecamente inciertas, se han utilizado dos modelos para simular el clima del futuro utilizando el escenario A25 del Informe sobre la Cuarta Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés): (1) el modelo de NCAR (Centro Nacional de los Estados Unidos para la Investigación Atmosférica, por sus siglas en inglés) y (2) el modelo del CSIRO de Australia (Organización de Investigación Científica e Industrial de la Mancomunidad Británica o “Commonwealth”, por sus siglas en inglés).
Figura 11. Cambio en la precipitación promedio entre 2000 y 2050.

Los precios mundiales son un indicador útil de los efectos del cambio climático en la agricultura. La tabla 1 describe los efectos que tienen los dos escenarios de cambio climático en los precios mundiales de los alimentos, con y sin consideración del efecto fertilización por CO2. También muestra las proyecciones en ausencia de cambio climático.

Tabla 1. Precios mundiales de los alimentos (US/TON métrica) en 2020 a 2050 y cambios porcentuales para cultivos seleccionados y productos pecuarios.

Sin cambio climático, los precios mundiales de los cultivos agrícolas más importantes (arroz, trigo, maíz y soja) aumentarán entre el 2000 y 2050, impulsados por el crecimiento demográfico y de los ingresos, y por la demanda de biocombustibles. Aun sin cambio climático, el precio del arroz aumentará 62 por ciento, 63 por ciento el del maíz, 72 por ciento el de la soja, y 39 por ciento el del trigo. El cambio climático da como resultado aumentos adicionales de los precios que varían de 32 a 37 por ciento para el arroz, 52 a 55 por ciento para el maíz, 94 a 111 por ciento para el trigo, y 11 a 14 por ciento para la soja. Si el efecto fertilización por CO2 de los campos agrícolas fuera efectivo, estos precios serían 10 por ciento menores en 2050.

Las figuras 12 y 13 muestran respectivamente los efectos de los precios mundiales en la producción ganadera y de los principales cereales, suponiendo que no se da el efecto fertilización por CO2.

Figura 12. Precios mundiales, productos pecuarios.
Figura 13. Precios mundiales, cereales principales.

3.3 El uso de la tierra está cambiando

A menudo se piensa que el cambio climático es algo que ocurre en la atmósfera. Después de todo, cuando las plantas realizan la fotosíntesis extraen carbono de la atmósfera. Pero el carbono atmosférico también afecta al suelo, porque el carbono que no se utiliza para el crecimiento de las plantas en superficie se distribuye a través de las raíces y se deposita en la tierra. Si no se altera de algún modo, este carbono puede estabilizarse y permanecer confinado durante miles de años. Por tanto, un suelo sano puede contribuir a mitigar el cambio climático.

En lo que respecta al depósito de carbono, no todos los suelos son iguales. Los suelos más ricos en carbono son las turberas, que se encuentran sobre todo en el norte de Europa, el Reino Unido e Irlanda. El suelo de los pastizales almacena mucho carbono por hectárea, mientras que el suelo de las zonas más calurosas y secas del sur de Europa contiene menos carbono.

3.3.1 El cambio climático ejerce presión sobre el suelo

En algunas partes de Europa, el aumento de las temperaturas puede acarrear un mayor crecimiento de vegetación y un mayor almacenamiento de carbono en el suelo. Sin embargo, las altas temperaturas también podrían incrementar la descomposición y mineralización de la materia orgánica del suelo, reduciendo el contenido de carbono orgánico.

En otras zonas, la materia orgánica contenedora de carbono presente en turberas estables no puede descomponerse debido a los bajos niveles de oxígeno del agua. Si estas zonas se secan, la materia orgánica puede descomponerse rápidamente, liberando dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.

Ya existen indicios de que el contenido de humedad del suelo se está viendo afectado por el aumento de las temperaturas y los cambios en las pautas de precipitación. Las proyecciones futuras apuntan a que esta tendencia puede continuar, de modo que la humedad del suelo en verano se verá alterada en la mayor parte de Europa entre 2021 y 2050, con importantes descensos en la región mediterránea y algunos incrementos en el nordeste europeo.

La creciente concentración de dióxido de carbono en la atmósfera puede hacer que los microbios del suelo descompongan la materia orgánica más rápidamente, pudiendo liberar todavía más dióxido de carbono. Se estima que la liberación de gases de efecto invernadero del suelo será especialmente importante en el extremo norte de Europa y Rusia, donde la fusión del permafrost puede liberar grandes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.

Todavía no está claro cuál será el efecto total, ya que diferentes regiones absorben y emiten diferentes niveles de gases de efecto invernadero. Pero existe un riesgo evidente de que el calentamiento de la atmósfera haga que el suelo libere más gases de efecto invernadero, provocando un círculo vicioso que acelere el cambio climático.

La agricultura y la silvicultura como medio de mantener el carbono bajo tierra. El cambio climático no es el único factor que puede hacer que el suelo pase de ser un sumidero de carbono a una fuente de emisiones. La forma en que utilizamos el suelo también influye en la cantidad de carbono que puede retener el suelo.

Actualmente, la reserva de carbono de los bosques europeos va en aumento, debido a los cambios en la gestión de los bosques y a los cambios del medio ambiente. La mitad de ese carbono está almacenado en suelos forestales. Sin embargo, cuando los bosques se degradan o se talan, el carbono que almacenan se libera y se emite a la atmósfera. En este caso, los bosques pueden convertirse en contribuidores netos de carbono atmosférico.

Es un hecho conocido que labrar la tierra acelera la descomposición y mineralización de la materia orgánica. A fin de mantener el carbono y los nutrientes en la tierra, los investigadores recomiendan reducir la roturación, aplicar rotaciones de cultivos complejas, utilizar los denominados «cultivo de cubierta» y dejar los residuos de las cosechas en la superficie de la tierra. Dejar los residuos de las cosechas en la superficie antes y durante las operaciones de plantación puede contribuir a prevenir el riesgo de erosión del suelo. Esta protección es esencial, dado que unos pocos centímetros de suelo tardan en formarse miles de años. Reduciendo la roturación no se rompe ni se voltea tanto el suelo. Sin embargo, los métodos de roturación reducida o sin labranza suelen ir acompañados de una mayor aplicación de fertilizantes químicos, que pueden tener otros efectos negativos en el medio ambiente.

Del mismo modo, como la agricultura orgánica utiliza estiércol, puede reconstruir el carbono orgánico muy por debajo de la superficie del suelo. La agricultura orgánica tiene la ventaja añadida de reducir los gases de efecto invernadero porque no utiliza fertilizantes químicos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que, en las explotaciones agrarias orgánicas, las emisiones de CO2 por hectárea son entre un 48 % y un 66 % menores que en las explotaciones convencionales.

Resulta interesante observar que algunas formas de producción de biocombustibles pueden reducir de hecho el carbono almacenado en el suelo. Un estudio reciente revela que los biocombustibles elaborados a partir de residuos de maíz pueden incrementar las emisiones totales de gases de efecto invernadero, porque la materia orgánica se quema como combustible en lugar de volver al suelo.

En general, la adopción de prácticas agrícolas y silvícolas apropiadas ofrece un potencial enorme de recuperación del suelo y eliminación del CO2 de la atmósfera.

3.3.2 Protección de las ciudades con el suelo

Tras las cinco inundaciones de aguas lodosas que sufrió en 2002 el pueblo belga de Velm, cerca de Sint-Truiden, los residentes exigieron al ayuntamiento que hiciera algo al respecto. Las inundaciones de aguas lodosas se habían convertido en un problema recurrente en la zona, ya que el agua anegaba los campos desnudos y arrastraba sedimentos. Para resolver este problema, las autoridades pensaron en el suelo como forma de proteger las casas. Adoptaron distintas medidas, como la plantación de cultivos de cubierta en invierno, para evitar que el suelo estuviera descubierto y prevenir así el riesgo de inundación. También dejaron residuos de las cosechas en los campos para reducir la erosión. Este tipo de medidas destinadas a restaurar los sistemas naturales han logrado prevenir las inundaciones lodosas desde 2002 hasta el momento actual, a pesar de que se han producido varios episodios de lluvia intensa.

La regulación y prevención de las inundaciones es tan solo uno de los servicios vitales que presta un suelo sano. Quizá dependamos cada vez más de este servicio cuando episodios meteorológicos extremos como las inundaciones se hagan más frecuentes y graves.

La calidad del suelo determina el modo en que nos afecta el cambio climático de muchas otras formas. Un suelo permeable también puede servir como protección contra las olas de calor, almacenando grandes cantidades de agua y manteniendo las temperaturas bajas. Esto último resulta especialmente importante en las ciudades, donde las superficies duras (sellado del suelo) pueden crear el «efecto isla de calor».

Varias ciudades europeas intentan hacer uso de estas funciones del suelo. Por ejemplo, el Parque de Gomeznarro, en Madrid, se restauró para incluir nuevas superficies permeables, vegetación y almacenamientos de agua subterránea. Esta solución se ha reproducido en otras partes de Madrid y de España.

3.3.3 Restauración de los ecosistemas

Las últimas evidencias son claras: restaurar ecosistemas puede ayudar a secuestrar el carbono de la atmósfera. Por ejemplo, la recuperación de turberas ha demostrado ser una medida acertada contra la pérdida de carbono orgánico que genera la explotación de la turba como fuente de energía. La forma más rápida de incrementar el carbono orgánico en las tierras agrarias es convertir las tierras de cultivo en pastizales, según un estudio del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea.

Por desgracia, algunas tendencias recientes parecen ir en la dirección contraria. Entre 1990 y 2012 se redujo la superficie ocupada por tierras cultivables, cultivos permanentes, pastos y vegetación seminatural en Europa. Más concretamente, la «ocupación del suelo» en Europa produjo una pérdida del 0,81 % de la capacidad productiva de las tierras cultivables debido a la transformación de campos en zonas urbanas, carreteras y otras infraestructuras entre 1990 y 2006. Estos proyectos de urbanización suelen sellar el suelo con una capa impermeable.

Al margen de cuestiones relativas a la seguridad alimentaria, se ha reducido la capacidad de Europa para almacenar carbono orgánico, prevenir inundaciones y mantener las temperaturas bajas.

Si se gestiona correctamente, el suelo puede ayudarnos a reducir los gases de efecto invernadero y a adaptarnos a los peores efectos del cambio climático. Pero si no nos preocupamos por el suelo, podemos agravar rápidamente los problemas relacionados con el cambio climático.

Figura 14. El suelo y el Cambio Climático.

3.4 Impactos del uso de productos xenobióticos, para el control de plagas, en los seres vivos

El término «plaguicida» es una palabra compuesta que comprende todos los productos químicos utilizados para destruir las plagas o controlarlas. En la agricultura, se utilizan herbicidas, insecticidas, fungicidas, nematocidas y rodenticidas.

Un factor decisivo de la Revolución Verde ha sido el desarrollo y aplicación de plaguicidas para combatir una gran variedad de plagas insectívoras y herbáceas que, de lo contrario, disminuirían el volumen y calidad de la producción alimentaria. El uso de plaguicidas coincide con la «era química», que ha transformado la sociedad desde el decenio de 1950.

En lugares donde se practica el monocultivo intensivo, los plaguicidas constituyen el método habitual de lucha contra las plagas. Por desgracia, los beneficios aportados por la química han ido acompañados de una serie de perjuicios, algunos de ellos tan graves que ahora representan una amenaza para la supervivencia a largo plazo de importantes ecosistemas, como consecuencia de la perturbación de las relaciones depredador-presa y la pérdida de biodiversidad. Además, los plaguicidas pueden tener importantes consecuencias en la salud humana. Si bien el uso de productos químicos en la agricultura se reduce a un número limitado de compuestos, la agricultura es una de las pocas actividades donde se descargan deliberadamente en el medio ambiente productos químicos para acabar con algunas formas de vida.

El uso agrícola de plaguicidas es un subconjunto del espectro más amplio de productos químicos industriales utilizados en la sociedad moderna. Según la base de datos de la American Chemical Society, en 1993 se habían identificado más de 13 millones de productos químicos, a los que se sumaban cada año unos 500 000 nuevos compuestos.

En los Grandes Lagos de América del Norte, por ejemplo, la International Joint Commission ha estimado que hay más de 200 productos químicos que pueden provocar problemas en el agua y en los sedimentos del ecosistema de los Grandes Lagos. Como en la carga ambiental de productos químicos tóxicos figuran compuestos tanto agrícolas como no agrícolas, es difícil separar los efectos ecológicos y sanitarios de los plaguicidas y los debidos a compuestos industriales que de forma intencionada o accidental se liberan en el medio ambiente. No obstante, hay pruebas abrumadoras de que el uso agrícola de los plaguicidas tiene importantes efectos en la calidad del agua y provoca serias consecuencias ambientales.

Tabla 2. Cronología del desarrollo de los plaguicidas (Stephenson y Solomon, 1993)

Aunque el número de plaguicidas utilizados es muy elevado, la utilización más abundante suele estar asociada a un pequeño número de productos. En un estudio reciente efectuado en las provincias agrícolas occidentales del Canadá, donde se utilizan habitualmente unos 50 plaguicidas, el 95 % del total de la aplicación de éstos corresponde a nueve herbicidas concretos (Bikholz, comunicación personal, 1995; en…). Aunque el uso de plaguicidas es entre escaso y nulo en la agricultura tradicional y de subsistencia de África y Asia, los efectos en el medio ambiente, la salud pública y calidad del agua debidos a una utilización inadecuada y excesiva de plaguicidas están ampliamente documentados. En Lituania (FAO, 1994), si bien la contaminación debida a plaguicidas ha disminuido debido a factores económicos, se dan casos frecuentes de contaminación del agua por plaguicidas como consecuencia del almacenamiento y distribución inadecuados de los productos agroquímicos.

En los Estados Unidos, en el Estudio Nacional de Plaguicidas de US-EPA se comprobó que el 10,4 % de los pozos comunitarios y el 4,2 % de los pozos rurales contenían niveles detectables de uno o más plaguicidas (US-EPA, 1992). En un estudio sobre los pozos de agua subterránea en el Ontario sudoccidental agrícola (Canadá), el 35 % de los pozos dieron positivo en las pruebas de plaguicidas al menos en una ocasión (Lampman, 1995). Los efectos de los plaguicidas en la calidad del agua están asociados a los siguientes factores:

  • Ingrediente activo en la formulación de los plaguicidas.
  • Contaminantes que existen como impurezas en el ingrediente activo.
  • Aditivos que se mezclan con el ingrediente activo (humectantes, diluyentes o solventes, aprestos, adhesivos, soluciones reguladoras, conservantes y emulsionantes).
  • Producto degradado que se forma durante la degradación química, microbiana o fotoquímica del ingrediente activo.

Los plaguicidas se utilizan también abundantemente en la silvicultura. En algunos países, como el Canadá, donde uno de cada diez empleos está relacionado con la industria forestal, la lucha contra las plagas forestales, especialmente los insectos, se considera una actividad fundamental. Los insecticidas se aplican con frecuencia en grandes superficies mediante pulverizaciones aéreas.

La agricultura de regadío, especialmente en medios tropicales y subtropicales, requiere normalmente la modificación del régimen hidrológico, lo que a su vez crea un hábitat que es propicio a la reproducción de insectos, como los mosquitos, causantes de una gran variedad de enfermedades transmitidas por vectores. Además de los plaguicidas utilizados en las actividades ordinarias de la agricultura de regadío, la lucha contra las enfermedades transmitidas por vectores puede requerir una aplicación adicional de insecticidas, como el DDT, que tienen graves y amplias consecuencias ecológicas. A fin de resolver este problema, en muchos proyectos de riego se están desarrollando y experimentando métodos de ordenación ambiental para la lucha anti vectorial (FAO, 1984).

3.4.1 Efectos de los plaguicidas en la salud humana

Quizá el ejemplo regional de mayor alcance de contaminación por plaguicidas y su repercusión en la salud humana es el de la región del Mar Aral (tabla 3). El PNUMA (1993) vinculó los efectos de los plaguicidas al «nivel de morbilidad oncológica (cáncer), pulmonar y hematológica, así como a las deformidades congénitas y deficiencias del sistema inmunitario».

Tabla 3. Los efectos en la salud humana son provocados por los siguientes medios.

Los trabajadores agrícolas están sometidos a especiales riesgos asociados a la inhalación y contacto a través de la piel durante la preparación y aplicación de plaguicidas a los cultivos. No obstante, para la mayoría de la población, un vehículo importante es la ingestión de alimentos contaminados por plaguicidas. La degradación de la calidad del agua por la escorrentía de plaguicidas tiene dos efectos principales en la salud humana.

El primero es el consumo de pescado y mariscos contaminados por plaguicidas; este problema puede revestir especial importancia en las economías pesqueras de subsistencia que se encuentran aguas abajo de importantes zonas agrícolas. El segundo es el consumo directo de agua contaminada con plaguicidas. La OMS (1993) ha establecido directrices para el agua potable en relación con 33 plaguicidas.

Muchos organismos encargados de la protección de la salud y el medio ambiente han establecido valores de «ingesta diaria admisible» (IDA), que indican la ingestión máxima diaria admisible durante la vida de una persona sin riesgo apreciable para su salud. Por ejemplo, en un estudio reciente de Wang y Lin (1995) sobre fenoles sustituidos, se comprobó que la tetraclorohidroquinona, metabolito tóxico del biocida pentaclorofeno, producía en el «DNA daños significativos y dependientes de la dosis».

3.4.2 Efectos ecológicos de los plaguicidas

Los plaguicidas se incluyen en una gran variedad de microcontaminantes orgánicos que tienen efectos ecológicos. Las distintas categorías de plaguicidas tienen diferentes tipos de repercusión en los organismos vivos, por lo que es difícil hacer afirmaciones generales. Aunque los plaguicidas tienen sin duda efectos en la superficie terrestre, el principal medio de daños ecológicos es el agua contaminada por la escorrentía de los plaguicidas. Los dos mecanismos más importantes son la bioconcentración y la bioampliación.

Bioconcentración: Se trata del movimiento de un producto químico desde el medio circundante hasta el interior de un organismo. El principal «sumidero» de algunos plaguicidas es el tejido graso («lípidos»). Algunos plaguicidas, como el DDT, son «lipofílicos», lo que quiere decir que son solubles y se acumulan en el tejido graso, como el tejido comestible de los peces y el tejido graso humano. Otros plaguicidas, como el glifosato, se metabolizan y eliminan a través de las excreciones.

Bioampliación: Con este término se designa la concentración creciente de un producto químico a medida que la energía alimentaria se transforma dentro de la cadena trófica. En la medida en que los organismos pequeños son devorados por los mayores, la concentración de plaguicidas y otros productos químicos se amplía de forma considerable en el tejido y en otros órganos. Pueden observarse concentraciones muy elevadas en los depredadores que se encuentran en el ápice de esa cadena, incluido el ser humano.

Los efectos ecológicos de los plaguicidas (y otros contaminantes orgánicos) son muy variados y están con frecuencia interrelacionados. Se considera que los efectos producidos en los organismos y en el medio ambiente constituyen una advertencia de las posibles repercusiones en la salud humana. Los principales tipos de efectos son los que se enumeran a continuación y varían según el organismo sometido a investigación y el tipo de plaguicida.

Los distintos plaguicidas provocan efectos muy diferentes en la vida acuática, por lo que es difícil formular afirmaciones de alcance general. Lo importante es que muchos de estos efectos son crónicos (no letales), pasan con frecuencia desapercibidos al observador superficial, y sin embargo, tienen consecuencia en toda la cadena trófica. Esos efectos son los siguientes:

  • Muerte del organismo.
  • Cánceres, tumores y lesiones en peces y animales.
  • Inhibición o fracaso reproductivo
  • Supresión del sistema inmunitario.
  • Perturbación del sistema endocrino (hormonal).
  • Daños celulares y en el ADN.
  • Efectos teratogénicos (deformidades físicas, como las que se observan en el pico de algunas aves).
  • Problemas de salud en los peces revelados por el bajo coeficiente entre células rojas y blancas, el exceso de mucílago en las escamas y agallas de los peces, etc.
  • Efectos intergeneracionales (que sólo se observarán en las generaciones futuras del organismo).
  • Otros efectos fisiológicos, como disminución del grosor de la cáscara de los huevos.

Estos efectos no son causados necesariamente ni de forma exclusiva por la exposición a los plaguicidas u otros contaminantes orgánicos, pero pueden estar asociados a una combinación de presiones ambientales, como la eutrofización, y agentes patógenos. Estas presiones asociadas no tienen que ser necesariamente muy fuertes para provocar un efecto sinérgico con los micro contaminantes orgánicos.

Los efectos ecológicos de los plaguicidas van más allá de los organismos individuales y pueden afectar a los ecosistemas. Según estudios realizados en Suecia, la aplicación de plaguicidas es uno de los factores que más influyen en la biodiversidad. Jonsson et al. (1990) informan que el continuado descenso de la población de perdices suecas está vinculada a los cambios en el aprovechamiento de la tierra y a la utilización de medios químicos de lucha contra las malas hierbas. Estos últimos tienen el efecto de reducir el hábitat, disminuir el número de especies de malas hierbas y desplazar el equilibrio de especies en la comunidad vegetal.

Los estudios realizados en Suecia revelan también la influencia de los plaguicidas en la fertilidad de los suelos, incluyendo la inhibición de la nitrificación con la consiguiente merma de la fijación de oxígeno por las plantas (Torstensson, 1990). En esos estudios se indica también que los plaguicidas influyen negativamente en los microorganismos del suelo que son causantes de la degradación microbiana de la materia vegetal (y de algunos plaguicidas) y de la estructura del suelo.

3.4.3 Factores naturales que provocan la degradación de los plaguicidas

Además de las reacciones químicas y fotoquímicas, hay dos mecanismos biológicos principales que son causa de degradación de los plaguicidas. Son los siguientes:

1) procesos microbiológicos que se desarrollan en los suelos y en el agua

2) metabolismo de los plaguicidas ingeridos por organismos como parte de su suministro alimentario.

Si bien ambos procesos son beneficiosos en el sentido de que se reduce la toxicidad de los plaguicidas, los procesos metabólicos causan ciertamente efectos negativos, por ejemplo, en los peces. La energía utilizada para metabolizar los plaguicidas y otras sustancias xenobióticos (productos químicos externos) no puede utilizarse para otras funciones corporales, lo que puede limitar gravemente el crecimiento y reproducción del organismo.

Tabla 4. Proporción de algunos plaguicidas que se encuentran en asociación con sedimentos en suspensión (según Ongley et al., 1992).

Degradación de los plaguicidas en el suelo

Muchos plaguicidas se disipan rápidamente en los suelos. Se trata de un proceso de mineralización y el resultado es la conversión del plaguicida en compuestos más simples, como H2O, CO2 y NH3. Si bien parte de este proceso es resultado de reacciones químicas, por ejemplo, hidrólisis y fotólisis, el principal instrumento de mineralización es el metabolismo y catabolismo microbiológico. La microbiota del suelo utiliza los plaguicidas como fuente de carbono y otros nutrientes.

3. 5 LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO

La agricultura es extremadamente vulnerable al cambio climático. El aumento de las temperaturas termina por reducir la producción de los cultivos deseados, a la vez que provoca la proliferación de malas hierbas y pestes.

Los cambios en los regímenes de lluvias aumentan las probabilidades de fracaso de las cosechas a corto plazo y de reducción de la producción a largo plazo. Aunque algunos cultivos en ciertas regiones del mundo puedan beneficiarse, en general se espera que los impactos del cambio climático sean negativos para la agricultura, amenazando la seguridad alimentaria mundial. Probablemente las más afectadas sean las poblaciones de los países en vías de desarrollo, desde ya vulnerables y presas de la inseguridad alimentaria. En 2005, casi la mitad de la población económicamente activa de los países en vías de desarrollo (dos mil quinientos millones de personas) dependía de la agricultura para asegurar sus medios de vida. A la fecha, el 75 % de los pobres del mundo viven en áreas rurales.

Este Informe sobre Política Alimentaria presenta los resultados de una investigación que cuantifica los impactos del cambio climático mencionados anteriormente, evalúa sus consecuencias sobre la seguridad alimentaria, y estima el monto de las inversiones que podrían compensar las consecuencias negativas del cambio climático en el bienestar humano.

El presente análisis reúne, por vez primera, la modelización detallada del crecimiento de cultivos bajo condiciones de cambio climático, con los aportes derivados de un modelo extremadamente detallado de la agricultura mundial, y utiliza dos escenarios para simular el clima futuro.

Los resultados de los análisis sugieren que:
• En los países en vías de desarrollo el cambio climático reducirá el rendimiento de los cultivos más importantes. Asia Meridional será particularmente afectada.
• El cambio climático tendrá diversos efectos en los rendimientos de los cultivos bajo riego en todas las regiones, pero las cosechas de los mismos disminuirán significativamente en Asia Meridional.
• El cambio climático acarreará aumentos adicionales de precios para los principales cultivos, tales como el arroz, trigo, maíz y soja. Esto implica un aumento en los costos de la alimentación animal, que se traducirá en un aumento de los precios de la carne. Como consecuencia, el cambio climático reducirá ligeramente el crecimiento del consumo de carne y producirá una caída más notable en el consumo de cereales.
• La disponibilidad de calorías en 2050 no sólo será menor que en el escenario sin cambio climático, sino que de hecho disminuirá en todo el mundo en vías de desarrollo en relación con los niveles alcanzados en 2000.

• Hacia 2050, la disminución en la disponibilidad de calorías incrementará la malnutrición infantil en un 20 por ciento, en relación con lo estimado para un mundo sin cambio climático. El cambio climático eliminará muchas de las mejoras que se alcanzarían en malnutrición infantil en ausencia del mismo.

• Por lo tanto, es necesario invertir agresivamente unos US$7,1 – 7,3 miles de millones en mejorar la productividad agrícola para así aumentar suficientemente el consumo de calorías de manera que se compensen los impactos negativos del cambio climático en la salud y bienestar de la niñez.

Como resultado del presente análisis se sugiere las siguientes recomendaciones para políticas y programas. Dada la incertidumbre actual sobre los efectos que el cambio climático tendrá en lugares específicos, las políticas y programas de desarrollo de buena calidad constituyen las mejores inversiones para la adaptación al cambio climático. Una agenda de desarrollo a favor del crecimiento y de los pobres que apoye la sostenibilidad agrícola contribuye también a la seguridad alimentaria y a la adaptación al cambio climático en los países en vías de desarrollo.

La adaptación al cambio climático resulta más viable cuando las personas tienen más recursos y operan en un entorno económico flexible y receptivo. Incluso sin cambio climático, es necesario realizar mayores inversiones en ciencia y tecnología agrícola para cubrir la demanda de una población mundial que podría alcanzar 9 mil millones de habitantes en 2050. Muchas de estas personas vivirán en el mundo en vías de desarrollo, tendrán mayores ingresos y desearán una dieta más variada. Las soluciones basadas en la ciencia y tecnología agrícolas son esenciales para satisfacer dichas exigencias.

El cambio climático presenta retos nuevos y más exigentes a la productividad agrícola. Una investigación que permita repotenciar la productividad agrícola y pecuaria, incluida la biotecnología, será esencial para sobreponerse a la tensión causada por el cambio climático. Se necesitan cultivos y ganaderías que tengan un éxito razonable en un rango relativamente amplio de condiciones de producción, en lugar de los que puedan tener mucho éxito, pero en un conjunto limitado de condiciones climáticas. Para reducir las emisiones de metano es necesario investigar cambios en las dietas del ganado para consumo y en las prácticas de irrigación de cultivos.

Una de las lecciones clave de la Revolución Verde es que la mejora de la productividad agrícola, aunque no esté dirigida a los sectores más pobres, puede ser un poderoso mecanismo de alivio indirecto de la pobreza por medio de la creación de empleos y de la reducción del precio de los alimentos. Los aumentos de la productividad que mejoren la resiliencia de los agricultores ante las presiones del cambio climático tendrán probablemente efectos similares en la reducción de la pobreza.

La infraestructura rural es esencial para que los agricultores aprovechen las mejoras en variedades de cultivos y técnicas de manejo. Los mayores rendimientos y áreas de cultivo requieren que se mantenga y expanda la red de carreteras rurales para así aumentar el acceso a los mercados y reducir los costos de transacción. También se necesita invertir en infraestructura de riego, en especial para aumentar la eficiencia en el uso del agua, aunque cuidándose de evitar inversiones en lugares donde sea probable que disminuya la disponibilidad del agua.

Es necesario invertir en científicos de laboratorio y en la infraestructura que ellos requieren. Las alianzas con otros sistemas nacionales y centros internacionales son parte de la solución. También es esencial la colaboración con agricultores locales, proveedores de insumos, comerciantes y grupos de consumidores para el desarrollo y diseminación efectivos de técnicas y cultivares rentables y localmente apropiados que ayuden a revitalizar las comunicaciones entre los agricultores, científicos y otros actores interesados en confrontar los retos del cambio climático.

Dentro de los países, los programas de extensión pueden desempeñar un papel clave en el intercambio de información al transferir tecnologías, facilitar la interacción, fortalecer las capacidades de los agricultores y promover entre ellos la conformación de sus propias redes.

Los servicios de extensión que abordan específicamente la adaptación al cambio climático incluyen la diseminación de cultivares locales de variedades resistentes a la sequía, la capacitación en sistemas mejorados de manejo, y la recopilación de información que facilite el trabajo de investigación nacional. Las organizaciones de agricultores pueden ser un mecanismo apropiado de intercambio de información y pueden brindar enlaces costo-efectivos entre los esfuerzos del gobierno y las actividades de los agricultores.

El cambio climático tendrá consecuencias dramáticas en la agricultura. No obstante, existe una gran incertidumbre sobre dónde se producirán los efectos más fuertes. Esta incertidumbre hace más difícil la puesta en marcha de políticas para combatir los efectos del cambio climático. Se deben reforzar los esfuerzos globales de recopilación y difusión de información sobre la naturaleza espacial de la agricultura.

La observación regular y reiterada de la superficie terrestre mediante teledetección es fundamental. Se debería aumentar la financiación de los programas nacionales de estadística de manera que éstos puedan monitorear el cambio global. Lograr una comprensión suficiente de las interacciones entre la agricultura y el clima para apoyar las actividades de adaptación y mitigación relacionadas con el uso de la tierra requiere mejoras significativas en la recopilación, difusión y análisis de la información. Las negociaciones internacionales sobre el clima brindan a los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil la oportunidad de proponer acciones prácticas sobre la adaptación en la agricultura.

El cambio climático presentará retos inmensos a los esfuerzos de seguridad alimentaria. Por tal motivo, cualquier actividad que brinde apoyo a la adaptación agrícola también mejorará la seguridad alimentaria. En cambio, cualquier cosa que mejore la seguridad alimentaria brindará a los pobres, especialmente a los pobres de las áreas rurales, recursos que los ayudarán a adaptarse al cambio climático. La productividad agropecuaria, el acceso al mercado y los efectos del clima son en gran medida específicos a determinados lugares. Las agencias internacionales de desarrollo y los gobiernos nacionales deberían esforzarse para asegurar que el apoyo técnico, financiero y de fortalecimiento de capacidades llegue hasta las comunidades locales. También se debería alentar la participación comunal en los procesos nacionales de planificación de la adaptación.

Las estrategias comunitarias de adaptación pueden ayudar a las comunidades rurales a reforzar su capacidad de sobrellevar desastres, mejorar sus habilidades de administración de tierras y diversificar sus medios de vida.

Aunque las políticas y estrategias nacionales de adaptación son importantes, la implementación de estas estrategias a nivel local representará la prueba última de la efectividad de la adaptación. Se requieren al menos US$ 7 mil millones anuales de fondos adicionales para financiar las inversiones requeridas en investigación, infraestructura rural e irrigación para contrarrestar los efectos negativos del cambio climático en el bienestar humano. La mezcla de inversiones difiere según las regiones: África Sub-Sahariana requiere la mayor inversión global, así como una proporción mayúscula de las inversiones en carreteras; América Latina requiere inversiones en investigación agrícola, y Asia, en mejoras en la eficiencia del riego.

La investigación que subyace a este informe brinda estimaciones detalladas sobre los impactos del cambio climático en la producción, consumo, precios y comercio agrícolas, y proyecta además los posibles costos de adaptación. En ella se utiliza un modelo de proyección de la oferta y demanda agrícola mundial (IMPACT 2009) vinculada a un modelo biofísico (DSSAT) que estima el impacto del cambio climático en cinco cultivos importantes: arroz, trigo, maíz, soja y cacahuetes (maní).

El informe evalúa los efectos del cambio climático sobre la seguridad alimentaria y el bienestar humano utilizando dos indicadores: el consumo per cápita de calorías y las cifras de malnutrición infantil. Se estima también el costo de las inversiones requeridas (en tres fuentes primarias de mejora de la productividad agrícola: la investigación agrícola, los caminos rurales y la irrigación) para reajustar estos dos indicadores desde sus niveles estimados en 2050 con cambio climático a sus valores en 2050 sin cambio climático. En otras palabras, este informe aísla los efectos del cambio climático sobre el bienestar futuro e identifica sólo los costos de compensación por el cambio climático.

3.6 Fortalecimiento de la cooperación y la detección temprana.

De forma progresiva y desde hace 40 años, el medio ambiente, la lucha contra el cambio climático y la cooperación internacional estrechan lazos cada vez más importantes y aparecen en las agendas políticas, sociales e institucionales íntimamente relacionados. En la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, que tuvo lugar en Estocolmo en 1972 y que marca el inicio de la saga de las conferencias internacionales sobre medio ambiente, aparece por primera vez en un documento internacional una clara vinculación:

 Entre el medio ambiente y la cooperación al desarrollo. En el punto 7 del
preámbulo, los países firmantes manifiestan que se requiere la cooperación internacional con el objeto de allegar recursos que ayuden a los países en desarrollo a cumplir su cometido en esta esfera» (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, 1972).

 Entre las actividades humanas y el clima al recomendar que «los gobiernos tengan presentes las actividades en las que exista un riesgo aceptable de efectos sobre el clima» La preocupación creciente acerca del calentamiento mundial originó la primera Conferencia Mundial sobre el Clima, que tuvo lugar en Ginebra en febrero de 1979. Esta conferencia concluyó que las emisiones de dióxido de carbono antropogénico pueden tener un efecto a largo plazo sobre el clima.

Al año siguiente se estableció el Programa Mundial sobre el Clima (PMC), proporcionando el marco de referencia para la cooperación internacional en investigación y la plataforma para identificar las cuestiones climáticas más importantes.

A su vez el informe Brundtland (CMMAD, 1988) hace referencia al cambio climático como uno de los problemas clave del futuro de la humanidad y apunta a la cooperación internacional –principalmente desde los Estados y organizaciones internacionales como un objetivo central planteado desde 1983 por la Comisión sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas. Sin embargo, va más allá y recomienda aumentar la ayuda directa a las organizaciones no gubernamentales por su capacidad, a través de proyectos comunitarios, de suministrar servicios básicos y de alcanzar a las personas más pobres.

Con la creación, en 1990, del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (GIECC de ahora en adelante), la cooperación científica internacional da un salto cualitativo. Asimismo, el GIECC a través de sus informes, juega desde este momento un papel decisivo para la concienciación en torno a las relaciones entre actividad humana y cambio climático, y la necesidad de una acción mundial concertada. Fruto de todos estos trabajos, en 1992 en torno a la Cumbre de la Tierra en Río, se firma la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (CMNUCC; Naciones Unidas, 1992).

La Convención Marco sobre el cambio climático centra su foco en la lucha contra el cambio climático. Tiene un objetivo último: «la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenicas peligrosas en el sistema climático». Para lograrlo, reconoce que «la naturaleza mundial del cambio climático requiere la cooperación más amplia posible de todos los países y su participación en una respuesta internacional efectiva y apropiada, de conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas, sus capacidades respectivas y sus condiciones sociales y económicas».

La cooperación internacional de los estados y organizaciones intergubernamentales puede ser científica o técnica, a través de proyectos de desarrollo, investigación científica, distribución de recursos financieros, fortalecimiento de las instituciones nacionales e intercambio de expertos. Se centra en los objetivos específicos siguientes:

  • Reducción de emisiones antropogénico de gases de efecto invernadero.
  • Conservación y reforzamiento de los sumideros y depósitos de todos los gases de efecto invernadero.
  • Preparativos para la adaptación a los impactos del cambio climático.
  • Observación sistemática y establecimiento de archivos de datos relativos al sistema climático.
  • Educación, capacitación y sensibilización del público sobre el cambio climático.

En la línea del informe Bruntdland, la Convención también incluye la cooperación del sector no gubernamental indicando que:

  • Los países firmantes tendrán que estimular la participación más amplia posible en ese proceso de lucha contra el cambio climático, incluida la de las organizaciones no gubernamentales.
  • La Conferencias de las Partes 3 «solicitará, cuando corresponda, los servicios y la cooperación de las organizaciones internacionales y de los órganos intergubernamentales y no gubernamentales competentes y utilizará la información que éstos le proporcionen».

El Protocolo de Kioto, adoptado el 11 de diciembre de 1997 y que entró en vigor el 16 de febrero de 2005 con la firma de Rusia, profundiza la Convención de 1992 y da un paso cualitativo más al fijar un objetivo de reducciones para los países desarrollados de cara al año 2012. De hecho, la Convención de 1992 no especifica cuáles deberían ser los niveles de concentración, ni en qué plazo de tiempo deben alcanzarse. El Protocolo de Kioto es el instrumento legal que establece, por primera vez, un compromiso específico de limitación de emisiones netas de gases de efecto invernadero para los principales países desarrollados y con economías en transición: 8 % de reducción a nivel mundial en comparación con 1990, 5% de reducción a nivel europeo y un máximo de 15 % de aumento para España.

A nivel de la cooperación internacional, el Protocolo de Kioto introduce los ‘mecanismos de flexibilidad’ a través de las tres herramientas siguientes: el Comercio de Emisiones (CE), el Mecanismo de Aplicación Conjunta (AC) y el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) (artículos 17, 6, y 12). Los MDL y AC se denominan ‘mecanismos basados en proyectos’, debido a que las unidades de reducción de las emisiones resultan de la inversión en proyectos encaminados a la reducción de emisiones por las fuentes o al incremento de su absorción por los sumideros.

En particular, los MDL sientan las bases y criterios de un nuevo flujo de cooperación Norte-Sur en torno al cambio climático. De este modo, sus funcionamientos inspiran a los Mercados Voluntarios de Carbono que, de forma paralela, permiten que entidades que no están obligadas por el Protocolo de Kioto, compensen sus emisiones en proyectos que reduzcan o A la hora de integrar el cambio climático dentro de la cooperación al desarrollo, es importante establecer una visión estratégica a largo plazo para que luego se establezcan medidas y acciones que permitan alcanzar este objetivo.

En este marco, los diferentes agentes que han participado en los proyectos piloto y proceso participativo han reflexionado sobre la construcción de escenarios deseable y estrategias para que:
• La cooperación al desarrollo sea una herramienta de lucha contra el cambio climático.

• El cambio climático se incorpore de manera efectiva en los instrumentos de la Cooperación al desarrollo.

• Que favorezca el empoderamiento de las mujeres y la puesta en el centro de la sostenibilidad de la vida.

Para ello, se ha utilizado una metodología basada en un escenario de futuro (o EASW) cuyo objetivo es definir:

1. Una visión compartida a medio-largo plazo de una situación deseable, incluyendo aspectos positivos, pero también negativos y obstáculos.
2. Partiendo de este marco común definido, se elabora una lista de propuestas que procuren alcanzar los aspectos positivos de la visión y evitar o resolver los aspectos negativos.

Es necesario recordar que la cooperación al desarrollo se enmarca dentro de los objetivos institucionales mínimos de lucha contra el cambio climático a nivel internacional que a su vez pueden ser más ambiciosos según la propia política de la organización:
A nivel mundial:

a) Reducción del 5,2 % respecto a 1990 para el periodo 2008-2012.
b) Reducción del 25-40 % para los países industrializados, es decir, un aumento de menos de 2 grados de la temperatura media respecto a niveles preindustriales (Cancún, 2010).
c) Para 2050, un 50 % de reducción global, un 90 % para los países del Norte.

A nivel europeo: reducción del 8 % en 2012 y un 20 % en 2020 respecto a 1990. En España: aumento del 15 % respecto a 1990 en 2012.

CONCLUSIONES

  • La prevención y la aplicación estricta de las medidas fitosanitarias son la forma más eficaz de combatir la enfermedad.
  • Las prácticas agrícolas cambiarán a medida que el clima cambie. Las fechas de siembra, el uso de cultivares y los lugares de plantación ya están en marcha y se volverán más pronunciados a medida que aumente la tasa de calentamiento climático. Nuestros resultados sugieren que los agricultores tendrán que hacer cambios adicionales, como la introducción de nuevas rotaciones de cultivos, para mantener los rendimientos frente al aumento de la presión de las plagas de insectos.
  • Es indiscutible que, en el momento menos esperado, a causa de los efectos del cambio climático, nuevas enfermedades surgirán con grado potencialmente dañinos para el hombre, las plantas o lo animales. Aun cuando día a día se dan prometedores avances en método para el manejo de plagas, estamos distantes de que estos métodos no afecten nuestro entorno natural.
  • Si no reducimos los gases de efecto invernadero de manera inmediata, sobrepasaremos nuestra capacidad de adaptación al cambio climático en la segunda mitad de este siglo. El IPCC ha dejado claro que la adaptación por sí sola no será suficiente.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Calero, C. S/A. Conocer la Sanidad Vegetal, http://www.syngenta.es>fliePDF la sanidad vegetal – Syngenta.

Deutsch, Curtis A.; Joshua J. Tewksbury; Michelle Tigchelaar. 2018. Aumento de las pérdidas de cultivos por plagas de insectos. En: Un clima de calentamiento. Science, 361, 4.

Comisión de Medidas Fitosanitarias-CMF. 2018. Proyecto de NIMF: Requisitos para el uso de la fumigación como medida fitosanitaria 2014-004. Rev. 9 de abril del 2020, de Convención Internacional de Protección Fitosanitaria Sitio web: https://www.ippc.int/static/media/files/publication/es/2019/01/MT538Rev1_DraftISPA M_Fumigation_2014-004_es.pdf

Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF). 2018. Diagnostic protocols for regulated pests. Rev. 9 de abril 2020, de Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) Sitio web: https://www.ippc.int/static/media/files/publication/en/2018/09/DP_25_2018_Xylellafa stidiosa_2018-09-21.pdf

FAO. S/A. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación. El Cambio climático, las plagas y las enfermedades transfronterizas, https://books.google.com.pa>books Enfermedades Emergentes y Exóticas de los Animales.

FAO. 2012. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura & International Plant Protection Convention. Convención internacional de protección fitosanitaria.

FAO. S/A. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Historia de la CIPF, http://www.ippc.int/es/history-of-the-ippc/

FAO. 2020. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Año Internacional de la Sanidad Vegetal 2020. http://www.fao.org/documents/card/es/ca6992es/

FAO. 2020. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Luchar contra la marchitez por Fusarium del banano. Sitio web: http://www.fao.org/3/a-i5874s.pdf

Nelson, Gerald C., Mark W. Rosegrant, Jawoo Koo, Richard Robertson, Timothy Sulser, Tingju Zhu, Claudia Ringler. 2009. Escenarios del Cambio Climático. En: Cambio Climático (8). Washington, D.C.: INTERNATIONAL FOOD.

Quesada Moraga, Enrique. 2011. Plagas de insectos y cambio climático. Rev. 9 de abril 2019, de Universidad de Córdoba Sitio web: https://www.phytoma.com/images/pdf/232_PAC_plagas_y_CC.pdf

Stephenson y Solomon. 1993. Destino y efectos de los plaguicidas. 21, de An introduction to the European Hydrological System Sitio web: http://www.fao.org/3/w2598s/w2598s09.htm#TopOfPage  

Uria, Aitana, Monika Hernando, Florent Marcellesi, Irantzu Varela. 1990. Integración del 23. Esta guía ha sido promovida y coordinada por UNESCO. Sitio web: http://www.unescoetxea.org/dokumentuak/Propuestas_cambio_climatico_cooperaci on.pdf

PÉRDIDA DE TERRITORIO EN LAS ISLAS DEL ARCHIPIÉLAGO DE SAN BLAS (GUNA YALA)

Por: ALICIA BORGES, SARA CHAVARRÍA, NILDA CORTÉS. 2020.

CURSO AVANZADO DE CAMBIO CLIMÁTICO Y MEDIDAS DE ADAPTACIÓN. UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PANAMÁ

INTRODUCCIÓN

El archipiélago de San Blas o Guna Yala, con más de dos mil kilómetros cuadrados, se ubica en el Caribe panameño; forma parte del territorio de la comarca de Guna Yala, y está conformado por 365 islas, de las cuales 38 se encuentran pobladas por indígenas de origen Guna. Estos, son conocidos en Panamá por sus pintorescos vestidos típicos y la confección de molas. La Comarca Guna Yala aloja a más de 33 000 personas, cuenta con su propia legislación y aunque el territorio de las islas pertenece a Panamá, existe una frontera que divide el territorio panameño con el territorio Guna.

Estás islas sufren una gran amenaza de crisis climática, experimentan los efectos del calentamiento global en forma de ascenso acelerado del nivel del mar, causando pérdida de territorio. La subida de nivel de mar se ha podido cifrar en 3 centímetros en los últimos cincuenta años. Otros problemas que ha acarreado el cambio climático están el aumento de temperaturas en el aire y el mar que ayuda a la acidificación de los océanos y el cambio de patrones en las precipitaciones, lo trae más tormentas.

Un factor importante en la problemática es los confinamientos en las principales islas habitadas y las malas condiciones de vivienda. Como consecuencias se habla de un posible traslado de la población a tierra firme.

Este informe consiste en determinar las causas de amenaza que influyen en la pérdida de territorio de las islas de Guna Yala a causa del ascenso acelerado del nivel del mar y dar algunas recomendaciones de medidas que se puedan tomar para enfrentar esta crisis.

OBJETIVOS

  • Determinar la existencia de amenazas sobre las islas del archipiélago de San Blas (Guna Yala), a causa del ascenso acelerado del nivel del mar.
  • Determinar si el cambio climático ha afectado el nivel del mar Caribe y si está relacionado con la pérdida de territorio en las islas del archipiélago de San Blas (Guna Yala).
  • Evaluar si existen otras causas que influyan en la pérdida de territorio en las islas del archipiélago de San Blas.
  • Proyectar posibles escenarios de la situación de estas islas a un futuro y posibles consecuencias.
  • Conocer si existen actualmente medidas de mitigación en las islas habitadas o planes a futuro.
  • Enlistar recomendaciones que puede tomar la comunidad Guna para sobrellevar el cambio.

METODOLOGÍA

  • Determinar las variables de investigación en la cual enfocar dicha investigación y determinar la problemática.
  • Realizar una investigación sobre los sucesos y determinar desde qué año se han presentado cambios en las islas.
  • Análisis de datos de diferentes años para poder identificar el cambio gradual por año.

UBICACIÓN

Las islas del archipiélago de San Blas (Guna Yala) se ubican al norte del istmo de la República de Panamá, sobre el mar Caribe.

Figura 1. Ubicación del archipiélago de Guna Yala.

ANTECEDENTES

El pueblo Guna vivió originalmente en la región noroccidental de Colombia, antes de que en el siglo XVI comenzaron a moverse a lo que actualmente se conoce como República de Panamá, proceso que tomó varios siglos. Habitaron el bosque de las montañas de San Blas, hasta que finalmente se asentaron en una larga franja de tierra, entre las montañas y el mar Caribe.

Alrededor de mediados del siglo XIX los Gunas comenzaron a migrar a algunas de las 371 pequeñas y hermosas islas de coral que bordean la costa del Caribe, conocido como el archipiélago de Guna Yala. Poco después de ese período decidieron instalarse en las islas, sobre todo para escapar de las enfermedades en el continente (malaria y la fiebre amarilla). Por la falta de agua potable en casi todas las islas, los Gunas se establecieron en las islas más cercanas a la parte continental, cerca de las desembocaduras de los ríos. Hasta el día de hoy los Gunas mantienen cultivos, cazan, y usan el agua de los ríos en el continente, y habitan las islas y pescan en el mar.

Su ubicación estratégica puso a dicha región en medio de las disputas territoriales entre las diferentes potencias mundiales. Además de los españoles que colonizaron la región, también hubo colonos escoceses y franceses, piratas ingleses y, hacia el final del siglo XIX, corporaciones bananeras norteamericanas. Adicionalmente, personal militar norteamericano estableció brevemente un puesto de control militar cerca de la península de El Porvenir durante la Segunda Guerra Mundial, como parte de sus esfuerzos para proteger el Canal de Panamá.

La falta de acceso a Guna Yala desde el interior de Panamá y Colombia contribuyó a mantener a la región relativamente aislada del mundo exterior por décadas. Esta condición terminó hace diez años, cuando los 41 kilómetros de carretera que conectan el puerto de Gardi (Carti) con el interior de Panamá fue finalmente pavimentado y varios puentes fueron construidos.

PROBLEMÁTICA

El cambio climático representa una de las mayores amenazas ambientales reconocida para las zonas costeras e insulares del planeta, en especial para los asentamientos humanos y los bienes y servicios ecosistémicos.

El IPCC, por sus siglas en inglés “Intergovernmental Panel on Climate Change”, Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio publicó un informe en el 2019 titulado “The Ocean and Cryosphere in a Changing Climate” o “El océano y la criosfera en un clima cambiante”. En este se menciona que el ritmo del aumento del nivel medio del mar, en el conjunto del planeta entre 2006 y 2015, ha sido de 3,6 mm/año. Este aumento, señalan, se ha acelerado como consecuencia del incremento de la pérdida de hielo en Groenlandia y en la Antártida.

Sumado a esto las amenazas provenientes del aumento de la temperatura atmosférica y las amenazas por variabilidad climática, tales como tormentas tropicales y marejadas hacen que las zonas costeras e insulares sean altamente vulnerables ante el aumento progresivo y acelerado del nivel medio del mar. Estos cambios climáticos producen efectos devastadores producen el ascenso acelerado del nivel del mar en el Archipiélago San Blas.

Como en los últimos años el inicio de la temporada de transición de la estación lluviosa a la estación seca trae consigo un fenómeno que cada vez es más recurrente en las islas del archipiélago de San Blas y es que con la llegada de los vientos alisios o conocidos popularmente como el viento del Norte se da la entrada del agua de mar a las islas del archipiélago causando mayor afectación en las islas habitadas.

Debemos tener presente que son múltiples los factores adicionales al ya mencionado que influyen en que este fenómeno sea cada vez más intenso y entre ellos está la influencia de las mareas, la conservación de la barrera coralina protectora del archipiélago y el ascenso del nivel del mar producto del cambio climático.

Actualmente este conjunto de islas presenta una alta vulnerabilidad ante los efectos adversos del cambio climático al ser islas de poca elevación que se encuentran al nivel y hasta máximo un metro sobre el nivel del mar, adicional que son formaciones de origen coralino lo que hacen que las mismas sean de una estructura poco resistente a los efectos asociados al ascenso del nivel del mar que son la pérdida de territorio por erosión o inundaciones permanentes.

Figura 2. | Fotografía de una isla común en el Archipiélago de San Blas. Se puede observar la altura de la isla sobre el nivel del mar.

En Panamá, gracias a la construcción del Canal, existen registros de mareas desde 1907. Desde entonces hasta el 2000, el nivel del Caribe panameño subió 2 milímetros anuales. La subida se acelera en las últimas décadas: entre 1970 y 2000 la media fue de 2,4 milímetros; entre 1993 y 2010, el nivel de los océanos subió 3,2 milímetros.

Según un informe de la organización Displacement Solutions, los biólogos marinos Guzmán, Guevara y Cartillo también constatan que las islas deshabitadas de Guna Yala han perdido 50 363 metros cuadrados en 30 años. Y cada una de las islas habitadas ha perdido 1 105 metros cuadrados como promedio, a pesar de los rellenos.

Figura 3. | Comparativo de las fotografías satelitales de la isla Carti Tupile de 2011 y 2017.

El problema del calentamiento global se combina en las islas con el hacinamiento, falta de servicios básicos y el manejo ineficiente de residuos y desechos. El aumento del nivel del mar ha disminuido la superficie de las islas derivando en hacinamiento. Los isleños han recurrido al relleno con coral para ampliar la superficie de las islas.

El crecimiento de la superficie de las islas habitadas y la dramática disminución del coral duro vivo: las islas habitadas han aumentado su superficie como resultado de la práctica anti-ecológica de los Gunas de rellenar con el uso del coral, se estima un aumento total de 62 289 m2 de superficie de varias islas pobladas como resultado del relleno de coral, lo que representa un aumento del 190 % en una comunidad.

La necesidad de ampliar la superficie de las islas es explicado como resultado del aumento significativo de la población Guna, basado en la comparación de los datos censales que muestra que la población tuvo un crecimiento del 60 % entre 1920 y 2000. Como resultado de esta práctica, el coral vivo en la región ha disminuido dramáticamente. Según los autores, “la cobertura de coral duro vivo se redujo significativamente de un 60 % a principios de 1970 a 13 % en 2000.

Figura 4. | Práctica de uso de relleno de coral para ampliar la capacidad de asentamientos en las islas.

La subida del mar también amenaza las principales fuentes de ingresos de la población, con una economía dependiente de rubros como el turismo y la pesca artesanal. Por ejemplo, se han registrado cambios en el volumen y las especies de pesca y los bancos de peces se están alejando de las islas y yendo mar adentro.

VARIABLE DE INVESTIGACIÓN

El cambio climático trae consigo posibles aumentos en la variabilidad de las condiciones meteorológicas, haciendo más frecuentes las tormentas y sequias extremas, lo que hace que en el caso siendo estudiado exista una mayor frecuencia de inundaciones.

Se tiene por ejemplo, la temporada lluviosa del 2019, que según el Departamento de Meteorología de ETESA, fue uno de los años con mayores precipitaciones en el área del Caribe, una de las consecuencias de las constantes precipitaciones y tormentas es el aumento las inundaciones en las islas del archipiélago.

El aumento en el nivel del mar como resultado del cambio climático efectos físicos y ecológicos sobre los sistemas costeros:

  • Inundación o daños por inundación y tormentas
  • Pérdida de humedales
  • Erosión
  • Intrusión de agua salada y aumento en los niveles freáticos
  • Temperaturas más elevadas del agua de mar, los cambios en los regímenes de precipitación y los cambios en la trayectoria, la frecuencia y la intensidad de las tormentas.
Figura 5. | Fotografía de inundaciones en las islas.

Estos efectos bio-geofísicos tendrán además impactos socioeconómicos directos e indirectos sobre:

  • Turismo
  • Los asentamientos humanos,
  • La agricultura
  • El suministro y la calidad de agua dulce
  • Las pesquerías
  • Los servicios financieros y la salud humana en las zonas costeras

VULNERABILIDAD Y ADAPTACIÓN

El archipiélago de San Blas ha sufrido fenómenos climáticos fuera de las pautas acostumbradas en los últimos años. Históricamente es habitual la presencia de vientos alisios y crecidas de marea, quedando inundadas las comunidades unos días, entre los meses de noviembre a abril. Pero, en los últimos años, entre mayo y noviembre se han producido alteraciones del clima, creándose tornados e inundaciones de las comunidades de manera más agresiva.

Los fenómenos antes señalados, unidos a la subida progresiva del nivel del mar, han provocado que algunos asentamientos insulares estén planteándose abandonar las islas para establecerse en territorios interiores. Gardi Sugdub, la isla más poblada con 5 000 habitantes, puede ser una de los primeros en tener que marcharse, igual que otras islas como Carti, Mulatupu, Ustupu, Playón Chico o Nula Tupe.

Figura 6. | Fotografía de inundaciones en las islas.

Únicamente resulta posible adaptarse a la elevación del nivel del mar mientras que la elevación de este no sobrepase una pequeña altura. En todo caso por encima de 0,50 m, dado que por encima de ella habría grandes superficies de las islas inundadas.

No resulta posible establecer protecciones mediante diques perimetrales por el enorme costo que representaría al haber mucha longitud de costa, así como la poca cantidad de personas beneficiadas. Este tipo de alternativas únicamente son posibles para proteger ciudades de determinado tamaño. En algunos casos, habrá que aumentar la cota de las edificaciones costeras para evitar que se inunden en episodios de viento o de oleaje.

Muy importante tener elaborados planes de contingencia para el caso de que finalmente se produjera un aumento del ritmo de la elevación del nivel del mar. El traslado a la parte continental de la comarca será necesario, para lo cual se requerirá una adaptación planificada mediante un ordenamiento territorial. Las islas más afectadas según la evaluación son Carti, Supdup, Mamitupu, Ustupu y Ogobsucum.

RECOMENDACIONES

El traslado al istmo no se trata de cuestión de décadas, sino de años. La amenaza es tan concreta y tangible que se asume la reubicación de comunidades isleñas en el continente como una medida inevitable y para la que el Estado panameño ya se está preparando en coordinación con el Congreso General Guna, el máximo organismo administrativo-político de la comunidad autónoma, y de los saglas o jefes locales.

Los gunas están acostumbrados a emigrar casi desde el origen de los tiempos. Llegaron a las islas de San Blas desde las selvas colombianas hace casi dos siglos, cuando Panamá ni siquiera era independiente, y el regreso a tierra siempre ha estado presente en su tradición oral. Pero nunca pensaron que les forzaría a él, una combinación de emergencia climática y hacinamiento. La idea del regreso a las selvas o, al menos, a tierra firme siempre ha estado en su cultura y en los cantos de los sailas.

Se estima que aproximadamente 28 000 personas eventualmente tenga que trasladarse de las islas al continente en los próximos años como consecuencia del aumento del nivel del mar y de los eventos metereológicos. También hay que señalar que se espera que unas 12 000 personas adicionales, originarias de las islas de Guna Yala que se han trasladado a vivir en la ciudad de Panamá, se unan a la reubicación y regresen a su comarca de origen, con lo que el número total aumentaría a unas 40 000 personas.

La población de Gardi Sugdub, “Isla Cangrejo”, está liderando el proyecto de reubicación a tierra firme dentro del territorio comarcal. Reservaron 17 hectáreas situadas a un kilómetro al sur del puerto de Cartí para crear un nuevo pueblo llamada “La Barriada”, que contará con los servicios de centro de salud y escuela. Este proyecto contaría con el financiamiento de del Banco Interamericano de Desarrollo.

Figura 7. | Plan de traslado de las poblaciones a tierra firme.

Un total de 300 familias de Gardi Sugdub se habían inscrito para ser trasladadas a la parte continental. Aproximadamente 200 de estas familias viven actualmente en Gardi Sugdub, y las otras 100 familias son originarias de la isla pero ahora viven en la ciudad de Panamá. A pesar de que han pasado cuatro años desde que la comunidad decidió mudarse, el traslado aún no ha tenido lugar

Figura 8. | Residentes de Gardi Sugbud visitan el sitio del futuro proyecto de reubicación.

CONCLUSIÓN

  • Existen una necesidad de actuar urgente ante un posible desastre natural en las islas del archipiélago de San Blas mayor del ya presentado en la subida de nivel de mar y las inundaciones.
  • Es evidente que más allá del nivel del mar que va en aumento, las acciones de los residentes en hacer rellenos con corales ha representado un daño irreversible a ecosistemas y desprotegido el archipiélago.
  • Aproximadamente 28 000 personas tendrán eventualmente que moverse a tierra firme parte de la comarca Guna Yala. De este traslado el Gobierno Nacional de Panamá tiene un papel fundamental en mejorar la calidad de estas personas y mejora en las prácticas sanitarias.
  • El día a día de esta comunidad en cada una de sus actividades económicas y sociales deben cambiar en pro de las adaptaciones a los cambios climáticos.

BIBLIOGRAFÍA

Desgaste en la Zona Costera de Punta Chame, Panamá

Por: Johanna Rincón, Luis Vergara, Rolando Villarreal y Eyda Meneses. 2020.

Curso avanzado de Cambio Climático y medidas de adaptación. Maestría en Administración de Proyectos de Construcción. Universidad Tecnológica de Panamá.

INTRODUCCIÓN

En Panamá, el cambio climático es una realidad tangible. Tal es el caso de los residentes de una de las 365 islas de la comarca de San Blas, donde más de 1 400 personas están siendo desalojadas para ser emplazadas en tierra firme por el aumento del nivel del mar. Al oeste de la República, en Bocas del Toro, la isla de Bastimentos ha perdido alrededor de 20 metros de playa por la subida del mar, y los residentes de Puerto Caimito y Punta Chame, en la provincia de Panamá Oeste, viven amenazados por los fuertes oleajes que cada vez ganan más terreno.

La península de Punta Chame, un sitio de playa muy concurrido a unos 100 kilómetros en el Oeste de Panamá, sufre un serio desgaste en sus costas relacionado a la extracción de arena para la construcción y también al aumento del nivel del mar debido al cambio climático. Hay un incremento del nivel del mar que se está empezando a dar, aunque no necesariamente es tan significativo, pero a esto se puede estar sumando la extracción de arena submarina que se da en zonas aledañas.

Figura 1. Localización general.

Chame es un área de acumulación de arena por naturaleza, y ese material está siendo sacado del lugar para ser usado para la construcción. Desde hace varios años se ha ido desgastando la zonas de la costa de Chame, y se ha creado casi como un istmo de erosión costera, donde se han perdido manglares.

Figura 2. Localización específica.

La incorporación de medidas para la adaptación al cambio climático en la planificación de proyectos en áreas costeras es impostergable. Se trata de ver, cómo el ser humano se puede ir adaptando al impacto del cambio climático y cómo se va planificando a futuro la conservación de los ecosistemas que le dan bienes y servicios, y el desarrollo de las comunidades y las poblaciones a su alrededor.

Adaptarse es afrontar los cambios que se van dando paulatinamente y estar preparado para cualquier emergencia como conservar, y recuperar los sistemas degradados que pueden servir para proteger a las poblaciones humanas de amenazas.

ANTECEDENTES

Punta Chame, localizada a más de 70 km al oeste de la Ciudad de Panamá, y otros 25 km por un camino escénico pero irregular. Las residencias están dispersas y son poco frecuentes, de hecho, no muchas personas viven aquí porque el agua salada hace que la agricultura sea casi imposible. El camino atraviesa colinas y pequeños ranchos, tiene una superficie 17,0 km2, una población aproximada de 450 habitantes según el último Censo realizado en el año 2010, y su densidad de 26,1 hab/km2 siendo el corregimiento menos poblado.

Figura 3. Imagen satelital de Punta Chame.

La mayoría de sus límites son manglares, el mar bordeando una gran extensión de terreno alagada, El área experimenta ráfagas regulares de vientos fuertes, por lo que es un lugar privilegiado para los deportistas extremos.

Durante la marea baja es notorio la cantidad de mantarrayas, por lo que es aconsejable abstenerse de nadar durante este momento del día. La playa de arena gris es agradable, con largos tramos que están prácticamente desiertos.

CONTEXTO DEL TRABAJO

Debido a su belleza natural, hermosa vista a la playa y abundancia de arena, muchas personas han querido aprovechar, devastando zonas de manglares y recolectando arena en grandes cantidades, todo esto aunado al cambio climático, ponen en peligro a Punta Chame y pueden convertirlo en una isla.

Figura 4. Fotografía aérea de Punta Chame.

El aumento del nivel del mar en conjunto con otros problemas, hacen que los pobladores de esta zona sean vulnerables a corto, mediano y largo plazo y su situación socioeconómica se vea afectada ya que su sostenibilidad es turística y pesquera.

Desde hace varios años Punta chame está sufriendo un desgaste en su carretera principal que la comunica con el resto del país, por esta misma carretera asfaltada se conduce el agua mediante tubería para sus habitantes, que en su mayoría viven de actividades turísticas y pesqueras.

METODOLOGÍA

Para la identificación de la variable de investigación se tomaron en cuenta varios aspectos como: la situación económica, social, y ambiental de los residentes, tomada desde varios medios como internet, periódicos e información de entidades gubernamentales.

VARIABLE DE LA INVESTIGACIÓN

La variable de la investigación para nuestro caso concreto son las afectaciones que está causando el desgaste en la zona costera de Punta Chame, y el aumento del nivel del mar debido al Cambio Climático.

CAUSAS DE LAS AFECTACIONES

Poco a poco, Punta Chame fue cambiando los manglares por lujosas residencias de foráneos que han hecho de esas costas su segunda casa. También se observan casas menos opulentas. En adición, abrió las puertas al desarrollo con una carretera en 1972, que conectaba las dos islas y que permitió florecer a una zona turística. Cuando la marea subía, La Claridad era una isla y Punta Chame otra; cuando la marea bajaba, los moradores podían pasar caminando de un lado a otro.

En el año 2007 dos especies de mangles (salado y negro) integraban parte del área de vegetación, pero unas 38 hectáreas fueron devastadas para realizar un complejo turístico, sin permisos de la ANAM ni de la Autoridad Marítima. Estos mangles sucumbieron ante el proyecto. Los manglares proporcionan una barrera natural, y tienen un papel muy importante, económica y ecológicamente, como recurso natural y como protección del ambiente. Ambos aspectos no pueden separarse sin perjuicio para la zona.

Otra de las causas de las afectaciones es la extracción de arena. La Dirección Nacional de Recursos Minerales, del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI), mantiene cuatro solicitudes en trámites para extracción de arena submarina en Punta Chame, en 7 422,88 hectáreas. En los registros del mismo departamento, reposaba una sola concesión para extracción del mineral por 497,8 hectáreas. No obstante, a simple vista, se observan naves desarrollando esta actividad sin aparente control de las autoridades. Tan así, que sus moradores temen que la península de Chame desaparezca en los próximos años debido a la extracción de arena.

Figura 5. Extracción de arena y afectaciones en Punta Chame.

A continuación veremos dos fotografías, una tomada en 1982 por el Instituto Tommy Guardia, y la otra en el 2017 por la misma institución. Es posible apreciar cómo se han ido desgastando zonas de la costa de Chame. No solo se pierde costa sino también los manglares.

Figura 6. Contraste de fotografías, una tomada en 1982 y 2017.

Otra de las causas que amenaza la integridad de Punta Chame es el cambio climático, responsable del ascenso acelerado del nivel del mar. El calentamiento global no solo derrite el hielo del planeta, aumentando el volumen de agua en los océanos, sino que al aumentar la sensación térmica de la atmósfera, el agua de los océanos se calienta y expande (dilatación térmica), ocupando estos más espacios. Al ocupar más espacio, los océanos cubren las partes bajas de las costas.

Figura 7. Afectaciones por aumento del nivel del mar.

De acuerdo con las proyecciones, para fines del siglo XXI, el mar habrá aumentado un metro en comparación al nivel actual. Este aumento del nivel del mar tendrá su mayor impacto para Panamá a partir del 2025. Esto, de acuerdo con los estudios realizado por Cussati en 2010. El mar ya ha ganado territorio en Guna Yala, isla Bastimentos (Bocas del Toro), comunidades costeras de Colón, Puerto Caimito, Punta Chame y Coclé, en el Pacífico central.

Figura 8. Vista de Aumento del nivel del mar en carretera que conduce a Punta Chame.

CONSECUENCIAS DE LAS AFECTACIONES

❖ A CORTO Y MEDIANO PLAZO

  • Las afectaciones a corto plazo ya se están viviendo en Punta Chame, una combinación de acciones humanas y factores naturales ha transformado el entorno de Punta Chame bajo el peligro de que la península pueda desaparecer del mapa.
  • El sistema de agua potable que proviene de Chame por medio de tuberías, también se vería afectado, la marea las está socavando y las destruye o se las lleva.
  • La destrucción de una de las vías de acceso a Punta Chame estaría afectando el desarrollo turístico, la actividad hotelera empieza a resentir esta situación y se ha destruido uno de los paños de la vía de acceso, por los fuertes oleajes.
Figura 9. Afectaciones en carretera principal.
  • La destrucción de un dique de arena formado por la naturaleza, en el sector de La Claridad en Punta Chame, provocó que el lago salado más grande de Panamá se secara, ocasionando el desbalance de todo un ecosistema y la preocupación de los pobladores, de que futuros oleajes los afecten más. con ello se pierde un área de pesca y captura de camarones muy importante para la región. Este lago salado era un punto de descanso y alimentación para las aves migratorias que pasan por Panamá, ocasionando un deterioro al ecosistema.
  • En agosto de 2012, más de una decena de familias del mismo sitio temían perder sus viviendas por los efectos de las olas del mar, que destruyeron un dique natural y un banco de arena que servía como barrera protectora.
  • El Ministerio de Ambiente (Mi Ambiente), indicó que la península vive un proceso de erosión de costas y aumento del nivel del mar, aunque por el momento no se puede predecir la vulnerabilidad.

❖ A LARGO PLAZO

  • Las consecuencias a largo plazo pueden ser muy drásticas e irreversibles ya que Punta Chame se volverá a convertir en una isla y posteriormente se hundirá con el aumento del nivel del mar.

La península está siendo afectada por oleajes más agresivos que están invadiendo tierras y causando serios procesos erosivos en las costas, una situación asociada a la actividad arenera y a la destrucción de manglares. Punta Chame resiente las consecuencias de una actividad sin aparente control por parte de las autoridades centrales encargadas de otorgar las concesiones, y la falta de ingresos producto de la actividad. La península parece quedar indefensa ante los oleajes que borran del mapa su cada vez más angosta cintura.

Figura 10. Socavamiento de carretera.

IMPLICACIONES SOCIOECONÓMICAS DEL ASCENSO DEL NIVEL DEL MAR, COMO CONSECUENCIA DEL CALENTAMIENTO GLOBAL

Las consecuencias del aumento del nivel del mar son extensas, comenzando con cambios en la morfología de los entornos costeros, especialmente la plataforma conformada por arena y material sedimentario en la que la acción de las mareas arrastra este material, depositándolo como lodo. Desde hace décadas se empezó la extracción de arena con fines comerciales cerca de la zona costera, lo que hoy se refleja con el desgaste de la superficie de la costa, que ha quedado prácticamente sin suelo.

En la zona costera de Punta Chame, previo a que iniciara la extracción de arena “de fondo marino” dentro de la bahía, se observaba su conformación por bancos de sedimentos (arena consolidada por fango) sobre una zona intermareal extensa y de pendiente suave. En ella existía una gran abundancia de poliquetos.

El poliqueto es un gusano marino rico en proteínas, utilizado para la alimentación de las larvas del camarón criados en estanques, y se extraen de los bancos de arena y fango. Los moradores y pescadores de la zona señalan que donde hay este tipo de gusanos también hay una gran cantidad de peces, e indican que la extracción de arena en la zona ha producido una merma del poliqueto. De este se alimentan algunas especies de peces y su reducción les ha causado una disminución en sus ingresos por la ausencia significativa de peces. Debido a esta escasez de poliquetos en la zona, los pescadores comentan que tienen que viajar hasta tres horas desde la costa, mar afuera, para capturar peces.

La alteración de la arena submarina y costera aumenta la turbiedad en el agua, y esto provoca daños para los organismos propios de la costa que necesitan luz solar. También puede afectar las actividades pesqueras de la zona, perjudicando financieramente a sus pobladores o a quienes se dedican a esta actividad.

En otro orden de ideas, el mar está invadiendo la carretera hacia Punta Chame. La Junta Comunal de Punta Chame no tiene fondos para enfrentar a los ataques de la naturaleza, ni siquiera para reparar un paño de la carretera destrozada por los fuertes oleajes. Hay áreas de manglares, hacia el poblado, que presentan árboles de mangle muertos con mangles vivo.

Punta Chame está siendo víctima del cambio climático: las mareas y las olas están aumentando su intensidad, tienen un mayor impacto. La carretera es la única vía de acceso a hoteles, casas residenciales veraniegas, comercios, escuelas y viviendas. Se estima que el turismo se pudiese afectar con los daños que ha sufrido la carretera. Además, unas 100 familias que habitan en el área también podrían estar expuestas, además algunos postes eléctricos también están a punto de colapsar.

El gobierno nacional aprobó una partida de casi dos millones de dólares, que ya fue refrendada por la Contraloría General de la República. Sin embargo, el Ministerio de Ambiente no autoriza a la empresa que ganó la licitación para construir el referido muro, tras alegar que esta es un área protegida.

MITIGACIÓN

Los habitantes de Punta Chame han adoptado medidas autónomas para la protección de sus bienes, con resultados variables. Uno de los comercios aplicó medidas de conservación más amigables con el medio ambiente («no hacer nada», no intervenir en el paisaje ni transformar las dunas) y es el que mayor vegetación posee, y más protección parece tener; es un caso excepcional en el área.

El proyecto se integró al paisaje y al medio natural, sin producir mayores perturbaciones ni realizar inversiones costosas en infraestructuras. El comercio desarrolla una actividad deportiva con su respectiva reglamentación y es amigable con el ambiente, lo que nos permite concluir que las actividades a desarrollar en la zona costera deben ajustarse a las características naturales del sitio, la estacionalidad, la capacidad adaptativa con el ecosistema y las estrategias de adaptación al cambio climático.

Con respecto a la protección de la localidad, una barrera metálica comenzó a ser colocada provisionalmente por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) en la zona costera de Punta Chame, provincia de Panamá Oeste, en donde el fuerte oleaje destruyó parte de la carretera. La barrera instalada será provisional considerando que ya existe un estudio técnico que permitirá determinar la viabilidad de colocar gaviones o un sistema de cable estacado para resguardar la vía. La muralla fue conformada con guardavías de metal que mantenía esta institución en un depósito.

Figura 11. Barrera instalada para mitigar impacto de aumento nivel del mar.
Figura 12. Instalación de barrera.

Las oportunidades y los desafíos de la gestión ambiental están estrechamente relacionados con las actuaciones en materia de ordenamiento y desarrollo territorial del país. Los objetivos deben incluir la conservación de la biodiversidad; la ordenación de usos del suelo con criterios de sostenibilidad ambiental; la gestión integral de los recursos hídricos; la evaluación y gestión de impactos de los procesos de desarrollo, y de gestión de la calidad ambiental.

Figura 13. Barreras de mitigación en diferentes puntos de Punta Chame.

El desarrollo territorial del país ha de incorporar la dimensión ambiental como pilar esencial para la calidad y sostenibilidad de vida de la población, sin embargo, si no optimizamos el cumplimiento de dichos pilares y no nos comprometemos realmente con proteger nuestro entorno, en vano son los procesos intensos de elaboración técnica, la discusión y concertación social, empresarial y político institucional.

Figura 14. Barreras de mitigación realizada por los moradores.

Panamá carece de planificación estratégica del desarrollo y de su ordenamiento ambiental, urbanístico e infraestructura a nivel nacional. Puesto que el desarrollo socio-económico de Panamá se ha basado en parte importante en sus activos geográficos, territoriales, naturales y ambientales, resulta evidente la necesidad y conveniencia de resolver esta carencia, mediante una guía para la acción de todos los agentes que intervienen sobre el territorio.

RESULTADOS

La población se está dando cuenta de los efectos del cambio climático y del aumento del nivel del mar y sus afectaciones devastadoras , pero aún creen que con barreras se controlará. Se están realizando estudios de mareas y comportamientos para tratar de mitigar los impactos. Técnicos del departamento de Estudios Especiales del Instituto Geográfico Nacional Tommy Guardia, realizan una gira de trabajo sobre nivelación en la carretera que conduce a Punta Chame, provincia de Panamá Oeste.

La jornada de nivelación en la carretera que conduce a Punta Chame tiene como objetivo principal arrastrar las elevaciones referidas al DATUM altimétrico cartográfico, al punto de control establecido en el área de los pescadores de Punta Chame. A este fueron referidas las observaciones del nivel del mar, empleando un mareógrafo y también realizando la nivelación del nivel del mar, por un período prolongado. Al finalizar estos estudios, se tendrá como resultado el conocimiento del nivel de las altas mareas en dicho litoral; por el momento se culminará la captura de información para su análisis y definición de los planos de altura.

El ser humano se puede ir adaptando al impacto del cambio climático e ir planificando a futuro la conservación de los ecosistemas que les dan bienes y servicios, y el desarrollo de las comunidades y las poblaciones que se encuentran alrededor. Adaptarse es afrontar los cambios que se van dando paulatinamente, y estar preparado para cualquier emergencia que permita conservar, y recuperar los sistemas degradados que pueden servir en la protección de las poblaciones humanas frente a las amenazas.

CONCLUSIONES

Una de las enseñanzas de las afectaciones que se están presentando en Punta Chame es que el cambio climático sí existe y que ya está en Panamá.

La Convención de las Naciones Unidas define el cambio climático como “un cambio en el clima, atribuible directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera” afectando a todo el globo en diversos escenarios.

Panamá dio inicio al proceso de revisión de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por su sigla en inglés). Esta es una estrategia en virtud de la cual, cada país, se fija unas metas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, al tiempo que toma medidas para enfrentarse a los escenarios climáticos adversos. Algunos países están volviendo sus ojos a las costas y al mar con tal de encontrar en los ecosistemas marinos la clave que les permitirá ser más ambiciosos en sus contribuciones nacionalmente determinadas.

Los ecosistemas costeros se modifican lentamente por la alta salinidad y concentración de oligoelementos, lo que afecta y condiciona su capacidad agrícola. El crecimiento exponencial de la población, el consumismo, el constante cambio de uso de suelo, la deforestación de los bosques de manglar y en ocasiones, la falta de conciencia social juega un papel negativo a la adaptabilidad y mitigación a los efectos del aumento del nivel del mar, el calentamiento global y el cambio climático.

Los manglares son parte importante del ecosistema marino y por ello se debe concienciar a la población que mantenerlos y aumentarlos, por ahora sería, la solución al problema de fuertes oleajes y protección que requieren para Punta Chame. Estos ecosistemas brindan muchos más beneficios; por ejemplo, funcionan de filtro para mejorar la calidad de las aguas costeras que desembocan en el océano que son importantes para el turismo y la pesca. También, los ecosistemas de carbono azul son viveros de especies de interés comercial y, por tanto, fuente de proteína para las comunidades costeras; además, protegen a las personas ante inundaciones, tormentas y erosión costera.

Figura 15. Manglares.

La inevitable transgresión marina pone en juego la disponibilidad de los recursos marino-costeros, y su permanencia en el tiempo. En muchas localidades costeras del Pacífico y Caribe panameños, las afectaciones son evidentes, impactando varios recursos naturales y comunidades. Por mencionar uno, la disponibilidad de agua. En las aguas subterráneas ocurre la salinización de los acuíferos costeros, lo que aumenta la vulnerabilidad de su calidad de agua; en adición, muchos ni siquiera han sido estudiados cuantitativamente. En las localidades insulares -en las islas habitadas- las amenazas sobre la disponibilidad de agua de pozos es real.

RECOMENDACIONES

De acuerdo con el criterio de los expertos, Panamá necesita estrategias sociales y ambientales viables, así como económicamente puntuales y de escala local. Los municipios, por precepto constitucional, deben gestionar la vulnerabilidad a los impactos del cambio climático, gestionar el riesgo e implementar planes de adaptación. El apoyo de las empresas privadas y organizaciones no gubernamentales es indispensable para obtener un mayor impacto y mejores herramientas de trabajo.

El Estado panameño debería reconsiderar las acciones que ha planteado hasta el momento en reducción y limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero, para reducir el daño que el cambio climático está causando y causará a la sociedad y a los ecosistemas. Las políticas públicas son clave en la mitigación de los efectos de la variabilidad climática: fortaleciendo la investigación, la predicción de los efectos del cambio climático y los impactos en la demografía, en el ambiente, en la economía y en la gestión de la conservación de la biodiversidad.

BIBLIOGRAFÍA